“Devuélveme mi niñez, fue mía primero”: Taylor Swift y la denuncia del grooming como forma de violencia
Adriana Palomino Revilla - - 1 7272 ViewsEscrito por Adriana Palomino Revilla, miembro de la comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos.
“¿No crees que 19 años eran muy pocos para ser presa de tus oscuros y retorcidos juegos?”
“Y si yo era un poco de pintura, ¿acaso he salpicado en un hombre adulto prometedor? Y si yo era una niña, ¿acaso importó si te pudiste lavar las manos?”
El primero de estos versos data de 2010 y es parte de la canción Dear John, tema del álbum Speak Now; mientras que el segundo es un extracto de Would’ve, Could’ve, Should’ve, canción de Midnights, álbum publicado en 2022. Ambos temas musicales pertenecen a la cantautora Taylor Swift y refieren a la tormentosa relación que mantuvo con el también cantante John Mayer a finales de 2009 e inicios de 2010. Si bien podrían pasar desapercibidas como simples canciones de desamor, la historia que encierran tiene una particularidad problemática: Taylor tenía tan solo 19 años al momento de iniciar la relación, mientras que Mayer tenía 32 años. La especial situación de vulnerabilidad y desventaja en la que se encontraba Swift con respecto a Mayer configuró una relación de poder basada en la diferencia de edad, misma que, como expresa la cantante 13 años después, tuvo consecuencias que no se agotan en un corazón roto, sino que pasan a ser parte de una forma de abuso conocida como grooming. Por lo anteriormente expresado, el presente artículo explicará, en base a las obras musicales de Taylor Swift, el fenómeno del grooming y por qué este constituye una forma de violencia.
Taylor Swift y John Mayer: “¿No crees que era demasiado joven?”
La 13 veces ganadora del premio Grammy inició su carrera musical con tan sólo 15 años de edad, tras la publicación de su álbum debut titulado Taylor Swift. La constante exposición a los medios de comunicación masivos; las crueles críticas y comentarios, tanto a su trabajo como a sus características personales; y el arduo trabajo que requiere la industria musical constituyeron factores de riesgo que colocaron a la joven cantante en una situación de vulnerabilidad ante una serie de peligros, uno de ellos llamado John Mayer.
El primer acercamiento entre ambos cantantes tuvo lugar en 2009 a través de las redes sociales, cuando Mayer elogió el trabajo de Swift y manifestó su voluntad de trabajar en una canción con ella. Taylor, de apenas 19 años, acogió el hecho con especial emoción, dada la trayectoria musical de John, quien ya era un adulto de 32 años. Así, ambos cantantes colaboraron en el escenario durante la gira de Mayer para después colaborar oficialmente en la canción Half of My Heart, publicada en 2009 (People, 2023) [1].
Si bien los medios de comunicación ya suponían la existencia de una relación sentimental entre ambos artistas, ésta no se confirmó hasta octubre de 2009 y duró hasta junio de 2010. A pesar de que Taylor era aún una adolescente y mantenía una diferencia de edad de más de 13 años con John, la noticia de la relación fue bien recibida sin más cuestionamientos por el público y, de igual manera, la ruptura fue también lamentada. No obstante, el aparente panorama amistoso existente tras el término de la relación dio un giro cuando en octubre de 2010 Taylor publica su segundo álbum de estudio titulado Speak Now, cuyo track número 5, intencionalmente llamado Dear John, contiene la realidad de la relación que mantuvo con John Mayer. A través de crudos versos como: “Querido John, lo veo todo ahora que ya no estás, ¿no crees que era demasiado joven para jugar de esa manera conmigo?” [2] Taylor relata cómo es que la diferencia de edad y etapas de madurez configuraron una relación de poder entre ambos, derivando en una situación de fragilidad para ella frente al poder de Mayer.
En 2022, una ya adulta Taylor Swift publica la canción Would’ve, Could’ve, Should’ve, como parte de Midnights, su último álbum. Este tema constituye un relato en retrospectiva de la relación con John Mayer, esta vez desde los ojos de una adulta de 32 años, la misma edad que Mayer tenía al momento de la relación. La conmovedora letra nos muestra cómo es que la cantante percibe el inicio del tormentoso vínculo como el fin de su adolescencia. Versos como “Estoy segura de que nunca habría bailado con el diablo a los 19” y “Me arrepiento de ti todo el tiempo. No puedo dejarlo ir, peleo contigo mientras duermo. La herida no se cierra” [3] denotan las consecuencias de los comportamientos abusivos de la relación en la vida de la cantante, incluso 13 años después del suceso.
Ambos temas musicales denotan con claridad el carácter abusivo de la relación entre Taylor Swift y John Mayer, misma que encuentra razón en la gran desigualdad generada por la diferencia de edad y etapas de madurez. El relato de las consecuencias que este vínculo generó para la cantante y la ya mencionada brecha generacional permiten afirmar que nos encontramos frente a un caso de grooming, fenómeno que, aunque fue legitimado por el público y los medios, constituye una forma de violencia.
Grooming: violencia disfrazada de amor
Es usual que al pensar en una relación sentimental abusiva reduzcamos nuestra concepción a la existencia de violencia física y/o emocional expresa a través de golpes, insultos, degradaciones, etc. No obstante, en vínculos afectivos en los que existe, además, una relación de poder basada en una diferencia de edad considerable que posiciona a ambas partes en etapas de desarrollo y madurez distinta, se configura una situación de vulnerabilidad especial, que hace de la parte en desventaja un blanco endeble ante un tipo particular de violencia: el grooming.
Distinto al típico ejercicio de la violencia en una relación, el grooming se presenta como una forma insidiosa y predatoria de manipulación hacia una víctima en situación de susceptibilidad inherente a la etapa de vida en la que se encuentra. El groomer aparece como un mentor y confidente basado en su experiencia y mayor edad ante la inocencia y vulnerabilidad emocional de la parte en desventaja. Así, si bien la víctima puede consentir e incluso buscar mantener el vínculo con su victimario, esta relación estará basada en el abuso de la dinámica de poder existente.
En suma, el grooming se puede definir como un conjunto de acciones vinculadas a la interferencia en la parte emocional y moral de una persona en posición de desventaja frente a una relación de poder configurada por factores de edad y madurez, misma que ocasiona una serie de procesos de manipulación emocional que pueden llegar hasta el abuso físico falsamente consentido (Sinchiguano, 2021, p. 10) [4]. Lo que puede aparentar ser una relación sentimental de mutuo acuerdo esconde, en realidad, un análisis del consentimiento que ignora la situación de vulnerabilidad de la persona en desventaja. La manipulación emocional que sufre una víctima de grooming deriva no sólo en el consentimiento expreso ante las acciones del groomer, sino también en un manejo de la voluntad de la víctima de forma que se convierta en un eco de los deseos del abusador. Esta particularidad es la que hace del grooming una forma de abuso silenciosa e imperceptible socialmente e, incluso, invisible ante la propia víctima. No obstante, los efectos de la misma son evidentes y se manifiestan mediante consecuencias emocionales, tales como depresión, baja autoestima, dependencia emocional hacia el abusador, entre otros trastornos vinculados a la personalidad. Del mismo modo, este fenómeno tiene consecuencias sociales, siendo la principal el aislamiento de la víctima, quien tiende a reducir su círculo social en razón de buscar aceptación externa de su relación. Estas consecuencias son usualmente identificadas cuando la víctima alcanza cierto grado de madurez y pueden perdurar en ella incluso mucho tiempo después del fin de la relación (Voets, 2020) [5].
“Querido John, veo ahora que todo fue un error”: Grooming en el caso de Taylor Swift
Ahora bien, teniendo en cuenta la definición de grooming como forma de violencia, es posible identificar sus características en los relatos que Taylor Swift realiza en sus temas Dear John y Would’ve, Could’ve, Should’ve.
En primer lugar, podemos identificar la manipulación emocional de la que Taylor fue víctima en los versos de Dear John, canción que nos ofrece una visión de la relación desde la perspectiva adolescente de la autora. Swift describe que “estuvo viviendo en un tablero de ajedrez con reglas que cambiaban cada día” y que Mayer tenía una “necesidad enfermiza de dar amor para después arrebatarlo”. Asimismo, la canción denuncia que el salir con mujeres de menor edad era una costumbre para John: “Todas las chicas a las que has drenado tienen los ojos cansados sin vida, porque las quemaste”. Estos versos, acompañados de la constante pregunta “¿No crees que era muy joven?” denotan la existencia de manejo emocional por parte de Mayer, en aprovechamiento de la vulnerabilidad de sus parejas.
En segundo lugar, Taylor hace un recuento de las consecuencias ocasionadas por el abuso emocional cometido por John Mayer. En Dear John, menciona la negativa en la que se encontraba ante la observación de su círculo cercano sobre lo problemático de la relación: “Mi madre me acusó de perder la cabeza, pero le juré que estaba bien”, “Me arrepentiré de no haber escuchado a los que me decían: ‘Corre lo más rápido que puedas’”. Del mismo modo, y a través de una perspectiva ya adulta de la situación, Would’ve, Could’ve, Should’ve nos habla de las consecuencias que acompañan a la cantante incluso 13 años después de finalizar la relación: “Ahora que soy mayor, tengo miedo de los fantasmas. Los recuerdos se sienten como armas”. Asimismo, menciona los esfuerzos que realizó para intentar superar lo ocurrido, denotando así la dimensión del daño ocasionado: “Si la claridad está en la muerte, ¿entonces por qué esto no muere?”. Finalmente, la canción culmina con el que puede considerarse su verso más crudo: “Devuélveme mi niñez, fue mía primero”. La versión adulta de Taylor reclama a John el haberle arrebatado la inocencia a sabiendas del poder y privilegios de los que él gozaba en comparación a una vulnerable adolescente de 19 años.
En conclusión, el caso de Taylor Swift presenta una problemática constante en nuestra sociedad: la legitimación de relaciones sentimentales entre personas en distintas etapas del desarrollo y madurez. La especial vulnerabilidad emocional en la que se encuentran los niños, niñas y adolescentes no debe ser pasada por alto, puesto que configura su susceptibilidad al grooming, forma de violencia con base en la existencia de una relación de poder derivada de las jerarquías de edad en un vínculo afectivo. A través de Dear John y Would’ve, Could’ve, Should’ve, Taylor describe la gravedad de las consecuencias que conlleva ser víctima de este tipo de vulneración emocional y cómo es que la dimensión del daño puede resultar en una gran dificultad para superar sus efectos, reafirmando así su condición como forma de violencia. En base a ello, resulta imperativo cuestionar los vínculos sentimentales que tienen lugar entre personas insertas en relaciones de poder basadas en la edad, ello con el fin de alcanzar una adecuada protección de los niños, niñas y adolescentes frente al abuso, dada su situación de susceptibilidad.
Bibliografía
[1] People (2023) Taylor Swift and John Mayer’s Relationship: A Look Back. En People.com. https://people.com/music/taylor-swift-john-mayer-relationship-timeline/
[2] Swift, T. (2010) Dear John [Canción]. En Speak Now. Big Machine Records, Los Ángeles.
[3] Swift, T. (2022) Would’ve, Could’ve, Should’ve [Canción]. En Midnights. Republic Records, Los Ángeles.
[4] Sinchiguano, D. (2021) Descripción del fenómeno del grooming y su prevención. Tesis para optar por el título de Licenciatura en Psicología. Universidad de San Francisco de Quito, Quito, Ecuador. https://repositorio.usfq.edu.ec/bitstream/23000/9746/1/116578.pdf
[5] Voets, C. (2020) On grooming and power imbalances. En Cracked: News website. https://www.cracked.com/article_28025_on-grooming-power-imbalances.html
Buen Artículo, felicitaciones Adriana