Encuentro entre el pasado y el presente: Yuyachkani y la recuperación de la memoria histórica en el teatro peruano
Consejo Editorial de Diálogos Humanos - - 0 314 ViewsEscrito por Stephanie Cortez y Piero Chávez, miembros del Área de Investigación del Equipo de Derechos Humanos.
El teatro también es político. Como toda manifestación artística, el teatro presenta una relación con los acontecimientos sociales, sobre todo por su carácter representativo, que incorpora elementos de la vida cotidiana y los representa en escena [1]. Por ello, para comprender el despliegue teatral, se requiere observar el contexto social en el que se desarrolla. Para este artículo, cobra relevancia la vertiente del teatro político. Este es definido como aquel que destina sus recursos artísticos a acciones que pretenden mostrar y revelar lo que sucede en la sociedad; e invita al espectador a actuar, ejercer su derecho a la ciudadanía y a reconocerse como parte de un todo social [1]. En esta definición, se sitúa la agrupación teatral Yuyachkani, una de las más representativas de la escena artística nacional y que se ha caracterizado por su activismo en temas sociales y políticos, especialmente durante contextos problemáticos para el país como el Conflicto Armado Interno. En este texto crítico, se presentarán sus principales características e influencia en el teatro nacional, así como su labor en la recuperación de la memoria colectiva y en la defensa de los derechos humanos.
La agrupación teatral Yuyachkani es una de las más trascendentes en el Perú. Su fundación nos traslada a 1971, medio siglo atrás. Desde entonces, esta agrupación se ha caracterizado por incorporar en sus obras a personajes excluidos y sin representación tanto en zonas marginales de la ciudad como en las zonas rurales del país [2]. En otras palabras, a través de sus obras, Yuyachkani presenta las voces y la realidad de quienes la sociedad peruana aún se rehúsa a escuchar. Además, otra característica de la expresión teatral de este colectivo es la evocación a la memoria reflexiva sobre momentos de la historia del país [2]. Es decir, el contexto sociopolítico peruano es indisociable de las obras teatrales de Yuyachkani, ya que es a partir de este contexto que las historias, personajes y elementos artísticos como el uso de máscaras desplegados en sus obras cobran significado para la realidad peruana. Al respecto, vale la pena mencionar que Yuyachkani es una término en quechua que significa “estoy pensando, estoy recordando” [3], lo cual refleja la labor de esta agrupación en la recuperación de la memoria histórica del Perú. De esta manera, Yuyachkani se ha consolidado como uno de los referentes más importantes del teatro en el país y sus obras han logrado trascendencia en la escena artística nacional.
Una de las obras que presenta los elementos descritos anteriormente es “Adiós, Ayacucho”, una novela que posteriormente fue adaptada al teatro por esta agrupación. Esta novela narra la historia de Alfonso Cánepa, hombre ayacuchano que fue asesinado por las fuerzas del orden y cuyo cadáver fue arrojado a una fosa común. Este cadáver emprende el viaje desde Ayacucho, donde su cuerpo fue abandonado, hasta Lima, específicamente la Plaza de Armas, para reclamar al presidente los restos de su cuerpo para poder descansar en paz [1]. A partir de esta obra, se observa que el contexto empleado es el Conflicto Armado Interno (CAI) y pretende resaltar la responsabilidad e inacción de las autoridades frente al número de desaparecidos durante ese periodo. Esta es una muestra del teatro político, ya que muestra los aconteceres de la sociedad e invita a los espectadores a reflexionar sobre esta realidad, ya que esta obra fue presentada en lugares afectados por la violencia política. Otro ejemplo se observa en la obra “Hecho en el Perú: Vitrinas para un museo de la memoria”, que se caracteriza por la presencia de personajes propios de la cotidianidad y marginalidad peruana. La escena consiste en seis vitrinas que muestran diferentes personajes. En primer lugar, se encuentra un chico de barrio limeño (“un naco limeño”), cambiando de ropa y empleando un lenguaje característico. Luego se muestra a una curandera en sus ritos, con semillas, velas e inciensos. Se muestra también a la Madre Patria, a la cual le sigue una campesina en protesta. Finalmente, se muestra a un emigrante que rompe su alcancía y se prepara para viajar a Estados Unidos y en la última vitrina se muestra al expresidente Fujimori, en alusión a una figura de poder [4]. Sobre esta diversidad de personajes, el director de la obra, Miguel Rubio, señala que en esta heterogeneidad de perfiles no se niega una matriz en común [4]. Es decir, a pesar de que, en este país, existe una diversidad de personas y culturas, se debe recordar el pasado común y los procesos históricos y sociales que han construido el presente, la realidad en la que estos personajes se desarrollan y cohabitan. De este modo, se ha evidenciado la agrupación Yuyachkani incorpora elementos del contexto social y político en el que se desarrolla a fin de incidir en la construcción de ciudadanía a través de sus obras teatrales, así como resalta la importancia de la memoria colectiva, y su incidencia en el presente y en la construcción del futuro.
Así, se observa que los temas que aborda Yuyachkani en sus obras están dirigidos a la memoria, en especial con el periodo de violencia ocurrido entre 1980-2000, periodo en el cual se formó esta agrupación. En un inicio, el objetivo era visibilizar la violencia que ocurría en el interior del país, y hacían teatro como respuesta a la violencia política. También, se buscaba revalorizar la vida, en especial la de los pueblos más alejados, en negación a que “la vida se consigne como un simple dato estadístico” [5]. Cuando el periodo de violencia se vio culminado y posterior a la creación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, dicho propósito se fue ampliando y reorientándose. El director, que había dado cuenta de la tendencia al olvido y escaso aprendizaje de estos dolorosos episodios, decidió “usar el teatro para combatir el olvido, para que el dolor se convierta en fuerza y poner esa fuerza del lado de los que reclaman justicia, en un tiempo en donde campea la impunidad” [6]. Así, Yuyachkani visibilizó las múltiples violaciones a los derechos humanos desde su cara más realista y cruda, humanizar a las víctimas que, para ese momento, eran consideradas no más que una cifra o un daño colateral en la lucha de un bien mayor.
Asimismo, Yuyachkani ha utilizado el teatro no solo como un medio de expresión artística. Cada una de sus obras, desde sus orígenes, ha estado orientada a la difusión de un mensaje o invitación a la reflexión de la audiencia, debido a los temas tratados en los mismos, de un pasado que nos esforzamos por mantener alejado de nuestro presente. En específico, Yuyachkani practica teatro social, el cual es definido como “una herramienta que promueve el protagonismo de las personas, que facilita el aprendizaje colectivo desde las experiencias humanas y que supone un instrumento para la participación activa en la transformación de la realidad” [7]. El contexto histórico de sus obras permite analizar de forma crítica nuestro pasado y nuestro presente. Asimismo, revaloriza las formas de perfomance indígenas, al incorporarlos de forma activa con las formas teatrales cosmopolita [Instituto Hemisférico]. Esta incorporación de temáticas y elementos técnicos teatrales logran que la diversidad y otras voces históricamente silenciadas no solamente encuentren una representación auténtica, sino que su cultura forme parte de la elaboración de la obra misma, lo cual le otorga a las comunidades originarias un papel activo, y no pasivo como suele tener en el teatro. Ello tiene una gran relevancia, ya que vuelve a Yuyachkani el punto medio entre el mundo occidental y el nativo, en igualdad de posiciones para que ambas voces puedan ser oídas y enfrentadas mutuamente, sin que una tenga que subordinarse a la perspectiva de la otra, como era usualmente abordado en el teatro tradicional.
A modo de conclusión, este artículo ha presentado a la agrupación teatral Yuyachkani, a partir de la cual se observa que el teatro, en tanto expresión artística, es una herramienta social y política, sobre todo en contextos críticos de la historia del país como el CAI. Además, se ha resaltado la importancia de esta agrupación en la recuperación de la memoria colectiva y en la construcción de ciudadanía como ocurre en las obras “Adiós, Ayacucho”, “Hecho en Perú, vitrinas para una museo de la memoria”, entre otras. Finalmente, a partir de esta revisión, se concluye que “el trabajo de Yuyachkani se sostiene en la convicción de que el presente es el sitio donde confluyen, con turbulencia, las aguas del pasado y del futuro” [4]. En otros términos, no es posible entender la realidad nacional sin mirar al pasado y es vital observar el presente para la construcción de un futuro sostenible y funcional para los ciudadanos y ciudadanas, en igualdad de derechos. Este es el legado de la agrupación teatral Yuyachkani tanto para las artes escénicas como para la sociedad en conjunto.
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Bibliografía
[1] DURAND, P. (2012). Lo político en la obra teatral Adios Ayacucho del grupo Yuyachkani y su relación con el periodo de violencia política 1980-2000 [tesis de licenciatura, Pontificia Universidad Católica del Perú]. Repositorio Institucional de la PUCP.
https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/20.500.12404/1513
[2] LORA, I. (2019). Yuyachkani en la posmodernidad: Visibilización y resistencia. [tesis de maestría, Pontificia Universidad Católica del Perú]. Repositorio Institucional de la PUCP.
[3] El peruano. (2021, 31 de enero). Teatro: Hasta hoy puede ver gratis a los Yuyachkani en Los Músicos Ambulantes. Sobre los Yuyas.
[4] CARBALLIDO, E. (2002). Hecho en Perú, el trabajo más reciente de Yuyachkani [reseña de la obra de teatro Hecho en Perú, vitrinas para un museo de la memoria].
https://cdigital.uv.mx/bitstream/handle/123456789/2530/200271P78.pdf?sequence=2&isAllowed=y
[5] RUBIO, M. (2010). Persistencia en la memoria. Utopías de la proximidad en el contexto de la globalización: la creación escénica en Iberoamérica. En O. Camargo (coord.), Utopías de la proximidad en el contexto de la globalización: la creación escénica en Iberoamérica (pp. 265-287). Universidad Central.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3418937
[6] ÑIQUEN, A. (2015). Yuyachkani: “Un presente sin memoria nos condena a un futuro empobrecido”. Redacción mulera.
https://redaccion.lamula.pe/2015/11/16/yuyachkani-un-presente-sin-memoria-nos-condena-a-un-futuro-empobrecido/albertoniquen/
[7] Anónimo (2015). ¿Para qué sirve el teatro social?. No soy asistenta.
https://nosoyasistenta.com/para-que-sirve-el-teatro-social/
[8] RUBIO, M. (s/a). Declaración artística. Yuyachkani: 40 años de teatro. Instituto Hemisférico.
https://hemisphericinstitute.org/es/hidvl-collections/item/1631-artist-statement.html
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