El Poder de la Palabra: Hacia un Periodismo con Perspectiva de Género en Perú

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Escrito por Stefany Inquilla, comisionada de Diálogos Humanos de Equipo de Derechos Humanos de la PUCP, y Beatriz Castro, comisionada de Impulsa DH del Equipo de Derechos Humanos de la PUCP

INTRODUCCIÓN 

En un país como el Perú, donde el machismo y la desigualdad continúan siendo problemáticas vigentes, es elemental asumir un completo compromiso con la erradicación de la violencia y discriminación machista en todas sus formas. La lucha contra la violencia sistemática contra las mujeres necesita ocupar espacios como el periodístico. Es decir, en medios de comunicación masivos, periódicos impresos, programas de información o de podcast. Pues el ‘qué’ y el ‘cómo’ en la información presentada en los reportajes, las noticias, las columnas de opinión y demás productos periodísticos construye activamente las narrativas que conforman nuestra realidad. Así, resulta imperante trabajar por un periodismo con enfoque de género el cual se asegure de evitar los actos discriminatorios, revictimizantes y vulneratorios contra las mujeres. 

El presente artículo busca presentar el periodismo con perspectiva de género y dejar en claro su importancia para construir una realidad más justa. Para lograr su cometido, el artículo se divide en 5 apartados. En primer lugar, explica el rol del periodismo en la construcción de la realidad social. Luego, define el periodismo con perspectiva de género para después abordar los principales principios que sigue. Posteriormente, se narran los diferentes desafíos y obstáculos que enfrenta este modo de hacer periodismo. Se finaliza el artículo sentando recomendaciones para lograr que el periodismo abandone el machismo sexismo y discriminación en todos sus ejes. 

1. La importancia del periodismo en la construcción de la realidad social y su influencia en la percepción de la mujer

La forma en la que se comunica interpreta y presenta información no es un mero accesorio. En efecto, la realidad se construye a través de la comunicación. Por ello, los medios de comunicación son factores esenciales en la socialización; desde pequeños, estamos expuestos a la televisión, a la radio o al periódico. Más recientemente, las redes sociales han ocupado un espacio importante en la manera en la que percibimos la realidad y cómo la interpretamos. No obstante, el periodismo tradicional aún ocupa un lugar hegemónico cuando se trata de lo que se considera verdad y lo que no. Es por esa razón que “los medios de comunicación se encuentran bajo la lupa, ya que son poderosos actores políticos, agentes socializadores de los sujetos desde temprana edad, se consagran como formadores de opinión pública, representan la realidad y el presente en el que vivimos” (Meuli, 2017, p. 474). 

No obstante, el periodista nunca terminará de presentar una versión objetiva de los hechos. Lo que los contenidos periodísticos y cómo estos son diseñados tendrán fuerte carga subjetiva, la cual estará directamente relacionada con la formación de los profesionales (Colectiva Justicia Mujer, 2024). Ello no significa que se deba renunciar a la elemental misión de lograr una comunicación pulcra, objetiva y democrática. Al contrario, es necesario enfatizar en la observancia de la información periodística. Una perspectiva sexista o machista en la información tiene consecuencias sociales, pues  presenta y mediatiza ideas que perpetúan la discriminación estructural e histórica de las mujeres. Así mismo, Meuli (2017), después de un análisis del lenguaje sexista en las noticias, señala que la presentación de detalles morbosos en noticias que retratan la violencia de género tiene como posible consecuencia la revictimización de las víctimas (p. 481). 

Sin embargo, no solo se trata de que los medios comuniquen o no determinada  información, sino también cómo la presentan. Por ejemplo, el empleo del término “crimen pasional” para informar sobre un feminicidio construirá una idea machista en los receptores de la noticia. Así también, insertarán la idea de que estos crímenes son válidos y justificados por la carga emocional del agresor; cuando en realidad constituyen una problemática real y grave dentro del sistema patriarcal en el que vivimos. Por el contrario, si se usa el término “feminicidio”, no solo se comunica con exactitud la gravedad de los actos de violencia, sino que además se visibiliza el crimen y las razones estructurales que se encuentran detrás. Aunque parezca poco importante, el tipo de narrativa que ambos ejemplos constituyen es completamente diferente. 

Finalmente, el periodismo también influye en el uso de términos y expresiones machistas, sexistas y objetivantes. El empleo de términos como “sexo débil”, “amas de casa” no solo estigmatiza a las mujeres ya históricamente invisibilizadas y discriminadas, sino que además perpetúa ideas limitantes que se desprenden de dichos términos. Con ello, fortalece prejuicios y estereotipos impactan en su calidad de vida. 

2. ¿Qué es el periodismo con perspectiva de género?

De acuerdo con Juana Gallego, directora del Observatorio para la Igualdad de la Universidad Autónoma de Barcelona, el periodismo con perspectiva de género va mucho más allá de solo informar sobre acontecimientos que impliquen a las mujeres. Se trata de darle significación a la desigualdad y hacer notar la realidad de las mujeres en un contexto patriarcal (Federación de Asociaciones de Periodistas de España, 2020, p. 7).  Así, este tipo de periodismo va más allá de entrevistar a más mujeres o darles mayor participación en el ejercicio periodístico (medidas también importantes). En realidad, el periodismo con perspectiva de género se propone dejar de perpetrar estereotipos que encasillan y discriminan a las mujeres, así como  sacar del centro la visión machista que no hace sino preservar ideas y actitudes que afectan sistemáticamente a las mujeres y disidencias. De ese modo, un verdadero periodismo con perspectiva de género, buscará esclarecer la narrativa alrededor de la información periodística, dejando de usar términos excluyentes, siendo transparentes con la información y creando noticias, reportajes y columnas que no perpetúen la desigualdad. 

En la actualidad lograr un periodismo con perspectiva de género ha sido un objetivo principal y urgente en la agenda por la igualdad. Examinemos algunos ejemplos en los que se aplica la perspectiva de género. En primer lugar, reportajes que no omitan problemáticas de género, y mucho menos que presenten eufemismos para ocultar la gravedad detrás de las mismas. Por otro lado, noticias que empleen lenguaje incluyente y no sexista.  O columnas que nombren a las mujeres por su nombre y apellido en lugar de hacerlo por su relación con algún hombre. Por supuesto, las situaciones mencionadas son solo algunos ejemplos de las diferentes directrices que debería seguir un verdadero periodismo con perspectiva de género. El siguiente capítulo será el encargado de ahondar en dicho punto. 

3. Principales principios del Periodismo con Perspectiva de Género

Manuales como el de la Colectiva Justicia Mujer y el Manual con enfoque de género para profesionales del periodismo agrupan una serie de principios y directrices para profesionales en el periodismo. En este capítulo, definiremos y explicaremos los principales. 

En primer lugar, la producción periodística debe comprometerse con el abandono de los  estereotipos de género. Se deben erradicar frases que aluden a constructos estereotipados o que presenten a las mujeres como débiles, naturalmente más emocionales que los hombres o más alineadas a profesiones que implican cuidado y atención.

Segundo, en el periodismo con perspectiva de género, es necesario que se llame a la violencia por su nombre. El manual de la Colectiva Justicia Mujer usa como referencia el “Decálogo sobre violencia contra las mujeres”, el cual fue publicado en el periódico español Público. Este reúne propuestas que permiten una contextualización correcta de la violencia machista Así, por ejemplo, no se debe obviar o evitar el uso de términos como “violencia de género”, “violencia sexista” o “violencia masculina contra las mujeres”. Así mismo se han de eliminar expresiones como “violencia doméstica o de pareja” (Colectiva Justicia Mujer,  2024, p. 38).  De ese modo, se elimina la idea de que la violencia de género es un hecho de índole privado y se enfatiza en la sistematicidad e historicidad de la misma. Además, es imperante que las noticias o reportajes intenten encubrir a los agresores obviando sus nombres. Así mismo, los testimonios de las víctimas pueden ser cubiertos solo con el consentimiento de la misma y de un modo que no pueda perjudicarla o revictimizarla.  

Sobre cómo presentar la violencia machista, el Manual con Enfoque de Género para Periodistas (2020) también presenta directrices como buscar que el lenguaje sea sencillo, no prejuzgar a la víctima, comunicar que no es negativo denunciar la violencia, evitar denigrar a la víctima, comunicar oportunamente el ciclo de la violencia y no brindar descripciones detalladas que creen morbo alrededor de la violencia (p.44)

Tercero, como se explicó en los apartados previos, es elemental que el periodismo no omita a las mujeres o disidencias en la información o las invisibilice detrás del maculino universal.  El uso de pronombres personales compatibles con la identidad de género no debe ser una cuestión secundaria a la hora de presentar noticias, reportajes o demás productos periodísticos. En efecto, se tiene que tener en cuenta que “al usar el masculino para abarcar a todas las personas estamos, de hecho, contribuyendo a la perpetuación de ese ciudadano que, como ya vimos, no es realmente universal” (Colectiva Justicia Mujer, 2024, p. 17). Por ello, debería establecerse el uso de @ o “x”: 

4. Desafíos y Obstáculos 

El periodismo con perspectiva de género enfrenta múltiples desafíos que dificultan su implementación efectiva en los medios de comunicación. Uno de los principales obstáculos es la falta de formación de los periodistas en esta área. La mayoría de los profesionales en el sector no han recibido educación específica sobre cómo abordar las noticias desde una perspectiva de género, lo que los lleva, muchas veces de manera involuntaria, a reproducir estereotipos y prejuicios en su cobertura informativa. Este problema se agrava por la ausencia de cursos especializados en las facultades de periodismo y comunicación, así como por la resistencia de algunas redacciones a capacitar a su personal en temas de igualdad. Sin una formación adecuada, es difícil que los periodistas puedan cuestionar narrativas tradicionales que han perpetuado visiones sesgadas de la realidad, lo que impacta directamente en la forma en que se informa sobre temas de género (Alianza de Medios Mx, 2021). Además, la falta de formación conlleva que se utilicen términos incorrectos o imprecisos en las noticias sobre violencia de género, reforzando la idea de que estos temas son aislados o fortuitos, en lugar de problemáticas estructurales. El desconocimiento también contribuye a que los medios minimicen la importancia de incluir voces expertas en género, lo que provoca un tratamiento deficiente de los hechos y la perpetuación de una narrativa que, lejos de contribuir al cambio, refuerza desigualdades existentes.

Otro obstáculo relevante es la presión comercial a la que están sometidos los medios de comunicación. En un contexto donde la rentabilidad es un factor clave para la sostenibilidad de los medios, muchas empresas periodísticas priorizan la producción de contenido que genere mayores niveles de audiencia y engagement en redes sociales, lo que puede llevar a privilegiar enfoques sensacionalistas en la cobertura de noticias relacionadas con la violencia de género o los derechos de las mujeres. Este fenómeno es particularmente evidente en los casos de feminicidios, donde la presentación de los hechos suele centrarse en el morbo y el detalle escabroso, en lugar de contextualizar la violencia dentro de un marco de desigualdad estructural. Esta presión comercial también limita la posibilidad de realizar investigaciones en profundidad que analicen las causas estructurales de la desigualdad de género, ya que este tipo de reportajes suelen demandar más tiempo y recursos (Abiuso y López, 2024). Como consecuencia, el periodismo con enfoque de género queda relegado en muchas redacciones, pues no se le percibe como una prioridad dentro de la línea editorial. En un entorno mediático altamente competitivo, los temas de género a menudo se consideran secundarios frente a otros contenidos que pueden generar mayores beneficios económicos, lo que perpetúa la invisibilización de problemáticas que afectan especialmente a las mujeres y diversidades.

A esto se suma la persistencia de una cultura machista en las redacciones y medios de comunicación. A pesar de los avances en materia de igualdad, muchas redacciones siguen estando dominadas por hombres, especialmente en los cargos de decisión. Esto se traduce en la invisibilización de las mujeres en la agenda informativa, la falta de cobertura de temas relacionados con la equidad de género y la reproducción de narrativas que refuerzan roles tradicionales de género (Viladot, 2025). Por ejemplo, en los paneles de opinión de los principales medios de comunicación, las voces femeninas siguen siendo minoría, y cuando se abordan temas de género, a menudo no se consulta a expertas en la materia, sino a figuras mediáticas sin especialización. En muchos casos, las periodistas que intentan impulsar un enfoque de género dentro de sus redacciones se enfrentan a resistencia o incluso a discriminación, lo que dificulta aún más la posibilidad de cambio dentro del sector. Además, esta cultura machista también se traduce en desigualdades laborales dentro de los medios, donde las mujeres suelen enfrentarse a techos de cristal, acoso y falta de oportunidades de ascenso. Aun cuando han logrado posicionarse en el periodismo, muchas mujeres deben sortear comentarios despectivos, dudas sobre su capacidad profesional y una constante necesidad de demostrar su valía en espacios dominados históricamente por hombres.

Finalmente, un reto importante es la resistencia social y política a la incorporación de la perspectiva de género en el periodismo. Existen sectores de la sociedad que consideran que el periodismo debe ser “neutral” y que abordar los temas desde un enfoque de género implica un sesgo ideológico. Esta percepción errónea ha sido promovida por ciertos grupos que ven la equidad de género como una amenaza a sus valores tradicionales y que intentan desacreditar cualquier esfuerzo por hacer que los medios sean más inclusivos. Este tipo de resistencia no solo limita el impacto del periodismo con enfoque de género, sino que también pone en riesgo a las y los periodistas que buscan promover una comunicación más equitativa  (Prieto, 2025). En muchos países, periodistas que abordan temas de género han sido blanco de ataques en redes sociales, campañas de desprestigio y amenazas, lo que genera un clima de miedo que desincentiva la producción de contenidos con esta perspectiva. Además, en algunos sectores políticos se han promovido discursos que buscan desacreditar la lucha por la igualdad de género, lo que repercute directamente en la percepción pública del periodismo feminista. La desinformación y las noticias falsas también juegan un papel clave en este contexto, ya que la tergiversación de datos sobre igualdad y violencia de género contribuye a alimentar la polarización y a dificultar la implementación de un periodismo comprometido con los derechos humanos.

En conclusión, el periodismo con perspectiva de género enfrentan múltiples barreras que van desde la falta de formación y la presión comercial hasta la cultura machista en las redacciones y la resistencia social. Superar estos desafíos requiere un compromiso real por parte de los medios de comunicación, los periodistas y la sociedad en general para promover una cobertura más equitativa e inclusiva. Sin una transformación profunda en la forma en que se informa sobre género, será difícil avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.

5. Recomendaciones para Medios y Periodistas

Para superar los desafíos mencionados y avanzar hacia un periodismo con verdadera perspectiva de género, es fundamental que tanto los medios de comunicación como los periodistas adopten medidas concretas que garanticen la equidad en la producción de contenidos y en la estructura interna de las redacciones. Un periodismo que aspire a ser justo e inclusivo debe reconocer su rol como agente de cambio social y trabajar activamente para erradicar los sesgos de género que persisten en su ejercicio. Esto implica no solo modificar la forma en que se presentan las noticias, sino también transformar las dinámicas de trabajo dentro de los propios medios para garantizar que la equidad de género no sea solo un ideal, sino una práctica cotidiana.

Una de las primeras acciones necesarias es la formación continua de los profesionales del periodismo en temas de género y derechos humanos (Alianza de Medios Mx, 2021). La educación en este ámbito no debe limitarse a cursos aislados o capacitaciones esporádicas, sino que debe incorporarse de manera estructural en la formación académica y profesional de quienes se dedican a la comunicación. Esto significa que las universidades deben incluir en sus programas de comunicación y periodismo asignaturas específicas sobre género, lenguaje inclusivo, representación mediática y análisis crítico de discursos. Del mismo modo, los propios medios deben asumir la responsabilidad de capacitar a su personal mediante talleres, seminarios y guías especializadas que les brinden herramientas para identificar y corregir sesgos en su trabajo diario.

El impacto de la formación en género no solo se refleja en la manera en que los periodistas abordan las noticias, sino también en la selección de los temas que consideran relevantes. Un periodista con conciencia de género no solo evita caer en estereotipos, sino que también busca visibilizar problemáticas que tradicionalmente han sido ignoradas por los medios. Esto es especialmente importante en la cobertura de casos de violencia de género, donde la falta de formación adecuada puede llevar a tratamientos inadecuados de la información, reforzando prejuicios y revictimizando a las víctimas. Con una educación adecuada, los periodistas pueden desarrollar un enfoque crítico sobre el impacto de sus palabras e imágenes en la percepción social de las mujeres y otros grupos históricamente marginados, contribuyendo así a una comunicación más justa e igualitaria.

Además, es clave que los medios de comunicación implementen guías de estilo que regulen el uso del lenguaje y la representación de género en las noticias. Estas guías pueden establecer criterios sobre cómo abordar temas de violencia de género sin caer en el morbo o la revictimización, así como recomendaciones sobre el uso de lenguaje inclusivo para evitar expresiones que refuercen estereotipos (Expok, 2014). La implementación de estas guías debe ir acompañada de una supervisión activa para garantizar que se apliquen en la práctica y no queden relegadas a meros documentos sin impacto real.

Asimismo, es necesario diversificar las fuentes utilizadas en los reportajes, asegurando que las voces femeninas y de comunidades subrepresentadas tengan un espacio dentro del debate público. Muchas veces, las noticias están dominadas por la opinión de expertos varones, lo que refuerza la idea de que los hombres son las principales autoridades en distintos ámbitos. Esta homogeneidad en las fuentes contribuye a la invisibilización de las mujeres en el ámbito público y refuerza la idea de que su conocimiento y experiencia son menos relevantes que los de sus colegas masculinos. Para contrarrestar esta tendencia, los medios deben hacer un esfuerzo consciente por incluir expertas en sus coberturas, así como por dar visibilidad a mujeres líderes en distintos sectores. Ampliar la diversidad de fuentes permitirá ofrecer una visión más completa y equitativa de la realidad, enriqueciendo la calidad del periodismo y ofreciendo a la audiencia una representación más fiel de la sociedad.

Por otro lado, es imprescindible promover la equidad dentro de las propias redacciones. Para que el periodismo con perspectiva de género sea una realidad, las mujeres deben tener mayor presencia en cargos de toma de decisiones y en la definición de la agenda informativa. Esto implica establecer políticas internas de igualdad salarial, acceso equitativo a oportunidades de crecimiento profesional y medidas contra el acoso y la discriminación en el ambiente laboral (Abiuso y López, 2024). Un medio que no garantiza la equidad en su propia estructura difícilmente podrá reflejar estos valores en su cobertura periodística. La existencia de techos de cristal dentro de los medios limita la capacidad de las mujeres para influir en la línea editorial y perpetúa la falta de representación de sus voces en el periodismo. Promover la equidad en la contratación y en los ascensos dentro de las redacciones es una condición indispensable para que el enfoque de género no sea solo un discurso, sino una realidad tangible.

Otro aspecto fundamental es el tratamiento adecuado de la información sobre violencia de género. Muchas veces, los medios caen en enfoques sensacionalistas que presentan los feminicidios como hechos aislados o como crímenes pasionales, sin profundizar en las causas estructurales de la violencia machista (Periodismo, 2021). En algunos casos, las noticias sobre violencia de género se centran en la vida personal de las víctimas, sugiriendo que ciertos comportamientos de ellas pudieron haber contribuido a su agresión. Esta narrativa no sólo desinforma, sino que también contribuye a la normalización de la violencia. Es importante que los periodistas contextualicen este tipo de noticias dentro de un marco de desigualdad de género y eviten narrativas que culpabilicen a las víctimas o justifiquen las agresiones. Un periodismo con perspectiva de género debe contribuir a la toma de conciencia social sobre la violencia de género y su erradicación, en lugar de reforzar estereotipos que perpetúan el problema.

Los medios también deben prestar mayor atención a la forma en que representan a las mujeres en sus contenidos audiovisuales, gráficos y digitales. La imagen de las mujeres en los medios sigue estando marcada por estereotipos sexistas que las reducen a roles de víctimas, cuidadoras o figuras decorativas. La publicidad y el entretenimiento también juegan un papel clave en la construcción de imaginarios colectivos, por lo que es fundamental que los medios asuman su responsabilidad en la promoción de representaciones más diversas y realistas de las mujeres y las diversidades de género.

Finalmente, los medios deben asumir un compromiso real con la promoción de una comunicación equitativa e inclusiva. Esto implica no solo modificar la forma en que se presentan las noticias, sino también abrir espacios de debate sobre la importancia de la perspectiva de género en la sociedad. La prensa tiene un papel fundamental en la construcción de imaginarios colectivos y en la generación de cambios culturales. Si los medios asumen su responsabilidad en la lucha por la igualdad, podrán contribuir significativamente a la transformación de una sociedad más justa e inclusiva para todas las personas. En este sentido, es importante que los medios no solo adopten políticas internas de equidad, sino que también usen su influencia para sensibilizar a la audiencia sobre la importancia de la igualdad de género. Esto puede lograrse a través de la producción de contenidos que cuestionen los roles de género tradicionales, la visibilización de historias de mujeres y diversidades, y la denuncia activa de prácticas discriminatorias.

En conclusión, transformar el periodismo para que incorpore una verdadera perspectiva de género es una tarea urgente que requiere cambios estructurales en la formación de periodistas, la gestión de las redacciones y la forma en que se presentan las noticias. No se trata sólo de evitar errores o reducir la carga de estereotipos en las coberturas, sino de construir un periodismo que sea un agente activo en la lucha por la equidad. La responsabilidad de los medios en esta tarea es innegable, y solo a través de un compromiso firme con la equidad de género podrán contribuir a una sociedad más justa y libre de discriminación.

CONCLUSIÓN

El periodismo con perspectiva de género es una herramienta fundamental para la construcción de una realidad más justa e igualitaria. Por un lado, esta forma de hacer periodista cuenta con directrices especifícias que promueven un abordaje consciente de la violencia y discriminación por razones de género. Así mismo, se proponen evitar el uso de términos sexistas y machistas o expresiones que legitiman la violencia patriarcal. Con ello, el periodismo no solamente será capaz de presentar información veraz y no violenta contra las mujeres y diversidades, sino que además podrá aportar al proceso por lograr una verdadera igualdad. Aunque existen dificultades en la aplicación de la perspectiva de género en el periodismo, medidas como el establecimiento de políticas internas y el fortalecimiento de una formación no machista para los y las periodistas podrían llevarnos a un periodismo cada vez menos violento y más igualitario. Para ello, resulta imperante que los entornos periodísticos peruanos se comprometan con instalar una perspectiva de género antes, durante y después de su labor periodística. 

BIBLIOGRAFÍA

Abiuso, M. y López, J. (2024). Caja de Herramientas para un Periodismo con Perspectiva de Derechos. 

https://lac.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/guia_caja_de_herramientas_para_un_periodismo_con_perspectiva_de_genero.pdf

Colectiva Justicia Mujer. (2024). Guía de periodismo con perspectiva de género. Colectiva Justicia Mujer. https://colectivajusticiamujer.org/wp-content/uploads/2024/03/Guia-de-Periodismo-con-perspectiva-de-genero.pdf

Daza, J. (2021). LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL PERIODISMO FOMENTA UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA. Fundación para el periodismo.

https://fundacionperiodismo.org/periodismo-por-una-vida-sin-violencia/la-perspectiva-de-genero-en-el-periodismo-fomenta-una-sociedad-mas-justa/

ExpokNews (2014). 5 recomendaciones para realizar periodismo con perspectiva de género. Expok.

https://www.expoknews.com/5-recomendaciones-para-realizar-periodismo-con-perspectiva-de-genero/

Meuli, N. (2017). Hacia un periodismo con perspectiva de género. Questión. https://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/66234

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2021). Manual de Género para periodistas. Alianza de Medios MX.

https://blob.alianzademediosmx.org/docs/2021/08/02/manualdegeneroparaperiodistaspnud.pdf

Prieto, U. (2025). La polarización que divide a la generación Z: por qué algunos hombres jóvenes rechazan el feminismo. Huffpost.

https://www.huffingtonpost.es/feminismo/la-polarizacion-divide-generacion-z-que-hombres-jovenes-rechazan-feminismo.html

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