Escrito por Ana Velarde, directora, y Ariana Angulo, miembro de la Comisión de Gestión Humana del Equipo de Derechos Humanos.
A lo largo de los años hemos visto cómo se desatan conflictos bélicos en distintas partes del mundo donde el ganador no solo obtiene poder político, social y económico sobre su rival, sino que se convierte en el causante de una serie de violaciones a los derechos fundamentales de distintos grupos. El grupo mayormente afectado durante estos conflictos es la población infantil. Estos, como consecuencia de la guerra y las prolongaciones de estas, se ven en la obligación de abandonar su lugar de origen con el fin de sobrevivir. Este problema se ha vuelto tan latente que la ayuda otorgada por distintas entidades a esta situación de vulnerabilidad humanitaria no da abasto para proteger a los millones de niños afectados. Es así que nos preguntamos: ¿qué ocurre con estos menores que se ven forzados a huir de la violencia? A continuación, se reflexionará sobre esta cuestión a partir de dos situaciones: la huida de los niños por su cuenta propia y la huida de los niños con ayuda.
En primer lugar, cabe la posibilidad de que los niños, en búsqueda de una huida de la violencia, se movilicen de las zonas de conflicto por cuenta propia. Si bien esto se puede deber a factores como la muerte de sus familiares, el abandono, entre otros; el factor que se discutirá en este punto es discutir los riesgos que se generan al realizar esta travesía sin protección alguna. Por un lado, los niños pueden encontrarse ante el peligro de reclutamiento por las partes del conflicto. A estos se les conoce como ‘niños soldados’ e implica que “[…] el niño se encuentre físicamente en el seno de fuerzas o grupos armados” (citado en Paola Reyes 2013: 39). Si bien han habido casos en que los menores aceptan formar parte de estos conflictos de manera voluntaria, estos casos siempre se deben a un tipo de vulneración ocasionada por el contexto de conflicto en el que viven y, sobretodo, se debe recalcar la dura realidad de no poder escapar de este círculo de violencia.
Por otro lado, también deben enfrentarse a la explotación infantil y al problema latente de la trata de personas. Durante su travesía muchos niños recurren a diversos trabajos que les permitan financiar su escape de la zona de conflicto, lo cual es aprovechado por las redes de traficantes, que engañan a los niños bajo falsas promesas de seguridad y trabajo. Estos explotan a los menores obligándolos a trabajar en condiciones deplorables e inhumanas, sometiéndolos a explotación sexual, vendiéndolos para matrimonios obligados, haciendo uso de estos para tráfico de órganos, etc. Asimismo, un informe de la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) nos informa que: “[…] los militantes usan el tráfico de personas para ganar dinero y para reforzar su control en áreas en las que el Estado de derecho es débil” (Naciones Unidas 2019). En consecuencia, los niños se vuelven solo un medio para estos grupos en pos de alcanzar sus objetivos y resguardar sus intereses.
Una última, pero no menos lamentable, forma de violencia a la que se pueden enfrentar los niños desplazados por conflictos son los ataques directos durante contra los grupos infantiles. Como mencionado con anterioridad, los niños se han convertido en herramientas empleadas en el conflicto, es así que se reconoce el problema de que: “[…] los niños se han convertido en objetivos de primera línea, utilizados como escudos humanos, asesinados, mutilados y reclutados para participar en los combates” (Unicef 2017). A partir de ello, contemplamos la posibilidad de la inexistencia de la salvaguarda de los niños en sus lugares de origen perdidos por fuerzas violentas en búsqueda de control e, incluso si logran escapar, siguen expuestos a posibles detenciones, represalias o futuros ataques perpetuando su rol no deseado como víctimas del conflicto.
En segundo lugar, puede darse la posibilidad de que los niños sean beneficiarios de tener un desplazamiento a cargo de organizaciones internacionales. Este será el caso de los niños desplazados. Este tipo de asistencia humanitaria se da en consecuencia de la prolongación de los conflictos bélicos que provocan la salida de niños, por ello, organizaciones como UNICEF guían el tratamiento de acogida de los niños en países aliados, instándolos a proteger a los niños tal como lo señalan el artículo 38 y 39 de la Convención Sobre de Derechos del niños (en adelante “ La Convención”). Las medidas más importantes son proporcionar un apoyo equitativo a todos los niños y niñas sin importar su origen, poner fin a las prácticas perjudiciales de gestión de las fronteras y la detención de niños inmigrantes, y empoderar a los jóvenes refugiados, migrantes y desplazados para que desarrollen su potencial.
No obstante, cuando los niños son desplazados se dan casos de separación de sus familias. El artículo 8 de la Convención establece que: “los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad […] y las relaciones familiares de conformidad con la ley” así este artículo se refleja en el artículo 6 de la Constitución de Perú que reconoce el derecho a la protección del medio familiar. Por ello, organizaciones como el Comité Internacional de la Cruz Roja promueven la búsqueda transfronteriza de familiares para que los niños puedan reencontrarse con sus familias a causa de una separación por un conflicto. Sin embargo, no siempre se da el reencuentro familiar por no existir condiciones de seguridad; por lo cual, las organizaciones se encargan de facilitar la comunicación mediante llamadas telefónicas y/o mensajes.
A modo de conclusión, en este artículo se han denotado los múltiples tipos de violencia a los que se encuentran expuestos los niños durante conflictos bélicos, lo cual permite recalcar la posición de estos como grupo vulnerable ante estas circunstancias. Además, se puede resaltar la necesidad de respetar realmente los derechos fundamentales del niño, siendo la solución más efectiva la prevención de los conflictos armados. El comienzo de un conflicto armado es producto de una prolongada relación de tensión, por ello, organismos internacionales como la ONU deben identificar estas situaciones y actuar como intermediarios para evitar la grave vulneración de los derechos de los niños.
Bibliografía
COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA
2007 Protección de los niños en conflictos armados. Consulta: 4 de septiembre de 2022.
https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/interview/children-interview-101207.htm
GLOBAL INITIATIVE
2017 La trata de personas en zonas de conflicto. Consulta: 4 de septiembre de 2022.
https://globalinitiative.net/analysis/la-trata-de-personas-en-zonas-de-conflicto/
NACIONES UNIDAS
2019 La trata de personas aumenta en zonas de conflicto. Consulta: 3 de septiembre de
2022.
https://news.un.org/es/story/2019/01/1449042
REYES, Paola
2013 “Los niños y las niñas como víctimas en los conflictos armados: Participación en las
hostilidades”. Revista Latinoamericana De Derechos Humanos. Volumen 24, pp. 35-56. Consulta: 3 de septiembre de 2022.
https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/derechoshumanos/article/view/5792
UNICEF
2022 Guerra en Ucrania: Apoyando a los niños y sus familias. Consulta: 4 de septiembre
de 2022.
https://www.unicef.org/es/emergencias/guerra-ucrania-supone-amenaza-inmediata-para-ninos-y-ninas
2017 Los ataques contra los niños han alcanzado proporciones alarmantes en los
conflictos de todo el mundo. Consulta: 4 de septiembre de 2022.
2006 “Convención sobre los derechos del niño”. Madrid: UNICEF Comité Español, pp.
6-48. Consulta: 4 de septiembre de 2022.
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