«El matrimonio no va a hacer más importante nuestro amor (…) Lo que va a hacer es reconocer derechos»: sobre la reivindicación de Claudia Castrosín de los derechos LGBTIQ+

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Escrito por Estephany León y Carmela Pérez, miembros del Área de Investigación del Equipo de Derechos Humanos.

Desde muy joven, la argentina Claudia Castrosín Verdú mostró interés por el trabajo social y el activismo. No obstante, fue a los 21 años que comenzó su larga labor activista por la reivindicación de los derechos de las personas LGBT [1]. El arduo trabajo de Claudia Castrosín comenzó después de que, por primera vez, experimentara discriminación por su orientación sexual, tras iniciar una relación lésbica. Sobre este tema, ella misma declaró que en Argentina “existía un exilio lésbico”, en tanto muchas mujeres lesbianas eran rechazadas por sus familias y la sociedad en las ciudades y pueblos pequeños, por lo que muchas de ellas se veían obligadas a migrar a Buenos Aires para poder disfrutar libremente de su opción sexual [2]. Asimismo, se conoce que Claudia Castrosín tuvo que salir de su natal La Plata y tuvo que vivir usando un nombre falso por doce años, con el fin de proteger a su familia del escrutinio público y la violencia lesbofóbica [3]. Sobre su familia, comentó lo siguiente: “Yo no juzgo a mis viejos porque ellos no me hayan entendido al principio. Nadie les dijo a ellos que existía una mínima posibilidad de que su hija fuera lesbiana. A los padres no les enseñan las múltiples opciones de amor. Algún día yo tendré el desafío de sí explicárselo a mi hija. De que puede elegir a quién amar.” [2]

Frente a las difíciles situaciones que se vio obligada a enfrentar y frustrada por no encontrar un espacio en el cual se sintiera identificada, Claudia se entregó al trabajo activista y encontró la ONG La Fulana, dedicada a brindar apoyo a mujeres lesbianas y bisexuales, dentro de la cual se involucró. Muy pronto, comprendió que era necesario visibilizar al colectivo, motivo por el cual, junto con su ex pareja María Rachid, comenzó a presentarse en diversos programas de televisión [2]. Si bien Claudia ha hablado con franqueza respecto al carácter amarillista de los programas en los que participaba – dentro de los cuales su pareja y ella fueron expuestas a comentarios homofóbicos y ataques de supuestos psiquiatras y psicólogos quienes les decían que “estaban enfermas” -, también ha explicado que aparecer en los medios de comunicación le brindó visibilidad a La Fulana, lo cual permitió que su ayuda pudiera llegar a las jóvenes mujeres que más lo necesitaban [2].

En 2007, Claudia Castrosín fundó “Queer” junto con su ex pareja María Rachid; esta publicación posteriormente se convirtió en el peródico oficial de la Federación LGBTI de Argentina [4]. Ese mismo año, Claudia comenzó a realizar un fuerte activismo en favor de la promulgación de la Ley de Matrimonio Igualitario. Actualmente, Claudia Castrosín preside la ONG La Fulana, es vicepresidenta de la la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), integra la Mesa Nacional por la Igualdad y el Consejo Nacional de las Mujeres, y fue reconocida en 2012 como “Personalidad Destacada en el ámbito de los Derechos Humanos” por la Legislatura Porteña [1].

Un momento decisivo en la lucha de Claudia Castro por los derechos LGBT llegó el 14 de febrero de 2007, cuando acudió al registro civil con su pareja, la también activista María Rachid, para pedir que se les permitiera contraer matrimonio. En ese momento, se reconocía la unión civil entre personas del mismo sexo en algunas ciudades argentinas, pero sabían que se les iba a negar el matrimonio, así que presentaron un recurso de amparo para que se declarar inconstitucional los artículos que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo [5]. Mientras que el recurso de amparo estaba siendo procesado, las diputadas Vilma Ibarra y Silvia Augsburger presentaron un proyecto de ley que permitiera el matrimonio igualitario, y con el apoyo de diversas organizaciones (incluyendo La Fulana y FALGBT), el 15 de julio de 2010, se consiguió aprobar esta ley [6].

A pesar de que el recurso de amparo llegó hasta la Corte Suprema y se preparaba un dictamen que favorecía a Castro y Rachid, con la aprobación del proyecto de Ibarra y Augsburger, no fue necesario continuar con el caso [7]. Sin embargo, según una nota de la agencia FARCO, este recurso de amparo no fue fútil, ya que “esta acción sirvió de antecedente para la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario” [8]. De hecho, este caso fue muy relevante para las personas LGBT en toda Latinoamérica, en tanto llegó a la Corte Suprema de Justicia argentina y, posteriormente, al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. De esta manera, por primera vez, se visibilizan las demandas de este colectivo.

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), los países firmantes de la Convención Americana de Derechos Humanos, tienen la obligación de “[garantizar] el acceso a todas las formas existentes de sistemas domésticos legales, incluido el derecho al matrimonio, con el fin de garantizar la protección de todos los derechos de las familias conformadas por parejas del mismo sexo sin discriminación” [9]. Esto significa que, los 12 países que se encuentran adscritos a esta Convención (entre ellos Perú), deben reconocer y garantizar los derechos de las parejas del mismo sexo. De igual forma, la Declaración Universal de Derechos Humanos establece en el Artículo 1° que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y en el Artículo 2°, que no pueden ser discriminadas de recibir estos derechos sobre ninguna base. Asimismo, en el Artículo 16° se determina que todas las personas tienen derecho a casarse y fundar una familia.

En conclusión, el activismo de Claudia Castrosín fue trascendental para que Argentina se convirtiera en el primer país latinoamericano y el décimo país en el mundo en aprobar una ley que reconociera el matrimonio igualitario. A pesar de que esto sucedió hace más de una década, la lucha por los derechos de las personas LGBT no ha terminado. Alrededor del mundo, sólo 29 países reconocen los matrimonios entre personas del mismo sexo, mientras que 67 estados todavía criminalizan este tipo de relaciones. Por todo esto, es imperativo que se sigan aprobando leyes como la que permitió que Claudia Castrosín pudiese contraer matrimonio, ya que es una forma de legitimar y visibilizar a la comunidad LGBT, y evitar que las personas sufran discriminación basada en el sexo de las personas que aman.

Referencias bibliográficas:
[1] La Fulana (2012, 30 de agosto). La Legislatura Porteña declara a Claudia Castrosín Verdú como personalidad destacada en el ámbito de los Derechos Humanos. https://web.archive.org/…/actividades,30-08-12,Claudia…
[2] Nos Digital (2012, agosto). “Antes existía un exilio lésbico”. https://web.archive.org/…/antes-existia-un-exilio-lesbico/
[3] Página 12 (2010, 2 de junio). Por qué el sí. https://www.pagina12.com.ar/…/3-47160-2010-06-02.html
[4] Bimbi, B. (2009, 6 de setiembre). Salió Queer, el periódico de la Federación LGBT. Crítica Digital. http://www.lgbt.org.ar/00-queer,05.php
[5] La Nación (2007, 15 de febrero). Son lesbianas y quieren casarse. https://www.lanacion.com.ar/…/son-lesbianas-y-quieren…/
[6] Página 12 (2010, 16 de julio). La presidenta de la FALGBT, María Rachid, narra el camino que llevó al matrimonio igualitario
https://www.pagina12.com.ar/…/3-149695-2010-07-18.html
[7] Página 12 (2021, 30 de mayo). Historia del matrimonio igualitario.
https://www.pagina12.com.ar/278524-historia-del…
[8] Agencia FARCO (2007, 14 de febrero) Hoy se cumplen 10 años del primer paso que sirvió para conseguir la Ley de Matrimonio Igualitario
https://agencia.farco.org.ar/…/hoy-se-cumplen-10-anos…/
[9] BBC (2018, 10 de enero). La histórica decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que llama a 12 países de América Latina a legalizar el matrimonio gay
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42639609

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