“Mustang”: una representación cinematográfica de los matrimonios infantiles, precoces y forzados en Turquía.
Norma Pérez Alvarado - - 0 144 ViewsEscrito por Norma Pérez, miembro del Área de Investigación del Equipo de Derechos Humanos.
“Mustang” (2015) es una película del género drama, dirigida por la turco-francesa Deniz Gamze Ergüven, la cual cuenta la historia de 5 hermanas huérfanas de madre y padre, quienes viven junto a su abuela en una zona rural de Turquía. Un día de verano, en el retorno de escuela a casa, las niñas comienzan a jugar y chapotear en el mar con un grupo de niños. Una vecina observó la escena y avisó a la abuela; bajo su interpretación, las niñas se habrían estado “complaciendo” con los niños. El tío de las niñas interviene y le dice a su madre que las cosas deben cambiar, pues está en juego el honor y la respetabilidad de la familia. A partir de ese momento, la vida de las niñas no vuelve a ser la misma.
Luego de ser castigadas físicamente por la alegada conducta obscena, son sacadas de la escuela y encerradas en la propia casa; la estructura de la vivienda es modificada de tal forma que no puedan escapar. Asimismo, les prohíben el uso y consumo de todo aquello que las pudiera “pervertir”, como el celular, la computadora, maquillaje, revistas, gomas de mascar, entre otras cosas, y dedicarán el tiempo en casa con lecciones de cocina, limpieza y costura. “La casa se convirtió en una fábrica de esposas”, lamenta Lale, la menor de las hermanas. Pronto, las familias vecinas comienzan a llegar para ofrecer a sus hijos mayores como maridos de las niñas, y las van casando, quieran o no, una por una.
La representación cinematográfica, nominada en los Premios Óscar 2016 como mejor película en lengua extranjera y ganadora de cuatro premios César en Francia, aborda la cuestión de qué es ser mujer en Turquía [1] y el drama de los matrimonios infantiles, precoces y forzados (también conocidos como CEFM por las siglas en inglés de Child, Early and Forced Marriage) en dicho país. Al respecto, cabe señalar que los CEFM tratan de “prácticas que se legitiman a través de un complejo entrelazamiento de normas culturales profundamente arraigadas, costumbres y tradiciones, así como inclinaciones religiosas que se fortalecen y se reproducen mutuamente a través del discurso y la práctica” [2]. Según el informe de ONU Mujeres titulado “El progreso de las mujeres en el mundo: en busca de la justicia”, se estima que la tasa de matrimonio infantil en Turquía es del 14% [3].
Estas uniones, en las que al menos una de las partes es menor de 18 años, y una o ambas partes no expresa(n) personalmente su consentimiento pleno, libre e informado, menoscaban seriamente los derechos humanos de las niñas. Entre las consecuencias negativas que se han demostrado, resalta la afectación al derecho a la educación, pues las menores, una vez casadas bajo estas prácticas, dejan la escuela, son confinadas a la esfera privada y asumen exclusivamente responsabilidades domésticas; luego, en términos de salud sexual y reproductiva, las niñas víctimas de matrimonio forzado son también víctimas de actividad sexual coercitiva por su cónyuge. “Las relaciones sexuales forzadas y los embarazos precoces están estrechamente relacionados con las altas tasas de morbilidad y mortalidad materna e infantil” [4]. Asimismo, se ha identificado que sufren episodios de violencia física y psicológica [2]. Con todo ello, la salud mental de las menores se ve gravemente afectada. Los hallazgos revelan que las mujeres casadas a edades más tempranas estaban en mayor riesgo de padecer trastornos mentales y cometer suicidio [5].
Estos indicadores tan lesivos, que forman parte de situaciones reales, fueron considerados y plasmados en “Mustang”. Así, mediante su obra, Deniz Gamze Ergüven señala haber cumplido con su deber como artista y ciudadana de cuestionar ciertas actitudes patriarcales y criticar aquello que ella llama “la incapacidad de la sociedad turca para percibir a las mujeres como nada más que objetos sexuales” [6]. En efecto, la película muestra cómo es que la vida de cada una de las 5 hermanas no les pertenece a ellas mismas, sino a sus tutores, el tío y la abuela. El hecho de casarlas contra su voluntad, así como someterlas a otros episodios violentos, niega su condición de sujetos de derecho, y con ello, su valor inherente como personas humanas. Sin duda, el fenómeno abordado en el filme motiva a la audiencia a contrarrestar aquellas prácticas tradicionales que mantienen intacta la discriminación de género, e invita a reivindicar los derechos humanos de la niñas y adolescentes, estos son, vida digna, disfrute del más alto nivel posible de salud, autonomía e integridad corporal, educación, entre otros.
Referencias bibliográficas:
[1] THE GUARDIAN. (2016, 15 de mayo). Deniz Gamze Ergüven: ‘For women in Turkey it’s like the middle ages’.
[2] UN WOMEN TURKEY. (2021). Research Study on the Perception of Men and Boys on Child, Early and Forced Marriages in Turkey.
[3] ONU MUJERES. (2011). El progreso de las mujeres en el mundo: en busca de la justicia. Pág. 134.
[4] UNFPA. (2021). Mi cuerpo me pertenece. Reclamar el derecho a la autonomía y la autodeterminación.
[5] SOYLU, Nusret y AYAZ, Muhammed. (2013). Sociodemographic characteristics and psychiatric evaluation of girls who were married at younger age and referred for criminal evaluation. Anatolian Journal of Psychiatry.
[6] EL PERIÓDICO. (2016, 10 de marzo). Deniz Gamze Ergüven: “Es terrible que la palabra feminismo esté mal vista”.
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