¿Se abren las puertas a la despenalización del aborto?: Una reflexión a partir del fallo emitido por la Suprema Corte México
Equipo de Derechos Humanos - - 0 41 ViewsEscrito por Karen Medina y Romina Toso, miembros de la Comisión de Eventos del Equipo de Derechos Humanos
El aborto voluntario y seguro es un derecho que no toda mujer goza, ya que son pocos los países que lo permiten, teniendo muchas veces que recurrir a abortos clandestinos por un embarazo no deseado. Así, en América, solo Uruguay, Cuba, Guyana, Guyana Francesa y Puerto Rico permiten abortar en las primeras semanas de gestación. No obstante, aún hay países que, de acuerdo a su legislación penal, prohíben el aborto sin excepciones, entre estos se encuentra El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Haití [1]. Esto trae como consecuencia que muchas mujeres deban desplazarse a lugares donde no sea penado el aborto para poder realizárselo o deban continuar con un embarazo no deseado al no tener los recursos suficientes para dicha movilización.
En Perú, de acuerdo a una encuesta realizada por PROMSEX [2], 19% de las mujeres peruanas entre las edades de 18 y 49 años señalan haber sufrido un aborto, además, la misma denota que la práctica del aborto no es propia de un solo sector socioeconómico, sino que es un problema transversal por el que tienen que pasar muchas mujeres al interior del país. Ahora bien, respecto al método utilizado para la interrupción del embarazo, se encuentra en primer lugar, el aborto quirúrgico, y, en segundo lugar, las pastillas. No obstante, se debe mencionar que el 49% de mujeres que decidieron optar por una interrupción quirúrgica tuvieron que ser hospitalizadas, mientras que, en el caso del método de la pastilla fue solo el 17% [3]. Esto muestra que hay una tendencia muy marcada a la necesaria hospitalización de la paciente luego del aborto quirúrgico, debido a no contar muchas veces con las medidas y protocolos necesarios para garantizar un aborto seguro que no ponga en peligro la vida ni la salud de la madre gestante.
Pese a contar con estas alarmantes cifras, en el Perú, el aborto sigue siendo penalizado por nuestra legislación, con excepción del aborto por razones terapéuticas, es decir, el único tipo de aborto que es permitido es aquel que es practicado por un médico con consentimiento de la mujer embarazada para salvar su vida o para evitar un daño grave o permanente en su salud [4]. Pero no fue hasta el año 2014 que se consideró necesario la implementación de una guía técnica para el personal médico en caso se presente una situación que permita este tipo de aborto [5]. Esto debido a los diferentes casos que fueron conocidos a lo largo de los años, en los cuales se demostraba que el mismo no se practicaba por diferentes motivos, entre ellos la poca concientización e implementación del enfoque de género de en la práctica médica, que finalmente no garantizaba el derecho de la mujer a practicarlo. Entonces, pese a tener un ligero avance sobre el tema que nos ocupa, los derechos sexuales y reproductivos, no bastaba con que la norma lo permitiera, ya que los mismos médicos se negaban a practicarla, siendo así pocos los casos que lograban obtener un aborto terapéutico.
Como se ha mencionado previamente, el Perú cuenta con una legislación bastante rígida sobre el aborto, la cual se refleja en la sanción penal, la misma que podrá recaer en la mujer embarazada o aquella persona que practique el aborto. Así, la pena que establece el Código Penal vigente a la fecha, puede ser desde la prestación de servicios a la comunidad hasta una pena de privación de libertad; lo cual dependerá del tipo penal impuesto en cada caso. Dicho de otro modo, la normativa peruana sanciona el autoaborto, aborto consentido, aborto sin consentimiento y el aborto preterintencional, y la sanción que se impone por recurrir a ellos puede ser, como se ha mencionado previamente, desde servicio a la comunidad hasta la cárcel.
Ahora bien, existen países que han decidido dar un paso más respecto a la legalización del aborto. Es así que, luego de varios años de lucha, Argentina logró un cambio en su legislación a fines de 2020. La Cámara de Diputados y confirmado por el Senado, legalizó la interrupción del embarazo hasta las primeras 14 semanas, convirtiéndose en uno de los más grandes avances dentro de América Latina. Esto demostró que la idea que se tenía sobre el aborto podía cambiar, siendo solo el inicio para futuros fallos históricos.
En lo que va del año, otro cambio ha sorprendido al mundo. México decidió también dar un nuevo paso respecto a la interrupción voluntaria del embarazo, siendo que la Suprema Corte declaró que era inconstitucional criminalizar el aborto de manera absoluta tanto para mujeres como para personas gestantes [6]. Este fallo partió por una legislación adoptada por el estado de Coahuila la cual imponía una pena de uno a tres años de privación de libertad a aquella mujer que de manera voluntaria se practicara un aborto o aquella persona que le hiciere abortar con consentimiento.
Si bien este es un gran avance para la legislación mexicana, este fallo no significa ahora que el aborto sea legal en todo México o que a partir del mismo todos los estados deban cambiar sus legislaciones. Debe resaltarse que lo que ha generado este fallo es que el estado únicamente de Coahuila esté obligado a modificar su Código Penal. Sin embargo, una peculiaridad de la decisión adoptada por la Suprema Corte es que se logró alcanzar la mayoría de votos de los magistrados, es decir, el fallo obtuvo más de ocho votos. Esto significa que se ha dado un nuevo precedente judicial para todos los estados mexicanos sin excepción, lo cual implica que deberá ser considerada en toda decisión que se tome a futuro por las autoridades federales como locales. En ese sentido, a partir de esta decisión, será inconstitucional toda norma penal que provenga de una entidad federativa que criminalice el aborto. Esta decisión y cambio en la legislación no se consiguió en una semana, sino que fueron años de protestas en México por muchos activistas que buscaban hacer respetar sus derechos y lograr un aborto voluntario, legal y seguro.
En nuestro país, como se ya se resaltó en párrafos atrás, la realidad del aborto no es ajena; según las últimas cifras, se estima que al año se practican un promedio de 410, 000 abortos. Es decir, más de 1000 abortos al día. Pese a ello, hasta el momento nuestro sistema normativo aún penaliza el aborto en su totalidad, a excepción del ya mencionado caso del aborto terapéutico, que incluso pese a ser legal, muchos centros de salud se niegan a atender. Desde una perspectiva del Derecho Penal y la criminología, la penalización del aborto no estaría cumpliendo su finalidad [8], la de evitar que la conducta tipificada se dé en la realidad, pues como ya se mencionó, las mujeres optan por concluir sus embarazos y estos no son casos extraordinarios, sino que ocurre diariamente. Además, hay que tener en cuenta el bajo porcentaje de casos de abortos que son efectivamente denunciados y procesados en el Perú. De modo que, seguir negando a las mujeres un acceso seguro para abortar no trae resultados efectivos, sólo provoca esconder una realidad que pasa y afecta la salud y amenaza la vida de las mujeres.
Por otro lado, una de las consecuencias de su prohibición es generar violencia de forma sistemática contra las mujeres, pues en lugar de proveerles acceso a un aborto seguro con las condiciones ideales, con protocolos adecuados y con equipo médico adecuado, lo que ocurre que es que se fuerza a las mujeres que deciden terminar con su embarazo a optar por una opción mucho más precaria que pone en riesgo sus propias vidas. En adición, se tienen que enfrentar a la crítica de una sociedad que condena a las mujeres que deciden usar su libertad para elegir sobre su cuerpo.
Tal como menciona Inés Romero [9], “[e]l derecho a la vida del concebido que da sustento a las leyes que penalizan el aborto deviene en la práctica en un mero recurso retórico, vaciado de contenido. De otra manera, cómo explicar que, por un lado, se plantee lícito u imperativo, intervenir en el cuerpo y la vida de las mujeres para garantizar la concepción, la vida prenatal y asegurar el nacimiento de nuevos individuos, mientras que, por el otro lado, se argumente la falta de medios para garantizar a las mujeres condiciones para el ejercicio de una maternidad gratificantes y a los que nacen las que requieren para desarrollarse como seres humanos plenos”.
Es importante reconocer que elegir tener hijos constituye una opción que cada persona debe tomar de acuerdo a su estilo de vida, propósitos, metas, condiciones, etc. Alimentar el estereotipo de que todas las mujeres tenemos por finalidad procrear únicamente perpetúa un modelo machista que reduce la mirada hacia las mujeres solo como sujetos que tienen la finalidad e incluso la obligación de querer generar otra vida. Del mismo modo, es fundamental recalcar que muchas veces un aborto es la consecuencia de la pésima política de Educación sexual en nuestro país; pese a diversos intentos legislativos, aún hablar con los niños, niñas y adolescentes sobre temas sexuales es un tabú en muchos centros educativos y aún más en las familias peruanas, en las cuales se prefiere evitar el tema antes que poder enseñar a sus propias hijas e hijos sobre educación sexual.
De acuerdo a la ENDES 2011 [10] el 50,9% de las mujeres utilizan métodos anticonceptivos, de las cuales el 35,3% utiliza métodos modernos. Es decir, casi la mitad de mujeres en edad reproductiva no utiliza ningún método y afronta el riesgo de tener embarazos no deseados. A esto hay que sumarle que, en diversas ocasiones por procesos legales iniciados por colectivos religiosos conservadores, se ha dejado de distribuir gratuitamente la píldora de emergencia.
En los últimos años, han existido unas pocas iniciativas legislativas que proponían la despenalización del aborto, aunque casi en toda su mayoría se han enfocado a permitir el aborto en casos específicos como violación sexual, inseminación artificial o transferencia de óvulos no consentida como la que se dio en el año 2014[11], dicho proyecto de ley fue designado a las comisiones de Justicia y Derechos Humanos, y Constitución y Reglamento del Congreso. Lamentablemente, para mayo del 2015, se decidió archivar el proyecto de ley. Y hasta el momento, el debate de la despenalización del aborto no ha vuelto a suscitarse en nuestro país otra vez.
Se puede notar que ha existido en la última década una tendencia a despenalizar el aborto en América Latina, lo cual se consiguió después de muchos años de lucha. Esto al tomar consciencia respecto a qué implicaba el aborto legal y su diferencia con el aborto clandestino. La realidad es una y es que, aunque el aborto está penalizado, incluso en el Perú, el mismo se practica, pero en escenarios clandestinos, sin expertos en la materia o los instrumentos necesarios para la intervención, lo cual repercute en la salud y vida de la madre gestante. El motivo de su práctica es sencillo, una mujer no se considera preparada para continuar con un embarazo por diversos motivos, entre ellos, no está en sus planes de vida ser madre física y mentalmente, no cuenta con los recursos económicos, entre otros. No obstante, debido a esta penalización, prácticamente se le obliga a continuar con el embarazo y tener un hijo no deseado que trae consigo una gran responsabilidad.
Por otro lado, la falta de debate en el legislativo da a entender que este realmente no es un problema en la sociedad peruana, sino que se acepta la idea de continuar obligatoriamente con un embarazo no deseado e ignorar cada nuevo caso que se da a conocer a través de la prensa sobre un aborto clandestino, y su consecuente sanción penal. Asimismo, se encuentra presente en esta falta de debate el enfoque machista que recae sobre la norma al imponer este rol a la mujer que es de tener como finalidad procrear una nueva vida y querer ser madres, pese a contar con un embarazo no deseado. En conclusión, la no incorporación de un aborto legal y seguro refuerza normas machistas que tienen como consecuencia la afectación directa a la salud de las mujeres, reprimiéndolas al no poder decidir sobre sus propios cuerpos y obligándolas a afrontar responsabilidades para las que no se sienten preparadas, las cuales tendrá un impacto en su vida.
Referencias bibliográficas:
[1] BBC News Mundo. (9 de septiembre de 2021). Aborto en América Latina: en qué países es legal, está restringido o prohibido.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45132307
[2] Centro de Promoción y defensa de los derechos sexuales y reproductivos (2019). El aborto en cifras: Encuesta a mujeres en el Perú.
https://promsex.org/wp-content/uploads/2019/02/EncuestaAbortoDiptico.pdf
[3]Ídem
[4] Dador, M. El aborto terapéutico en el Perú. [Archivo PDF].
https://promsex.org/wp-content/uploads/2012/07/EL-ABORTO-TERAPEUTICO-EN-EL-PERU.pdf
[5] Saludconlupa. (14 de julio de 2021). Aborto terapéutico: la resistencia de los médicos se inicia en la universidad. https://saludconlupa.com/la-vida-de-nosotras/aborto-terapeutico-la-resistencia-de-los-medicos-se-inicia-en-la-universidad/
[6] BBC News Mundo. (9 de septiembre de 2021). Aborto en México: la Suprema Corte despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en un fallo histórico para el país.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-58482259
[7] El aborto en cifras: Encuesta a mujeres en el Perú. Promex.
https://promsex.org/wp-content/uploads/2019/02/EncuestaAbortoDiptico.pdf
[8] Dado, M. El aborto terapéutico en el Perú.
https://promsex.org/wp-content/uploads/2012/07/EL-ABORTO-TERAPEUTICO-EN-EL-PERU.pdf
[9]Romero, I. (2002). El aborto clandestino en el Perú: Una aproximación desde los derechos humanos. Lima: Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.
[10] Situación del aborto clandestino en el Perú. CDD. Fecha de consulta: 22 de setiembre https://www.cddperu.org/es/informacion/hoja-informativa/situaci%C3%B3n-del-aborto-clandestino-en-el-per%C3%BA#
[11] Inician debate para despenalizar aborto en casos de embarazos por violación. Congreso. Consulta: 24 de setiembre https://www2.congreso.gob.pe/Sicr/Prensa/heraldo.nsf/CNtitulares2/8c9f15ed65c07a1d05257d860070dc96?OpenDocument&Click=
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