¡Ampay! La libertad de expresión en la televisión vs. la vida privada; El caso de Melissa Paredes

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Escrito por Emmanuel Gonzales y Sebastián Aragón, miembro de la Comisión de Comunicación e Imagen Institucional del Equipo de Derechos Humanos. 

El ampay de Melissa Paredes

El pasado miércoles 20 de octubre, a través de un spot publicitario, se presentó el adelanto del programa “Magaly Tv, la Firme”. En este avance, se observa a Melissa Paredes, quien es actriz, conductora, e influencer,cometer el acto de infidelidad hacia su pareja Rodrigo Cuba, jugador de fútbol en la liga profesional peruana, puesto que una cámara la grabó mientras ella estaba en su carro con Anthony Aranda, su pareja de baile en el programa “Reinas del Show”.

Para la realización de esta “noticia”, no solo se buscó grabar a la persona cometiendo el acto de infidelidad, sino también se le hizo un seguimiento al vehículo desde antes de su llegada al gimnasio hasta el estacionamiento de su casa. Además, durante el programa, se presentaron distintos calificativos para menospreciar a Melissa Paredes por los comunicados que publicaron en las redes sociales.

Asimismo, a partir de esta situación, se generaron múltiples controversias en las redes sociales, por las distintas opiniones que el público manifestaba sobre este tema. Sin embargo, se llegó a un extremo de acoso cibernético hasta el punto de que los involucrados tuvieron que suspender sus cuentas en las redes o bloquear los comentarios.

Cobertura de los hechos en la televisión

Melissa Paredes fue presentada como una mujer engañadora. Además, se realizó y presentó una búsqueda de su historial ante los engaños y un análisis de su vida con su aún esposo.

Así, se ha creado un perfil con nuevas características alrededor de la conducta de Melissa Paredes resumido en los siguientes términos: ‘’es infiel, descuidada, a la que al parecer no le importó su hogar y lo abandonó’’. La percepción de la imagen de la modelo y bailarina es importante, pues a partir del mismo se han desarrollado dos grandes acciones desde la noticia de su infidelidad: desvincularse de ella, y el seguimiento de lo que ella y su familia hagan.

Por un lado, el propio programa en el que trabajaba, América Hoy, decidió cubrir una entrevista en la que se la interrogó por sus acciones. Ella se mostró enojada y con lágrimas, para finalmente ser separada del trabajo. El programa alegó que ella no cumplía con el perfil que deseaban transmitir al público. Asimismo, la participante del programa “Reinas del Show” tampoco volvió a aparecer en el mismo, aun cuando ya había sido anunciado su retorno días anteriores. Así, no solo fue despedida de en los programas del espectáculo televisivo, sino que fue blanco de las burlas al ser parodiada en el mismo canal y presentar  las declaraciones de  Ignacio Baladán, para confirmar que ella tenía esa conducta en su relación y por ello terminaron. Además, trascendió la noticia de la cancelación de su papel en una producción de Michelle Alexander, con quien ya había trabajado en 3 series anteriormente [6]. La imagen de Melissa es importante y, al verse marcada por estas características negativas, las empresas que contrataron sus servicios decidieron alejarse para no ser vinculadas más con ella.

Por otro lado, a través de diferentes medios ha sido visible el seguimiento de Melissa y su familia, desde llamar por teléfono a su esposo hasta seguirlos por la calle. Es así como sus acciones se ven condicionadas a la privacidad del espacio en el que se encuentran al no  poder caminar por exteriores sin una cámara que los acompañe y un reportero interrogando sobre la infidelidad. Sin embargo, hechos como la grabación del balcón, ventanas y el exterior de la puerta de su inmueble indican un mensaje bastante importante: no hay lugar en el que no podamos seguirte [4]. Al considerar tanto a Melissa como a su esposo, Rodrigo Cuba, como figuras públicas se les ha definido como personajes que deben renunciar a su vida privada y a que las expresiones en torno a ambos sea libremente desarrollada por las personas en la televisión y juzgada por los televidentes. Así, al haber sido ella grabada por el programa de televisión de Magaly en un acto de infidelidad, e incluso la manera en que es percibida sea validada por los comentarios en redes sociales en los que la atacan por esta infidelidad refuerzan esta idea [5].

 La libertad de expresión ¿Hay un límite?

Una de las bases más importantes para que un país sea considerado democrático y liberal es la capacidad o el alcance de la libertad de expresión. En la constitución peruana, se menciona que “toda persona tiene derecho a la libertad de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento alguno, bajo las responsabilidades de ley” (Constitución política de Perú, 1993, artículo 2). Es decir, cada ciudadano puede opinar, informar, expresarse o difundir sus pensamientos, así como se mantiene la dualidad entre el emisor y receptor sobre estos mismos derechos.

Sin embargo, esta disposición  presenta  ciertas limitaciones. En este sentido, la controversia empieza en la coalición de la libertad de expresión con los derechos al honor y la intimidad. “Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que este se rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las responsabilidades de ley” (Constitución política de Perú, 1993, artículo 2). En otras palabras, si se presenta una información inexacta o un agravio hacia una persona en el ejercicio de la libertad de expresión de la otra, puede considerarse como una conducta sancionable. Para este caso, la información debe hacerse pública y se debe mostrar las pruebas. En caso de que la información sea inexacta, se deberá efectuar su debida corrección.

En el caso de la intimidad personal, el mismo artículo de la Constitución menciona que toda persona tiene derecho a la intimidad personal y familiar donde se protege la esfera privada de la persona en su dimensión de sujeto individual y con su entorno familiar. En este caso, la intimidad puede entenderse como la facultad de excluir cualquier intención de acceso a lo que se quiera que permanezca fuera del conocimiento de los demás. Por lo mismo, su derecho permite excluir del conocimiento público los hechos o actos que nos vinculan personalmente, sobre todo los de carácter sensible como sexualidad, temas económicos, salud, entre otros.

Entonces, sobre lo sucedido con Melissa Paredes y Rodrigo Cuba,  se evidencia un nuevo conflicto entre la libertad de expresión, en este caso de la prensa, sobre todo del programa conducido por Magaly Medina, y el derecho a la vida privada de las personas. Como lo menciona Soto (2016), el principal problema se detecta en la estructura de poder, puesto que quienes deciden que este tipo de información salga en las pantallas de manera pública son los dueños de los canales quienes buscan generar la mayor cantidad de ganancias posibles en los productos que ofrecen.

En este sentido, el ocio toma parte importante de la vida de las personas en una sociedad de información o conocimiento. A partir de largas jornadas de actividades, los individuos buscan distintas formas de entretenimiento y encuentran en la divulgación de la vida de otras personas como una fuente de distracción en su cotidianidad. (Featherstone 2008, citado en Soto , 2016). Por esta parte, se puede decir que los intereses de los colectivos y consumidores sociales son los que dan la pauta a los grupos de poder de los medios de comunicación a seguir promoviendo este tipo de entretenimiento por la reciprocidad que se sugiere: consumir y entretener.

Por otra parte, queda la reflexión de qué tanto se está normalizando el poder invadir la vida privada de las personas, teniendo en cuenta que su conducta puede ser juzgada de manera diferenciada por la cultura de nuestra sociedad. Por ejemplo, en las infidelidades no es la misma concepción que se tiene de un hombre con una mujer. Al primero, se lo posiciona como un ganador o un tonto por dejarse ser descubierto; mientras que, a la segunda, en mayor medida se la vincula con la malversión o la deshonra de su persona.

Del mismo modo, cabe preguntarse hasta  qué punto se puede llegar para satisfacer la necesidad de entretenimiento de las personas. En el caso presentado, hubo un seguimiento de la camioneta de Melissa Paredes por distintas rutas de la capital. Además, se grabó de manera intencionada la interacción de dos personas dentro de su vehículo que contaba con lunas polarizadas, por lo que se hizo un esfuerzo mayor para conseguir estas imágenes. Todo esto fue presentado de manera pública y se generaron distintos comentarios que buscaban dañar más aún la imagen de la persona involucrada.

Conclusiones 

El caso presentado lleva a la interrogante del límite de  la libertad de expresión frente al  derecho a intimidad o a la buena reputación. ¿Los programas de farándula pueden exponer los aspectos de la vida de una persona? ¿Se puede difundir esta información a sabiendas de que pueden influir negativamente tanto en la persona como en su reputación? ¿Lo ético queda de lado? [4]

Por estas razones, aunque Melissa Paredes ya no se encuentra trabajando en televisión, se mantiene como el elemento de la polémica para aquel medio que se desvinculó de su imagen; es decir, se mantiene como una persona sobre la que se puede opinar, hablar e incluso juzgar. A ello se suma lo atractivo que es buscar más información sobre el tema de la infidelidad, tratando de comunicarse con su aún esposo y la familia, consiguiendo grabar desde los exteriores de su departamento y buscar en sus redes sociales que corrobore las nuevas suspicacias[2]. Este caso también permite recordar noticias de mujeres en la televisión que fueron retiradas y perseguidas por sus propias polémicas, y permite proponer diferentes cuestionamientos.

Por lo tanto, el tema que se busca llevar a la reflexión es sobre el comportamiento ético de los medios de comunicación sobre indagar en la vida privada de una persona por el simple hecho de satisfacer las necesidades de entretenimiento de terceros. Asimismo, queda la pregunta si es realmente equitativo el castigo social que se incurre en cada individuo de una relación en los casos de infidelidad por los estigmas sociales que existen.

 

Bibliografía

[1] Constitución política del Perú [Const]. Artículo 2. 31 de diciembre de 1993

[2] Soto, I (2016). La industria del chisme ante los tribunales: conflicto entre el derecho a la libertad de expresión V. el derecho a la vida privada. vLex, 12.

https://vlex.com.pr/source/revista-clave-6533/issue_nbr/%2312

[3] MAGALY TV FANS (20 de octubre de 2021). Ampay Melissa Paredes, Magaly Tv – La Firme (Programa Completo 20/10/21). Youtube.

https://www.youtube.com/watch?v=Ox8Jbrh43Sg&t=53s

[4] Bottazzi, G. L. (2016). Conflicto entre derecho a la privacidad y libertad de expresión.

https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/5360

[5] EspectáculosLR (22 de octubre del 2021). Magaly Medina alcanza 29 puntos de rating tras el ampay de Melissa Paredes. La República.

https://larepublica.pe/espectaculos/2021/10/22/magaly-medina-alcanza-picos-de-20-puntos-de-rating-tras-el-ampay-de-melissa-paredes-y-anthony-aranda/

[6] INFOBAE-Perú (27 de octubre del 2021). Melissa Paredes y el ampay que la llevó a perder todo lo ganado en TV, hasta su matrimonio. Infobae.

https://www.infobae.com/america/peru/2021/10/26/melissa-paredes-y-el-ampay-que-la-llevo-a-perder-todo-lo-ganado-en-tv-hasta-su-matrimonio/

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