Situación y análisis de los trabajadores en Bangladesh a partir del desastre en Rana Plaza

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Escrito por Sergi Gonzalo Marcos Fernández Luna, miembro de la Comisión de Eventos del Equipo de Derechos Humanos.

En el mundo, existen marcas de ropa reconocidas por todas y todas. Sin embargo, es conocido también que muchos no sabemos ni imaginamos cómo es que estas marcas preparan previamente sus prendas antes de llegar a la tienda destino. Luego de la creación del documental acerca de los desastres ocurridos con los trabajadores de fábricas textiles en Bangladesh sale a la luz: Made in Bangladesh-The Fifth Estate. Esto permitió que se empiece apreciar con mucha más atención las condiciones bajo las cuales nos vestimos en el día a día [1]. En Rana Plaza, fábrica textil ubicada en Bangladesh, millones de personas perdieron la vida tras el derrumbe que ocurrió en dicho establecimiento, dando lugar a uno de los acontecimientos más lamentables, y es que no es secreto para mucha gente las condiciones bajo las cuales se encontraban los trabajadores que laboraban en las fábricas textiles.

Pese a que existen Convenios Internacionales, que protegen del trabajo forzoso a los y las trabajadores como son los Convenios Nº 20 y 105 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) [2 y 3]. Bajo esta línea, es inaudito como las empresas explotan a sus trabajadores en Bangladhes. Los trabajadores en las fábricas textiles en dicho país tienen una remuneración que no es equitativa para las labores que realizan y el tiempo en el que se encuentran en la fábrica. Y por no parecer suficiente, viven en condiciones inhumanas y arriesgan sus vidas diariamente, pues se les prohíbe salir del lugar, y para asegurarse de ello, bloquean todas las entradas con cajas y las ventanas se encuentran cubiertas con barrotes. Así que, no hay una salida del local, o una salida para incendios. Esto es evidencia de por qué surgen incidentes como el de Rana Plaza.

Los y las trabajadoras de Bangladesh continúan con sus labores, debido la pobreza en la que vivían. Made in Bangladesh-The Fifth Estate fue grabado de forma anónima, pues los y las trabajadores temían de ser despedidos por denunciar esta situación [4]. Las grandes empresas se aprovechan de los trabajadores, tales como Nike, The Gap, Walmart, entre otros. Lo alarmante es que las mismas empresas y sus subcontratistas, al tener conocimiento de los desastres como el de Rana Plaza o los incendios, únicamente se limitaban a desconocerlo y reemplazar a dichas personas por otras, pues lo que nunca faltaría en Bangladesh sería personas dispuestas a trabajar por la necesidad social. A partir del desastre de Rana Plaza, se investigaron las condiciones laborales en las fábricas textiles. Una de las pruebas es el documental que aborda esta problemática. Este consistía en entrevistar a actuales trabajadores o a quienes habían sido despedidos de las fábricas por accidentes que les impedían cumplir de manera efectiva sus labores.

A partir de lo mencionado se va a realizar un análisis a partir de los derechos que están siendo vulnerados dentro de las fábricas en Bangladesh. Bajo esta línea, podemos darnos cuenta que no solo sus condiciones como trabajadores están siendo transgredidos sino que de la misma forma estas personas arriesgan en su día a día viviendo en las condiciones deplorables en las que las tienen, y que por el cual son obligados a quedarse allí hasta altas horas sin que nunca cambie su situación. Con respecto a la forma en cómo se encuentran laborando, no se les estaría dando condiciones equitativas ni satisfactorias. Además, no cuentan ni siquiera con una protección frente al desempleo (Artículo 23 de la DUDH) en la medida que el ejercicio de sus condiciones como trabajadores se vieron vulneradas de principio a fin, ya que los obligaban a quedarse encerrados con la amenaza constante de ser despedidos y mantenerse en la extrema pobreza. Es decir, que vivían marginados en seguir en la pobreza. Una prueba de eso eran los incendios que se desarrollaban en Bangladesh donde al encontrarse encerrados y darse ese incidente, no tenían forma de cómo salir, y una de las víctimas confesó que tuvo que saltar de un piso elevado para no perder la vida. Sin embargo, costó una lesión grave en la pierna por la cual fue descartado para seguir trabajando, a pesar de que todo fuera producto de un incidente ocasionado por los mismos empleadores. Incluso tampoco contaban con una remuneración equitativa y menos satisfactoria para las necesidades en las que se encontraban, por lo que no podían garantizar una situación favorable entre sus familias, vulnerando totalmente la dignidad de estas personas en aprovechamiento de su situación económica. Cabe precisar que tampoco contaban con un descanso ni disfrute de tiempo libre. Además, no tenían un límite de tiempo de estancia laborando en las fábricas pues se prioriza el beneficio de las empresas (Artículo 24 de la DUDH). No hay descanso mínimo ni razonable. Por ende, su capacidad física se ve vulnerada y afecta su salud.

En un nivel amplio de análisis que trasciende los derechos inherentes al trabajo reconocidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos, tenemos también que no se les daba una nivel adecuado de salud y bienestar ni para ellos ni para sus familias en ninguno de los ámbitos posibles, ya que no se les favorecía en lo absoluto su retribución ni para alimentación, vivienda ni contaban con asistencia médica (Artículo 25 de la DUDH). Las extremas dificultades que enfrentaban los trabajadores de las fábricas textiles en Bangladesh causa que pierdan extremidades en los accidentes, causa que o pierdan la vida como fueron todas las víctimas del incidente de Rana Plaza y los incendios. Inclusive como comentamos, tras los accidentes donde se perdían millones de vidas tras el derrumbe o incendio de los edificios. Ahora bien, los subcontratistas de las empresas se limitaban a desconocer las situaciones en las que mantenían a sus trabajadores y reemplazarlos, situación la cual afectaba a alguno de los empleadores que conocían de esta situación.

A modo de conclusión, situaciones como lo sucedido en Bangladesh, nos invita a reflexionar al respecto de cómo muchas veces situaciones que a la vista parecen normales guardan un trasfondo lamentable. Por ejemplo, las empresas del exterior venden en grandes cantidades prendas de vestir a un precio mayor, y es que en el mercado de como normalmente se mueve el costo de fabricación, para ellos no figuraba mayor problema toda vez que encontraban en la gente de Bangladesh “una oportunidad de mercado” única. La explotación y aprovechamiento de personas que se encuentran en extrema pobreza es una situación que vulnera los derechos humanos y laborales.

 

BIBLIOGRAFÍA

[1] EL MUNDO (2018). Cinco años del derrumbe del Rana Plaza: logros y cuentas pendientes en la industria textil de Bangladesh

[2] Convenio OIT Nº 20: Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930. Convenio relativo al trabajo forzoso u obligatorio

[3] Convenio OIT Nº 105: Convenio sobre la abolición del trabajo forzoso, 1957. Convenio relativo al trabajo forzoso u obligatorio

[4] EL MUNDO (2018). Cinco años del derrumbe del Rana Plaza: logros y cuentas pendientes en la industria textil de Bangladesh

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