Escrito por Piero Chávez Gonzales, director de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos. 

El día 13 de enero, el Congreso de la República aprobó la Ley de Orfandad. Esta fue una propuesta del Poder Ejecutivo, que el Congreso acogió de manera positiva y logró aprobar con abrumadora mayoría: 115 votos. La norma establece que serán beneficiarios de la asistencia los niños, niñas y adolescentes que se encuentren en situación de orfandad por haberse producido el fallecimiento de su padre, madre o ambos. 

Esta norma representa un avance para los derechos de la niñez. Establece las siguientes medidas. Se otorgarán 200 soles bimestrales y se mantendrá vigente hasta que el beneficiario cumpla los 18 años. Asimismo, establece que el Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif) implementará un registro nominal de las personas beneficiarias, lo que permitirá el seguimiento y acompañamiento por parte de esta entidad. 

Por su parte, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables se encargará de garantizar los derechos fundamentales desde que los beneficiarios son identificados: educación, salud, alimentación, integridad física y psicológica. A su vez, se fortalecerán las acciones para la vida independiente de los beneficiarios como el acceso al Sistema Integral de Salud, Beca 18, la formación e inserción laboral, entre otros. Finalmente, la Reniec implementará el registro de información de niños, niñas y adolescentes en situación de orfandad, así como la PCM creará la Comisión de Alto Nivel para atender esta problemática. 

Desde Diálogos Humanos, saludamos que el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo hayan logrado impulsar la Ley de Orfandad, que beneficiará a miles de niños y niñas en todo el país. Los derechos de la niñez deben ser una prioridad en la agenda estatal, sobre todo si se encuentran en situación de vulnerabilidad como el caso de la niñez en situación de orfandad. Definitivamente, esta ley representa un avance en la defensa de los derechos de  los niños, niñas y adolescentes del país. 

Fuente: El Comercio