Dentro del retablo: Ser homosexual en las comunidades rurales de los Andes

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Escrito por Stephanie Cortez y Joaquín López, miembros del Área de Investigación del Equipo de Derechos Humanos.

En el mes de junio, se reivindica los derechos de la comunidad LGBTIQ+. Este recordaris debe partir de un enfoque interseccional, que visibilice la existencia de la diversidad sexual y sus experiencias donde no suele hablarse de ello. El director Álvaro Delgado-Aparicio recogió esta iniciativa y la materializó en la película “Retablo”, que trata la homosexualidad en el escenario de las comunidades rurales andinas, específicamente, en Ayacucho. Esta película se estrenó el 2017, en el Festival de Cine de Lima, y se hizo acreedor de importantes premios y nominaciones internacionales, incluido un Óscar por Mejor película internacional en el 2019, y su incorporación en la plataforma de Netflix el 2020. En su búsqueda por visibilizar la identidad comunitaria, decidió tomar la palabra a la actriz Magaly Solier y volcar la producción a un guion hecho absolutamente en quechua [1]. Asimismo, cabe resaltar su característica más peculiar, la pieza de arte de la cual gira en torno el título y el oficio familiar del protagonista: el retablo ayacuchano. Esta pieza artística, formada por un cajón con puertas decoradas, en cuyo interior alberga un pedazo de la vida comunitaria que se revela al abrirlo [2]. Esto es usado a su vez como metáfora para hacer referencia a un pedazo de la realidad que desea mantenerse a puertas cerradas, pero que inevitablemente llega a revelarse ante los ojos de todos tarde o temprano.

La película nos muestra inicialmente la relación armoniosa entre Segundo (el protagonista) y su padre Noé, a quien solía ayudar en el taller con la intención de instruirse para ser un maestro retablista como su padre algún día. Sin embargo, dicha armonía se rompe cuando Segundo descubre, por accidente, que a su padre le atraen los hombres, lo que rompe al mismo tiempo la imagen idealizada que tenía de él. Se nos muestra el conflicto interno de Segundo al asimilar esta noticia, desde el rechazo inicial de su figura paterna y de lo que representaba, hasta la posterior reconciliación y aceptación de su padre. La película se desarrolla desde 3 ejes centrales. En primer lugar, la homofobia, que está profundamente enquistada en la sociedad peruana, y aún más en la andina. Como anuncia Beteta: “presenta la violencia homofóbica como una continuidad (agravada) de una violencia pre existente en un escenario social sin homosexualidad” [3]. En segundo lugar, la construcción de la masculinidad andina. Se construye por el contraste entre la figura de “hombre” y “maricón”, que se manifiesta en una búsqueda constante de reafirmar su heterosexualidad [4]. También se evidencia a través del uso de la violencia tanto física como verbal como método represivo y como parte de la cotidianeidad masculina [5]. En tercer lugar, el conflicto identitario de Segundo. El descubrimiento sobre el secreto de su padre pone en conflicto las normas sociales de intolerancia absoluta a la homosexualidad, y el afecto filial a su padre [3]. Ello lo lleva a desafiar las normas cuando decide quedarse con su padre, por lo cual es socialmente castigado.

“Retablo” nos introduce a Noé como un hombre pacífico, trabajador y de alta estima por los habitantes del pueblo, además de ser un padre afectuoso y paciente con su hijo. No obstante, detrás de esa imagen que exterioriza hacia los demás, oculta en secreto una parte de sí que, en el contexto social y cultural en el que vive, es rechazado y hasta castigado: su atracción sexual hacia los varones. Ello hace que lleve una vida secreta de los ojos de los demás y de su propia familia, en la que ejercitaba su sexualidad con otros varones a los que se sentía atraído, e incluso tenía una relación extramatrimonial con otro hombre, la cual ocultaba con la excusa de coordinar entregas de retablos al pueblo. Ahora bien, es un secreto que no puede guardar por mucho tiempo, ya que Segundo lo descubre en medio de un acto sexual con el conductor que los llevaba al pueblo. Asimismo, se nos muestra otra faceta que Noé oculta de otros: triste, por tener que afrontar los problemas personales vinculados con su orientación sexual, ansioso y alerta de que su secreto se vea al descubierto ante los ojos de su esposa e hijo.

Bajo esta línea, esto se encuentra lejano de ser una experiencia aislada, o netamente personal de Noé. Por el contrario, se nos muestra la hostilidad de esa comunidad hacia los homosexuales, así como las consecuencias de ejercer su sexualidad fuera del modelo heterosexual, que se considera como “natural”. En este sentido, el desenvolvimiento de Noé representa la cotidianidad de las personas homosexuales dentro de las alejadas comunidades andinas, y la forma en cómo ellos deben adaptarse a su entorno no solamente por encajar, sino para hacer posible vivir allí. Tal y como dice Pilar Gavillano: “Ser homosexual es estar expuesto al rechazo y al odio en muchas sociedades, pero en la película dejan meridianamente claro que ser homosexual en los andes rurales puede ser de necesidad mortal” [4].

En el largometraje se aborda la homosexualidad como un elemento innovador, ya que esta temática no ha sido abarcada en el cine andino anteriormente, a excepción de la película “El Pecado” (2007) [4]. Por un lado, la homosexualidad, al igual que la heterosexualidad, es parte de la condición humana, y varias sociedades de la antigüedad lo normalizaron. Sin embargo, esta normalización fue censurada por el auge de la Iglesia Católica en las sociedades europeas, y las posteriores conquistas de dichas sociedades al resto del mundo. Balbuena señala que la homosexualidad llega al siglo XX con una tremenda carga histórica de señalamientos y descalificaciones de origen medieval, originada en su sodomía y acrecentada por una “falta de hombría” [6]. En ese sentido, en un periodo inicial el cine reflejó este rechazo y encasillamiento hacia la comunidad LGBTIQ+, al usarlos como recurso “cómico”, al travestirlos de mujeres y coqueteando con varios hombres, recurso usado incluso por la televisión nacional [7]. No obstante, el siglo XX es conocido como un periodo de cambios sociales y reivindicación de derechos: “as minoría sociales, entre ellas la comunidad homosexual, reclaman un sitio digno en la sociedad y, por tanto, en la cinematografía” [8]. Por otro lado, a partir de la década de los 90’s se empezó a abordar la diversidad sexual de manera diferente, la representación de los personajes LGBT se dio “de manera respetuosa, a veces trágica, pero en general, bastante realista” [7]. A pesar de la evolución positiva de los personajes LGBIQ+ en el cine, ello no quita que su representación se dio únicamente desde la perspectiva de las sociedades occidentales, siendo mínima e incluso nula su representación en otros escenarios culturales. Ello lleva a una homogeneización de la figura del homosexual no solo como personaje, sino también como persona, lo cual ha llevado a que se niegue otras manifestaciones de ser homosexual, e incluso se niegue su propia existencia en las comunidades tradicionales.

A partir de ese entendimiento de la homosexualidad, gran parte de los letrados han considerado la homosexualidad como ajenas a las comunidades andinas tradicionales, y cuya presencia en ellas se debía a la influencia de los españoles durante el colonialismo [9]. Ahora bien, esta afirmación se encuentra lejos de la realidad. El historiador Edmundo Fayanas explica que, dentro del mundo inca, la homosexualidad era practicada con frecuencia, hecho de lo cual se tiene crónica de los conquistadores españoles [10]. Las relaciones sexuales entre varones eran practicadas con fines religiosos, como lo muestran algunos huacos de esa época, e incluso era practicado en la sociedad inca, aunque con mayor discreción [10]. Sin embargo, con la llegada de los españoles al territorio y su posterior conquista, se impuso en estas tierras un modelo heterosexual hegemónico fundado en su religión [11]. Se acusó como pecado toda práctica o preferencia que se saliera de la norma heterosexual, por lo que la homosexualidad, que era en antaño excepcional y apenas tolerada, pasó a ser severamente castigada tanto por la Iglesia como por los habitantes. Dicho carácter fuertemente homofóbico de las comunidades andinas se vio ante la aceptación colectiva de la violencia que recibió Noé después de ser encontrado con su amante, el uso reiterativo de la palabra “maricón” entre los pares de Segundo y la búsqueda de afirmar su heterosexualidad entre ellos, como modo de reivindicar su propia masculinidad. Asimismo, cuando su orientación sexual se ve expuesta, se manifiesta en la violencia y rechazo que Noé recibió de la comunidad que antes lo acogía cálidamente, y de su familia que tanto lo amaba.

No obstante, la homofobia a la que se ven expuestos los habitantes homosexuales de dichas comunidades no se reduce al rechazo verbal o a invisibilizar su existencia, pues llega a atentar directamente contra sus derechos básicos: a la igualdad, a la salud, al trabajo, a su identidad, a su integridad física y psicológica, e incluso contra su propia vida. En la película, los atentados contra estos derechos se producen en 3 momentos. Primero, cuando se descubrió el amorío homosexual entre Noé y otro hombre del pueblo, los vecinos aseguraron que la intención inicial era matarlo. Claramente ello resulta un atentado contra el derecho a la vida en su doble dimensión, ya que tiene como contenido esencial a no ser privado arbitrariamente de ella [12], que constituía el objetivo principal de los agresores, y a “vivir una vida en condiciones dignas” [12], la cual no puede ejercer por la exclusión de él y de su hijo de la comunidad. El segundo derecho resulta vulnerado con la golpiza al padre y, posteriormente, al hijo. La película nos deja en claro cómo la violencia estaba legitimada, en especial entre los varones. El derecho a la integridad tiene 3 dimensiones: física, psíquica y moral [12], y las 3 se ven vulneradas no solo por la agresión directa hacia ellos, sino también por la legitimación del resto que afirmaban que “se lo merecía”. Por último, el derecho a la identidad se ve vulnerado a lo largo de la película, ya que las condiciones descritas en anterioridad tornaban imposible exteriorizar ese aspecto tan esencial de su persona para poder vivir en condiciones de igualdad con los demás. Todo ello lleva a que las personas homosexuales en dichas comunidades se oculten en el patrón de lo que es considerado “normal”, aunque tenga como consecuencia la invisibilización total de su existencia en esos lugares.

A lo largo del presente artículo, se demuestra la importancia de la representación de los personajes LGBTIQ+ en escenarios distintos a los que acostumbramos y vivimos muchos de nosotros. Retablo ha logrado visibilizar una nueva manifestación de la homosexualidad en el cine, con las particularidades del entorno y la cultura andina en la que vive. Asimismo, nos muestra la percepción de la comunidad andina de la diversidad sexual y las formas en cómo los derechos de las personas homosexuales son vulnerados de forma sistemática, hasta llegar a un punto de quiebre que culmina en el suicidio de Noé. No obstante, también nos muestra los pequeños pasos hacia la tolerancia en esa sociedad desde los ojos de Segundo, quien, a pesar de encontrarse en conflicto entre 2 elementos importantes para él: los lazos afectivos y su cultura, termina por aceptar y ayudar a su padre cuando más lo necesita. De esta forma, no solo se reafirma su existencia, sino también su especial situación de vulnerabilidad en estos espacios, lo cual los lleva a permanecer “dentro del retablo” y mantener a puertas cerradas y ojos ciegos lo que es una realidad en estas comunidades.

Bibliografía:
[1] Perú Info. (2020, 29 de julio). ¡Por todo lo alto!: película peruana ‘Retablo’ se estrena en Netflix. Obtenido de: https://peru.info/…/pelicula-peruana–retablo–se…

[2] Redacción Andina (2019). Retablo ayacuchano: conoce el origen e historia del nuevo Patrimonio Cultural de la Nación. Andina Agencia Peruana de Noticias. Obtenido de: https://andina.pe/…/noticia-retablo-ayacuchano-conoce…

[3] Beteta J. (2019, 3 de junio). [Crítica] “Retablo”, una provocadora gema artística. CineEncuentro. Obtenido de: https://www.cinencuentro.com/…/critica-retablo…/

[4] Gavillano, P. (2019, 17 de junio). Cajón que oculta y muestra: A propósito de “Retablo». Sociedad Peruana de Psicoanálisis. Obtenido de: https://spp.com.pe/cajon-que-oculta-y-muestra-a…/

[5] Fowks, J. (2019, 17 de mayo). ‘Retablo’, la película en quechua que aborda la homofobia. El País. Obtenido de: https://elpais.com/…/17/actualidad/1558114960_896293.html

[6] Balbuena, R. (2010). La construcción sociocultural de la homosexualidad. Enseñando a vivir en el anonimato. Culturales, 6 (11). Obtenido de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext…

[7] Zavala, S. (2019, 17 de diciembre) La representación de personajes LGBT en el cine. Ventana Indiscreta (22). Obtenido de: https://revistas.ulima.edu.pe/…/article/view/4652/4602

[8] Sánchez del Pulgar, R. (2017). Homosexualidad latente en el cine del siglo XX. Femeris 2 (2), pp. 99-118. Obtenido de: https://e-revistas.uc3m.es/…/article/download/3760/2358

[9] Spedding, A. y Vichevich, H. (2016). Homosexualidad rural en los Andes: notas desde los Yungas de La Paz, Bolivia. Institut Français d’Études Andines 45 (3), pp. 433-450. Obtenido de: https://journals.openedition.org/bifea/8084

[10] Fayanas, E. (2017, 6 de marzo). La cultura inca y la sexualidad. Nueva Tribuna. Obtenido de: https://nuevatribuna.publico.es/…/20170306180802137423…

[11] Soliz, G. (2020, 1 de junio). La imposición de la heterosexualidad en el mundo indígena. Debates indígenas. Obtenido de: https://debatesindigenas.org/…/46-imposicion…

[12] Landa, C. (2017). Los derechos fundamentales. Colección “Lo Esencial del Derecho” (2). Fondo Editorial PUCP.

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