Escrito por Norma Pérez Alvarado, miembro de la Comisión Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos
«Todas las guerras son guerras contra la niñez»
Eglantyne Jebb, fundadora de Save The Children (1919).
“La tumba de las luciérnagas” es una película de animación japonesa dirigida por Isao Takahata y producida por Studio Ghibli. Inspirada en la novela autobiográfica “Hotaru no Haka” del escritor Akiyuki Nosaka, nos cuenta las peripecias de dos hermanos menores de edad, Seita y Setsuko, a partir de los bombardeos aéreos estadounidenses a la ciudad japonesa de Kōbe en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los tópicos que más destaca en el filme tiene que ver con los efectos devastadores y diferenciados de la guerra en la niñez. Al respecto, cabe anotar que “durante los conflictos armados y otras situaciones de violencia, los niños son especialmente vulnerables a un sinfín de riesgos que los privan de la oportunidad de experimentar su infancia en forma plena. Con frecuencia, se ven privados de recursos y servicios de primera necesidad, como alimentos, agua potable y asistencia médica; situación que resulta particularmente alarmante en vista del número de niños que mueren de enfermedades evitables como la malnutrición” [1].
El argumento de la obra cinematográfica así lo representa. Seita, un niño de 14 años, se encargará de proteger a su pequeña hermana de 4 años, Setsuko, luego de que su madre falleciera al ser víctima de las bombas incendiarias. Los hermanos, al igual que la mayoría de habitantes locales, también han perdido su vivienda, por lo que Seita decide presentarse en la casa de una tía, en Ichinomiya, para que pueda acogerlo temporalmente junto a su hermana, mientras esperan el regreso de su padre de la guerra, un oficial de la Marina Imperial Japonesa. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la relación entre ellos va deteriorándose debido a discusiones en torno a la alimentación, cada vez más racionada para los hermanos por la escasez de productos que aconteció en Japón. Seita y Setsuko terminan retirándose del hogar de la tía y se instalan en una cueva, donde, por su propia cuenta, deberán hacer frente a la grave situación de hambre, pobreza y violencia en los últimos meses de aquel periodo bélico.
En “La tumba de las luciérnagas”, el director, Isao Takahata, no solo utilizó la experiencia de vida de Akiyuki Nosaka, autor de la obra que es base para la película, sino que también plasmó su propia vivencia en la animación de los ataques aéreos. Así, relata que, en 1945, él tenía diez años y se encontraba en cuarto grado cuando Okayama, la ciudad donde pasó su infancia, fue atacada desde el aire. “Mi casa se quemó por las bombas incendiarias. Todo estaba ardiendo. Fue la experiencia más horrible de mi vida. Usé mi propia experiencia de este ataque aéreo en la película” [2].
En aquella época, “según cifras oficiales japonesas, los bombardeos habían ya destruido o dañado gravemente 81 de las principales ciudades de Japón. […] Hubo 280.000 civiles muertos y 420.000 heridos. Dos millones de casas habían sido bombardeadas o incendiadas, y nueve millones de civiles estaban sin hogar […]” [3]. Se trató, por tanto, de ataques dirigidos de manera deliberada contra civiles en ciudades, no siendo objetivos militares, con lo cual se violaron los principios de «distinción» y «proporcionalidad», base de normas concretas del Derecho Internacional Humanitario, como la prohibición de los ataques directos contra la población y objetos de carácter civil, la prohibición de los ataques indiscriminados y la obligación de adoptar medidas cautelares para evitar o limitar en la mayor medida posible las bajas entre civiles [4].
Póster oficial de la película “La tumba de las luciérnagas” (1988). Fuente: Filmaffinity
Este tipo de ataques, a la fecha, aún no ha cesado. Según advierte Helle Thorning-Schmidt, directora general de Save The Children International, “[e]n la actualidad, se combate en zonas urbanas entre la población civil, provocando muertes y lesiones, y destruyendo las infraestructuras necesarias para garantizar el acceso a los alimentos y al agua. [Asimismo], ha aumentado la cifra de ataques a los centros educativos y hospitales. El bloqueo de la ayuda humanitaria es un arma de guerra más. Las normas internacionales y las reglas básicas de conducta que existen para proteger a los civiles en los conflictos se incumplen con total impunidad. La niñez está sufriendo las consecuencias de esta nueva tendencia mundial de forma desproporcionada; casi una quinta parte de los niños y las niñas del mundo viven actualmente en zonas afectadas por los conflictos armados” [4].
Es por ello que la película “La tumba de las luciérnagas” sigue siendo un trabajo muy significativo para los tiempos contemporáneos en que nos encontramos. No solo refleja la dura vivencia de la niñez en una nación y época en particular, sino que permite al público espectador identificar aquellos aspectos que suelen ser los más comunes en las distintas guerras y periodos de violencia, las consecuencias indirectas y las violaciones directas de los derechos fundamentales de los civiles, entre ellos, niños y niñas. El drama de Seita y Setsuko es una triste realidad todavía latente en muchas partes del mundo, “un mundo en el que, luego de [76] años del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la Carta de las Naciones Unidas, la paz es tan solo una lejana utopía que parece inalcanzable, y en el que la violencia impera en lo interno y en lo internacional” [5].
Referencias bibliográficas:
[1] POLICINSKI, E. (2020). Los niños en medio del fuego cruzado: Cómo garantizar un presente y un futuro dignos a los niños afectados por la guerra.
https://international-review.icrc.org/sites/default/files/reviews-pdf/2020-10/911_editorial.pdf
[2] Isao Takahata on Grave of the Fireflies.
https://www.youtube.com/watch?v=f_gjq3xxN2U
[3] JUNOD, M. (s/f). The Hiroshima disaster.
https://international-review.icrc.org/sites/default/files/S002086040006839Xa.pdf
[4] SAVE THE CHILDREN. (2020). Alto a la Guerra contra la Niñez.
https://savethechildren.org.co/wp-content/uploads/2020/04/Alto-a-la-guerra-contra-la-ninez.pdf
[5] GROS, H. (2003). El derecho humano a la paz.
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