
María (de Hwa Sa): La cruda realidad de las idols surcoreanas que las cámaras no quieren mostrar

Escrito por Stephanie Cortez, miembro de la Comisión Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos
En los últimos años, un fenómeno único en su especie empezó a ocurrir en el ámbito musical a nivel mundial: el pop coreano (mejor conocido como k-pop) ha ido ganando una popularidad a una escala y velocidad nunca antes vista. Algunos grupos musicales surcoreanos han logrado superar incluso a varios artistas anglosajones que, hasta el momento, se posicionaban en la cabeza de las tendencias musicales internacionales. Además, obtuvieron una cantidad importante de oyentes y seguidores en el extranjero. No es de sorprender la gran popularidad del k-pop, si consideramos las melodías alegres y pegadizas, las sorprendentes coreografías y los rostros estéticamente armónicos de los artistas. Este género no se caracteriza por la crudeza en su letra o su mensaje, menos por generar polémica. En realidad, esto es lo que las discográficas desean evitar. “María” viene a romper con ese esquema, al abrir la caja de Pandora abarcando temas que, hasta ahora, han sido difíciles de abordar incluso por la prensa nacional surcoreana. Esta canción se estrenó el 29 de junio del 2020 por la discográfica RBW y dio pie al lanzamiento del primer álbum EP, “María”, de la cantante Hwa Sa, siendo “María” su pieza principal.
Esta canción fue compuesta y cantada por la propia artista, Hwa Sa. En una entrevista con ocasión a este lanzamiento, la cantante mencionó que tenía una fuerte conexión con esta canción en específico, al afirmar lo siguiente: “No creo que haya trabajado en algo antes con tanta pasión” [1]. La conexión es tal que ella decidió nombrar la pieza musical con su nombre de bautizo, María, el mismo nombre que ella tiene tatuado en su nuca. Esto presenta un significado simbólico importante, porque todo aquello que dice a María en su canción, en realidad, se lo está diciendo a sí misma [2]. La letra de la canción es la descripción de su experiencia dentro de la industria musical, y es en esa experiencia donde radica la crudeza y transparencia de su lírica.
La experiencia de Hwa Sa, lejos de lo que puede imaginarse de la vida de un idol del k-pop, no fue fácil ni agradable, por más que ese había sido su sueño. Fue difícil desde el inicio, por los obstáculos para ingresar a esta industria, a pesar del talento en canto y baile que ella tenía y que los productores reconocían. Hwa Sa era rechazada por su físico: su rostro se alejaba de los marcados estereotipos de belleza coreana, sus pronunciadas caderas la alejaban de la silueta delgada que se esperaba de las mujeres. Ella contó, en una entrevista, una de las frases que le marcaron profundamente: “Eres realmente única, cantas realmente bien, pero eres gorda y estás fea” [3]. Por mucho tiempo, ella interiorizó estas palabras y puso en duda su belleza y potencial como idol. Sin embargo, cuando fue reclutada por Rainbow Bridge World (RBW) como integrante del grupo Mamamoo, su percepción sobre ella misma empezó a cambiar, y su visión sobre los estereotipos también. Hwa Sa se prometió: “Si no encajo en los estándares de belleza que esta sociedad me ha impuesto, entonces yo crearé mi propio estándar de belleza” [3]. Así, durante su carrera ella es conocida por cuestionar los estándares de belleza y reivindicar su propio cuerpo, sin intentar ajustar su encanto a lo socialmente impuesto.
De esta forma, “María” es el grito confrontacional de la artista hacia esos estereotipos. También es un recordatorio de la magnitud en que los estereotipos pueden afectar a una persona. No es una problemática que afecta únicamente a Hwa Sa. Si bien fue una de las artistas más afectadas por esto, es una presión que perjudica a todos los artistas, en especial a las mujeres. Corea del Sur es conocido por los estereotipos de belleza altos e inalcanzables para una gran mayoría. La estética es algo muy importante para su gente. Para una persona común, esta es una presión social; en cambio, en el caso de los idols, esto suele ser una exigencia para su carrera. Asimismo, se les impone, en especial a las idols femeninas, los estándares más estrictos, dolorosos, e incluso riesgosos [4]. Así, las idols son sometidas a dietas extremas para mantener la figura extremadamente delgada, e incluso a varias cirugías estéticas para que su rostro encaje con la perfección estética que se espera de ellas [4]. En esa búsqueda por encajar, no solo ponen en riesgo su salud física, sino también su salud mental. Esto último se ve reflejado en la canción, ante la necesidad de recordar a María, su yo del pasado, que es hermosa. No era algo que “María” creía, ni como muchas otras idols, ante la dificultad de alcanzar la perfección requerida por la industria musical surcoreana.
Asimismo, otro tema importante abordado en esta canción son los ataques y discursos de odio a los que Hwa Sa se vio expuesta una vez que ingresó a esta carrera. Las críticas sobre su aspecto y su talento se prolongaron incluso después de su debut: desde los mismos fans del grupo Mamamoo, hasta los internautas ajenos a su música. El alcance de esos comentarios no se redujeron a las críticas, sino también a ataques personales, burlas y comentarios maliciosos que casi comprometen su carrera [5]. Los comentarios contra ella se volvían masivos y más ofensivos mientras más popularidad alcanzaba Mamamoo. Pronto hubo una gran presión entre los internautas para expulsarla por el mismo motivo que le cerró las puertas en un inicio: no la consideraban lo suficientemente bonita como para pertenecer a un grupo de k-pop [5]. Por eso, en la canción, Hwa Sa se dirige no solo a María, sino también a un tercero, al espectador. Le reclama todo el odio recibido durante su carrera, y todo lo que ella sintió a raíz de eso. Afortunadamente, deja un mensaje motivador, ya que ella se levanta y decide que ya no le afectará la negatividad que recibe, para empezar a amarse a sí misma [2]
Los comentarios de odio y el ciberacoso son una realidad que todos los idols atraviesan, en mayor o menor medida, a lo largo de su carrera. Son criticados por espectadores y fanáticos no solo por su físico, sino también por sus expresiones, por su edad, su carisma e incluso nacionalidad (en el caso de idols extranjeros). La propia palabra idol proviene de la idolatría de los fanáticos a estos artistas, a quienes se les exige la perfección y que no cometan ningún error en ningún ámbito de su vida [4]. En nombre de la perfección, los fanáticos y comentadores consideran que tienen licencia para emitir cualquier tipo de comentario, sin importar cuán nocivo sea. Consideran a los idols como un sujeto diferente a las personas comunes. Por su posición de “persona pública”, así como por el trabajo que realizan (entretenimiento), creen que ellos están puestos a disposición del espectador, ya sea a su favor o en su contra, y es un hecho que los idols deben asumir al momento de entrar al mundo del entretenimiento. Las propias empresas parecen fomentar dichas actitudes. De ello, nace la idea de que, para ambos sujetos, rigen reglas del juego diferentes, que privilegian la “libertad de expresión” del espectador de forma amplia y casi absoluta, por sobre el bienestar de los idols que son objeto de esas críticas. Es una realidad que no se comenta a viva voz, pero existe y es aceptada como normal para ambas caras de la moneda.
No obstante, así como “María” rompe con ese silencio, es necesario hacer una crítica a esta realidad desde un enfoque de Derechos Humanos. En principio, cabe señalar que dicha posición, al deshumanizar y pretender negar los derechos de una figura pública, es incompatible con el derecho internacional. Por otro lado, se puede evidenciar claramente un conflicto entre derechos: la libertad de expresión, por parte de los internautas, y por parte de los idols, los derechos al honor y la buena reputación y el derecho a la salud, en su ámbito emocional. Cabe aclarar que ningún derecho es absoluto, ni siquiera la libertad de expresión. Tienen su límite en aquellos que ya resultan establecidos por la naturaleza del mismo derecho y por la colisión con los derechos de terceros [6]. En el caso de la libertad de expresión, tiene como límite interno la ausencia de excesos, que abarcan frases o términos ofensivos e innecesarios respecto al tema en discusión [7]. En este grupo se encuentran los discursos de odio, que están dirigidos a causar un perjuicio a su receptor y resulta un atentado directo contra sus derechos. En realidad, hemos sido testigos de lo peligrosos que son los discursos de odio y el ciberacoso, así como la magnitud del daño que han ocasionado en los idols. Ello se puede evidenciar en la tragedia a fines del 2019, 3 cantantes cometieron suicidio. Es relevante el caso de Sulli, quien sufría de ciberacoso masivo en todas sus cuentas hasta que finalmente se quitó la vida. Declaró, previo a ello, sentirse “agotada física y mentalmente por los comentarios negativos y falsos rumores” [8]. En el escenario de la canción, también hay una escena en que Hwa Sa hace alusión a un intento de suicidio, lo que nos permite intuir cuán común es este pensamiento entre los idols. Ello remarca la importancia de reivindicar la condición de humanos de los idols frente a su rol de figura pública.
En conclusión, la canción María nos revela, a través de las figuras de Hwa Sa y María, las diversas vulneraciones que sufren los cantantes de k-pop a lo largo de su carrera artística, y el impacto que han tenido en su persona. Ello es narrado a través de la experiencia personal de Hwa Sa en la industria musical, una de las artistas que ha recibido de las mayores olas de odio antes y durante su carrera debido a sus características físicas y por posicionarse en contra de estándares de belleza socialmente aceptados. El acoso y los comentarios maliciosos son un tema que, hasta ese momento, solía ser aguantado y pocas veces criticado, a pesar que ya se había cobrado la vida de 4 idols desde el 2017. Así, al poner en debate este tema, se debe resaltar la importancia de un enfoque de derechos humanos en las carreras musicales para garantizar los derechos de los artistas durante su carrera y reafirmar su condición de personas merecedoras de respeto. Además, se debe empezar a tomar acciones en contra del contenido de este tipo de comentarios, en pos de esclarecer los límites a la libertad de expresión y deje de percibirse como una libertad irrestricta.
Bibliografía
[1] Trabanino, F. (2020, 29 de junio). Hwasa de MAMAMOO comparte el significado de su primer single. Kpop Lat. Obtenido de: https://kpoplat.com/2020/06/29/hwasa-de-mamamoo-comparte-el-significado-de-su-primer-single/
[2] Serrano, A. (2020, 29 de junio). Hwasa estrena María, su nuevo MV sobre la confianza en sí mismo. Nación Rex. Obtenido de: https://www.nacionrex.com/kpop/mamamoo-hwasa-maria-mv-comeback-estreno-video-20200629-0003.html
[3] Reyes, V. (2019, 25 de diciembre). Estos idols rompieron los estereotipos del k-pop. Nación Rex. Obtenido de: https://www.nacionrex.com/kpop/k-pop-idols-que-rompieron-estereotipos-belleza-personalidad-20191224-0031.html
[4] Hidalgo, M.; Arenas, X.; Prados, P. & Prados, E. (2021, 17 de junio). La realidad de la industria del K-pop. La Vanguardia. Obtenido de: https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20210617/7531172/realidad-industria-k-pop.html
[5] Mundo-kpop.info (2019, 31 de enero). Esta Idol casi fue expulsada de su grupo a causa de los comentarios maliciosos de fanáticos. Mundo kpop. Obtenido de: https://mundo-kpop.info/esta-idol-casi-fue-expulsada-de-su-grupo-a-causa-de-los-comentarios-maliciosos-de-fanaticos/
[6] Landa, C. (2019). Introducción. En Los derechos fundamentales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional 2008-2018 (2da ed., pp. 13-21). Palestra Editores.
[7] Risso, M. (2020). La libertad de expresión y el combate al discurso del odio. Estudios Constitucionales 18(1), pp. 51-89. Obtenido de: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-52002020000100051&lng=es&nrm=iso&tlng=es
[8] Zas Marcos, M. (2019, 5 de diciembre). Los siete pecados del K-pop, un fenómeno marcado por el machismo, el suicidio y la tragedia. El Diario. Obtenido de: https://www.eldiario.es/cultura/musica/pecados-k-pop-fenomeno-suicidio-tragedia_1_1201768.html
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