¡No quiero volver!: Análisis del bullying escolar desde los derechos humanos

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Escrito por Luis Alejandro Pebe, Director de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos.

No quieren volver y no es su culpa. La violencia tiene consecuencias graves en la niñez y adolescencia. Las instituciones educativas son el espacio donde los niños y adolescentes potencian sus capacidades y se promueve el aprendizaje integral. Sin embargo, también es un lugar donde se puede ejercer agresiones. La normalización y las malas prácticas tanto para prevenir como sancionar el bullying son los aliados de los agresores. La escuela y los  buleadores, usualmente, silencian a las víctimas de distintos modos. La sociedad civil debe denunciar estos maltratos hacia los adolescentes y la niñez. Por ende, es necesario reconocer que el acoso escolar transgrede derechos y que la ciudadanía tiene la obligación de exigir que se detenga. En el presente texto, se analiza sobre el bullying desde un enfoque social y jurídico de derechos humanos.

El ejercer violencia hacia un alumno o compañero por su forma de vestir, hablar, pensar en el ámbito educativo son algunas de las manifestaciones que constituyen el bullying. Bajo esta línea, el acoso escolar se puede definir como la agresión en las instituciones educativas [1]. Estas agresiones diarias tienen consecuencias en el desarrollo integral del estudiante. De este modo, no permite que se ejerza su derecho a la educación en un ambiente libre de violencia. Vale la pena destacar que, así como la sociedad evoluciona, las formas de agredir también. Ergo, el acoso escolar se expresa a través de distintas formas de accionar [1]. Es decir, habrá más opciones para transgredir derechos. Las familias e instituciones educativas deben asegurar el bienestar de la niñez y los adolescentes. Por consiguiente, es imprescindible que busquen incentivar valores como es el respeto y la no discriminación.

Las causas del bullying pueden ser distintas. Por un lado, se debe considerar la normalización del acoso escolar por parte de la sociedad civil [2] es uno de los problemas que genera que el acoso aumente. El naturalizar la violencia crea condiciones para que los agresores sigan cometiendo abusos. La indiferencia ante estos casos o tratar de excusar el bullying impide  erradicar este mal. Por otro lado, existe un alto grado de desconfianza en el sistema [2]. En otras palabras, las víctimas no creen que las instituciones educativas ejecuten medidas a favor de ellos. Al contrario, piensan que van a generar condiciones para la impunidad de los agresores. Por ello, es fundamental que las instituciones educativas se pronuncien ante casos de violencia y decidan optar por medidas integrales para salvaguardar tanto la integridad como la vida de las víctimas.

Lamentablemente, Perú tiene un elevado índice de niños que han sufrido bullying en sus instituciones educativas. El Ministerio de Educación (MINEDU) informa, que en el 2019, habían aproximadamente 30 niños a diario víctimas de estas agresiones. De esta manera, la cantidad de niñez violentada aumentó el doble a comparación del 2018 [3]. No debe sorprender dicha cifra, ya que hay un sector de la población que legitima sistemas opresores como es el racismo, la homofobia, el clasismo, la xenofobia y el machismo.  Así se va normalizando y reproduciendo más violencia hacia poblaciones en situación de vulnerabilidad. Bajo esta línea, es evidente que el acoso escolar también es producto del nulo respeto que las personas comparten entre ellas. Sin embargo, hay una gran parte de las instituciones educativas que son indiferentes ante casos de bullying. La Defensoría del Pueblo reportó que el 42% de instituciones educativas carecen de iniciativas para detener el acoso escolar [4]. Este dato es problemático, ya que si existen índices altos de violencia, los espacios educativos tienen la obligación de impedir que continúen estas agresiones. De este modo,  no contar con un plan contra el bullying significa aliarse con los sistemas opresores. Las personas que sufren de bullying necesitan que las escuelas brinden mecanismos de defensa y denuncia.

En el 2011, el gobierno de turno promulgó la Ley Nº 29719 o Ley que promueve la convivencia sin violencia con en las instituciones (Ley Antibullying). Esta iniciativa fue innovadora para el país, porque no existía una norma que abarcara el tema del acoso escolar. Si bien el objetivo de la ley en cuestión es fomentar la educación sin violencia y detener el bullying, esta no es efectiva, porque los responsables de ejecutarla no tienen voluntad para exigir que se cumpla [5]. Los profesores y las autoridades educativas deben promover la aplicación de esta norma para detener los abusos y la cultura de la impunidad. Vale la pena destacar que esta ley debe ser actualizada, debido a que actualmente carece de ciertas falencias. Por ejemplo, se debe incorporar  un enfoque interseccional,  o actualizar  la terminología empleada en la norma. La ley debe ser reformada para que responda a las necesidades sociales y tenga un mayor alcance. La defensa de los derechos humanos de la niñez y adolescentes debe ser una prioridad en la agenda política al ser parte de las poblaciones en situación de vulnerabilidad.

La realidad internacional demuestra que los casos de bullying representan  una problemática social global. El Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura determinó que aproximadamente el 33% de adolescentes sufrieron de bullying en el mundo durante el 2018 [6]. La comunidad internacional debe incentivar que los Estados tomen acciones urgentes para detener las agresiones en las instituciones educativas. Por ende, se debe contar con un acuerdo mundial que coloque objetivos para erradicar el acoso escolar. Los líderes mundiales deben tener en cuenta que los derechos humanos se están vulnerando en las instituciones educativas, el lugar donde se ejerce el derecho a la educación. La violencia limita este derecho. No más víctimas, la niñez y los adolescentes merecen estudiar en un ambiente libre de violencia. Por esta razón, se exhorta a que los países se unan en una campaña contra el acoso escolar.

A modo de conclusión, el bullying es una manifestación de violencia y no debe ser tolerada. Ergo, se tiene que iniciar acciones para prevenir y sancionar. Nadie quiere volver a donde lo agreden, y nadie merece volver donde es víctima de acoso. La sociedad debe fomentar la empatía y la solidaridad para que el respeto sea un elemento imprescindible en la interacción humana. Las personas que sufren de bullying tienen que ser escuchadas. También, se les debe garantizar el apoyo psicológico necesario para superar el trauma. Además,  los acosadores deben ser sancionados. Las familias, las instituciones educativas, los demás alumnos y el Estado deben crear espacios para un proceso de resiliencia y solidarizarse con las víctimas de acoso escolar. Cabe añadir que uno de sus mayores desafíos es que deben recuperar la confianza de la niñez y los adolescentes para que las víctimas se sientan seguras de denunciar. La ciudadanía debe ser aliada y  exigir justicia, una que reivindique su derecho a la educación en un ambiente libre de violencia. 

Referencias Bibliográficas

[1] UNICEF. (2019). Bullying en el ambiente escolar: qué es y cómo afrontarlo. https://www.unicef.org/dominicanrepublic/media/1651/file/Publicación%20|%20Bullying%20en%20el%20ambiente%20escolar.pdf

[2] Ministerio de Educación de Ecuador & UNICEF & World Vision. (2015). Una mirada en profundidad al  acoso escolar en el Ecuador: Violencia entre pares en el sistema educativo. https://www.unicef.org/lac/sites/unicef.org.lac/files/2019-06/acoso_escolar.pdf

[3] Rojas, P. (2019, 27 de septiembre). Al día, 27 niños peruanos son víctimas de violencia escolar, según último reporte del Minedu. Gestión. https://gestion.pe/peru/al-dia-27-ninos-peruanos-son-victimas-de-violencia-escolar-segun-ultimo-reporte-del-minedu-noticia/?ref=gesr

[4]Defensoría del Pueblo. (2019, 2 de mayo). Más del 40% de centros educativos en zonas urbanas no tienen planes para combatir el bullying. https://www.defensoria.gob.pe/mas-del-40-de-centros-educativos-en-zonas-urbanas-no-tiene-planes-para-combatir-el-bullying/

[5] El Peruano. (2016, 23 de junio). Aulas sin violencia: Decir Adiós al Bullying. https://elperuano.pe/noticia/42127-decir-adios-al-bullying

[6] UNESCO. (2018, 1 de octubre). Nuevos datos revelan que en el mundo uno de cada tres adolescentes sufre acoso escolar. https://es.unesco.org/news/nuevos-datos-revelan-que-mundo-cada-tres-adolescentes-sufre-acoso-escolar

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