Ser homosexual en la escuela: Análisis del bullying homofóbico desde los derechos humanos en el Perú

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Escrito por Piero Chávez Gonzales, miembro de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos.

En el Perú, las personas homosexuales enfrentan una constante vulneración a sus derechos humanos; principalmente, el derecho a la igualdad y no discriminación. Esta realidad se manifiesta en espacios como en el ámbito laboral o en los centros de salud y educación. Además, las actitudes y conductas homofóbicas afectan a este sector de la población durante las diferentes etapas de su vida, lo que representa un obstáculo para su pleno desarrollo en sociedad. Al respecto, las expresiones de discriminación son particularmente problemáticas cuando ocurren en la niñez y adolescencia, ya que, en esta etapa, las personas construyen su identidad e interiorizan los mensajes que perciben en su entorno. En este proceso, la escuela presenta un rol fundamental, porque es el espacio donde la niñez y adolescencia dedican su tiempo y aprenden a relacionarse con sus pares. En este sentido, abordar el bullying homofóbico en las instituciones educativas es necesario y urgente en la medida en que vulnera los derechos de los niños, niñas y adolescentes. En el presente artículo, se analizará esta problemática desde una perspectiva de derechos humanos en el Perú. 

Para iniciar, conviene señalar la relevancia de la escuela como uno de los espacios de mayor impacto en las interacciones sociales. Desde una perspectiva sociológica, la escuela representa un ambiente fundamental en la reproducción de la sociedad, tanto de sus valores y prejuicios, como de sus pautas de socialización. Por ejemplo, los mandatos de género [1]. Sobre este tema, es de conocimiento público que la sociedad peruana aún mantiene estereotipos y actitudes discriminatorias en contra de las personas homosexuales. Cabe precisar que en una encuesta avalada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, la población peruana manifestó que las personas homosexuales, trans y bisexuales representan el grupo social más discriminado en el país [2]. Por ello, esta realidad también se manifiesta en las escuelas: se reproducen las actitudes y conductas discriminatorias en contra de los estudiantes que no cumplen con las expectativas de género que la sociedad ha impuesto como aceptables. Por esta razón, resulta relevante presentar la manera en que se manifiesta la homofobia en un espacio social como la escuela a través del bullying o acoso escolar. 

Ahora bien, es necesario precisar cómo se manifiesta el bullying escolar motivado por la homofobia. Al respecto, Unicef explica que el bullying puede incluir burlas, el uso de apodos hirientes, manipulación psicológica, violencia física o exclusión social. Además, el cyber bullying ocurre a través de correos electrónicos, mensajes de texto o redes sociales. Los niños y niñas más vulnerables a este tipo de violencia son aquellos que presentan alguna discapacidad, que pertenecen a un sector sociocultural determinado, entre otros [3]. De esta manera, se evidencia que los estudiantes más susceptibles a episodios de violencia por parte de sus pares son aquellos que pertenecen a alguna población en situación de vulnerabilidad. Específicamente, el bullying en contra de estudiantes homosexuales parte de esta premisa: los estudiantes cuya orientación sexual se percibe como diferente a la heterosexual son especialmente vulnerables. Por ello, el bullying motivado por la orientación sexual percibida es un tipo de violencia específica y se define como bullying homofóbico [3]. Esta denominación es necesaria, ya que permite comprender la complejidad del problema: se trata de niños, niñas y adolescentes afectados por discriminación homofóbica en un espacio social como las escuelas, que debería ser seguro e inclusivo para el estudiantado en su diversidad. 

En el caso peruano, las cifras en torno al bullying homofóbico resultan preocupantes, ya que se evidencia la falta de comprensión del tema en las escuelas, así como sus consecuencias en la salud mental e integridad física de los estudiantes homosexuales. Al respecto, la Red Iberoamericana de Educación LGBTI proporciona datos sobre la situación del acoso escolar por homofobia en el Perú. En su estudio, se halló que 7 de cada 10 estudiantes no habla de bullying ni de diversidad sexual en el colegio [4]. De este modo, se observa que el bullying es un tema invisibilizado en los centros de educación, de la misma manera en que los temas de diversidad sexual continúan siendo un tema tabú en las escuelas. Esto impide que se combatan las ideas y prácticas de discriminación hacia los estudiantes homosexuales, ya que, al no ser cuestionadas, se normalizan tanto por sus compañeros y compañeras como por las autoridades escolares. 

La situación de desprotección para estos estudiantes se evidencia en las siguientes cifras. El 70% de los estudiantes LGBT+ se sienten inseguros en el colegio debido a su orientación sexual. Además, el 57% de los estudiantes que fueron víctimas de acoso por su orientación sexual o expresión de género nunca lo reportaron al personal escolar y el 68% nunca informó a su familia [4]. A partir de estas cifras, se evidencia que las escuelas representan espacios inseguros y violentos para los estudiantes homosexuales, lo que no solo afecta su proceso de aprendizaje, sino que genera consecuencias perjudiciales en su salud mental. Una de las consecuencias más graves es el índice de suicidio: el 14% de los estudiantes LGBT+ que sufrió acoso escolar ha intentado cometer suicidio [4]. Así, el bullying motivado por la homofobia puede inducir a los estudiantes homosexuales a atentar en contra de su vida, por lo que atender esta problemática es urgente y requiere de una respuesta integral. En adición, resulta alarmante que las autoridades escolares no promuevan la confianza necesaria en los estudiantes para que puedan denunciar casos de bullying homofóbico, ya que esto genera una situación de desprotección profunda en los estudiantes homosexuales e impide una reacción adecuada frente a estos episodios de violencia por parte de los centros de educación. 

En adición a estas cifras, es relevante mencionar los hallazgos de una investigación sobre violencia escolar por homofobia, que fue ganadora del concurso nacional “Investigando la Violencia Escolar en el Perú”. Este estudio fue realizado en escuelas públicas y privadas de 25 departamentos del país, y estuvo dirigida a los estudiantes de quinto de secundaria. A los estudiantes afectados por violencia homofóbica se les realizó la siguiente pregunta: ¿Por qué crees que te pasó [este episodio de violencia]? Su respuesta fue “porque me dicen maricón, gay, lesbiana, machona” [1]. Estos términos han adquirido una connotación negativa en la sociedad peruana, por lo que son empleados para agredir verbalmente a los estudiantes, lo que representa una forma de bullying homofóbico. Además, en el estudio, se identificó la violencia homofóbica afecta a los hombres en un 77% y a las mujeres en un 23%. Por esta razón, el identificarse como hombre es la variable que más se correlaciona con la violencia homofóbica en la escuela [1]. Esto se debe a la construcción de un modelo de masculinidad tradicional, que rechaza toda expresión de feminidad en los hombres. Así, los alumnos considerados “afeminados” o quienes no encajan en lo valorado socialmente como masculino serían los más vulnerables a la violencia escolar por homofobia [1]. 

En cuanto a las formas de agresión por parte de los alumnos, se observa que la modalidad más frecuente de bullying homofóbico son los insultos, seguidos de los golpes, las burlas y los insultos a través de medios electrónicos. Asimismo, el lugar donde se ejerce este tipo de violencia con mayor frecuencia es el aula de clases [1]. De esta manera, se evidencia que los estudiantes homosexuales son víctimas de violencia verbal y física en el espacio donde el docente o auxiliares de aula deberían garantizar un ambiente seguro sin ningún tipo de discriminación. Respecto a la percepción del clima escolar, el 58% de los estudiantes víctimas de bullying homofóbico consideran que las normas del colegio no son justas y el 46% afirma que no existe respeto ante las diferencias. Entonces, en comparación con el resto de estudiantes, quienes fueron afectados por violencia homofóbica tienen una menor percepción del colegio como un espacio justo en el que se respeten las diferencias y, específicamente, al propio estudiante [1]. Estas cifras evidencian las consecuencias del bullying homofóbico en la vida escolar de los estudiantes víctimas de esta forma de violencia. La escuela es uno de los principales espacios de socialización y aprendizaje para los niños, niñas y adolescentes, por lo que una estadía violenta supone la negación de una serie de derecho como el desarrollo libre de violencia y discriminación, el derecho a la educación, entre otros. 

Sobre el bullying homofóbico, vale la pena mencionar instrumentos jurídicos nacionales e internacionales en materia de derechos humanos que establecen obligaciones hacia el Estado peruano con el objetivo de que garantice el derecho a la educación en condiciones de igualdad para todos los niños y niñas. En primer lugar, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) es un tratado internacional ratificado por el Estado peruano, que consagra disposiciones de obligatorio cumplimiento. En su defensa por los derechos humanos, reconoce el derecho de toda persona a que se respete su integridad física, psíquica y moral. Del mismo modo, establece que todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requiere por parte de la sociedad y del Estado [5]. A partir de la manera en que se manifiesta el bullying homofóbico y sus consecuencias en los estudiantes, es evidente que esta forma de violencia supone una vulneración al derecho a la integridad física y psicológica de los estudiantes homosexuales, por lo que es necesaria una acción integral por parte del Estado y la sociedad civil a fin de que se reduzcan los índices de bullying homofóbico en el país, sobre todo porque el Estado debe prestar especial protección a la niñez y adolescencia. 

En segundo lugar, la Convención sobre los Derechos del Niño resulta relevante para casos de bullying homofóbico, ya que se extiende a todo menor de dieciocho años, por lo que se aplica a los menores en su vida escolar. En su artículo 28, el tratado dispone que los Estados reconocen el derecho del niño a la educación en condiciones de igualdad. En la misma línea, en su artículo 29, establece que la educación del niño debe estar encaminada a inculcar a los menores el respeto de los derechos humanos, libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas [6]. De este modo, se entiende que la educación debe contar con un enfoque que coloque el respeto por los derechos humanos en el centro del aprendizaje. Así, la escuela debe ser un espacio donde se cuestionen y superen estructuras históricamente discriminatorias como la homofobia a fin de que los estudiantes homosexuales se desarrollen en ambientes libres de violencia. Esta es la única manera en que se puede garantizar el derecho a la educación en condiciones de igualdad, por lo que se debe frenar la indiferencia frente al bullying homofóbico. A partir de ambos tratados, es posible afirmar que tanto la Convención Americana como la Convención sobre los Derechos del Niño representan instrumentos jurídicos internacionales que protegen a los estudiantes homosexuales frente al bullying homofóbico y exigen al Estado peruano ejecutar medidas idóneas y necesarias para asegurar su derecho a la educación en condiciones de igualdad. 

En tercer lugar, en cuanto a la legislación nacional, en el año 2011, el Estado peruano promulgó la “Ley que promueve la convivencia sin violencia en las instituciones educativas”, conocida como la ley antibullying. En su primer artículo, se menciona que su objeto es establecer los mecanismos para diagnosticar, prevenir, evitar, sancionar y erradicar la violencia, el hostigamiento y cualquier acto considerado como acoso entre los alumnos de las instituciones educativas [7]. Si bien este objetivo es claro y representa un avance para enfrentar los casos de bullying en las escuelas, no se menciona a la orientación sexual como una variable que motiva el acoso entre los estudiantes. En la misma línea, el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP sostiene que ni esta Ley ni su reglamento contemplan a la orientación sexual o la expresión de género como motivos de violencia [8]. Por esta razón, si bien la norma representa un avance, resulta insuficiente para combatir el bullying homofóbico, ya que desconoce a qué se refiere esta forma específica de violencia y las dinámicas que la sostienen. 

Sin perjuicio de ello, en años posteriores, el Ministerio de Educación ha implementado documentos y resoluciones que mencionan a la orientación sexual como un factor de bullying en las escuelas. Por ejemplo, se cuenta con el Sistema Especializado en Reportes de Casos sobre Violencia Escolar “SíseVe”, que permite a las víctimas y testigos denunciar casos de bullying y contempla la variable de orientación sexual [8]. De esta forma, le otorga visibilidad al bullying homofóbico en las escuelas, lo que permite una mejor comprensión de la problemática y mayor protección a los estudiantes homosexuales. Sin embargo, estos esfuerzos estatales aún son incipientes para erradicar el bullying homofóbico de las escuelas. Para ello, se requiere una acción integral por parte del Estado y de la sociedad civil con el objetivo de cuestionar los mandatos de género tradicionales que excluyen y discriminan a los estudiantes homosexuales, así como un trabajo con el personal de los centros educativos a fin de que cuenten con las herramientas para enfrentar este tipo de violencia y proporcionen a las víctimas la protección que requieren. 

A modo de conclusión, se ha presentado el bullying homofóbico como una forma de violencia en contra de los estudiantes homosexuales. Asimismo, se ha evidenciado que estos estudiantes son especialmente vulnerables a enfrentar bullying escolar, el cual se manifiesta a través insultos, golpes, apodos hirientes, entre otros. En el mismo sentido, se ha presentado las consecuencias que genera en los estudiantes víctimas de bullying homofóbico: desde una percepción negativa del ambiente escolar hasta intentos de suicidio, por lo que se requiere una acción articulada y urgente para enfrentar esta problemática. Por esta razón, es evidente que el bullying homofóbico representa la negación de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes. Se vulnera su derecho a la igualdad y no discriminación, así como los derechos a la educación e integridad personal. Frente a ello, se observa que existen tratados internacionales que protegen a los estudiantes homosexuales frente al bullying como la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos del Niño. Asimismo, en el ámbito nacional, existen esfuerzos por identificar y combatir el bullying homofóbico. Sin embargo, hasta el momento, resultan insuficientes. Ninguna sociedad democrática puede tolerar que un niño, niña o adolescente atraviese discriminación homofóbica, sobre todo si se trata de espacios que deberían ser seguros e inclusivos como un aula de clases. Ser homosexual en la escuela no debería ser sinónimo de bullying. Por el contrario, las instituciones educativas debería respetar y valorar la diversidad sexual de los estudiantes. 

Bibliografía 

[1] Cuba, L., Osores, T. (2017, 2 de octubre). La violencia homofóbica en la escuela peruana y sus particularidades respecto a otros tipos de violencia escolar: una exploración cuantitativa. Revista peruana de Investigación Educativa, 9, 139-169. 

http://www.grade.org.pe/forge/descargas/lucero%20cuba.pdf

[2] IPSOS (2019). II Encuesta Nacional sobre Derechos Humanos: Población LGBT+. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. 

https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2020-06/presentacion_ii_encuesta_nacional_ddhh.pdf

[3] Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (2013). Respuestas del sector de educación frente al bullying homofóbico. Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe. 

https://www.unicef.org/ecuador/media/2836/file/Respuestas%20del%20Sector%20de%20Educaci%C3%B3n%20Frente%20al%20Bullying%20Homof%C3%B3bico.pdf

[4] Red Iberoamericana de Educación LGBTI. (s.f.). La situación del acoso escolar por homofobia y transfobia en Perú

http://educacionlgbti.org/guia-regional/peru/#peru

[5] Organización de los Estados Americanos (OEA). (1969, 22 de noviembre). Convención Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”. 

https://www.corteidh.or.cr/tablas/17229a.pdf

[6] Organización de las Naciones Unidas (1989). Convención sobre los Derechos del Niño. 

https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf

[7] Congreso de la República. (2011, 25 de junio). Ley que promueve la convivencia sin violencia en las instituciones educativas. 

https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/105175/_29719_-_11-10-2012_11_42_55_-LEY_29719.pdf

[8] Jáuregui, A. (2019, 12 de febrero). Medidas contra la violencia escolar hacia niños, niñas y adolescentes LGBTI en Perú: de la CIDH al Estado peruano. Instituto de Democracia y Derechos Humanos.

https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-informativas/medidas-contra-la-violencia-escolar-hacia-ninos-ninas-y-adolescentes-lgbti-en-peru-de-la-cidh-al-estado-peruano/#_ftn5

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