
Cuando el humor deja de ser humor: Los límites a la libertad de expresión

Escrito por Carmela Pérez Piscoya, miembro de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos.
El debate respecto a las bromas ofensivas y el denominado “humor negro” es una controversia bastante común en las redes sociales y en la comunidad humorística. Por ejemplo, en el ámbito internacional, controversias respecto al tema han surgido de forma reciente tras la emisión de los shows de stand up de los comediantes Jimmy Carr y Dave Chapelle. En Gran Bretaña, las sedes en las que Carr iba a realizar shows de stand up se vieron interrumpidas por protestas, las cuales surgieron en respuesta a ciertas bromas que Carr hizo sobre el holocauso perpetrado por los Nazis en contra de las comunidades gitanas [1]. Respecto a Chapelle, protestas similares se desarrollaron frente a las oficinas de Netflix en Los Ángeles, ya que se consideraba que las bromas que realizó Chapelle en su nuevo especial de stand up (que se encuentra en la plataforma de Netflix) eran de carácter homofóbico y transfóbico [2].
Estas situaciones no son ajenas a nuestro país, y se pueden ver ejemplificadas por la reciente controversia en la que se vieron envueltos los comediantes Ricardo Mendoza (conductor del programa “Hablando Huevadas”) y Norka Gaspar (comediante de stand up y locutora de podcasts).
Las bromas realizadas por Ricardo Mendoza y Norka Gaspar
Durante algunos episodios de su programa emitido en Youtube, “Complétala”, los comediantes Ricardo Mendoza y Norka Gaspar hicieron una serie de comentarios en tono de burla respecto a incidentes de agresiones sexuales contra una menor de edad y una persona con discapacidad auditiva. La difusión de estos y otros fragmentos en los cuales los comediantes hacían bromas respecto a temas sensibles llevó a la creación del hashtag “#NoEsBromaEsViolencia”, el cual fue utilizado para denunciar este tipo de bromas y crear concientización al respecto.
En primer lugar, la controversia inició cuando, durante un episodio del programa, Gaspar empieza a relatar un episodio de violencia sexual en contra de una menor de edad del cual fue testigo en un trasporte público. Acorde a lo que cuenta Gaspar, la situación fue la siguiente: “Yo he visto llorando a una niña en el micro. Había un huevo de gente y la niña estaba parada llorando. En un movimiento veo que había un señor atrás de ella que se había sacado el pene del pantalón y le había agarrado la mano a la niña para que lo masajee”[3]. Acto seguido, la comediante decide hacer el siguiente comentario, “Lo primero que hice fue abrir mi lonchera y dije me lo como”, el cual es interrumpido (entre risas) por Mendoza, quien dice “si la niña no lo quiere…”, y continúa con el tono burlón de la conversación, lo cual es recibido por Gaspar. Si bien Gaspar prosigue la historia contando que interrumpió la agresión que estaba sucediendo, Mendoza continúa realizando comentarios desatinados en tono de burla, y Gaspar continúa no solo aceptándolos y riéndose de estos, sino que también contribuye con ciertos comentarios “bromistas”.
En segundo lugar, a raíz de el episodio mencionado anteriormente, partes de otros episodios de “Complétala” empezaron a ser difundidos en redes sociales, y en uno de estos, se puede apreciar que otra de las bromas realizadas por el dúo en este programa hace alusión a otra situación de agresión sexual, cuando Mendoza cuenta que uno de sus amigos mantuvo relaciones sexuales con una mujer con discapacidad auditiva [4]. Mientras que Mendoza narra esa historia, Gaspar se ríe y le pregunta “¿y cómo supo que fue consensuado?”, a lo cual Mendoza respondió realizando más bromas, e incluso, realizando una cruda imitación de una persona con discapacidad en el habla.
Reacciones por parte de la sociedad
La difusión de estos fragmentos del programa provocó una reacción negativa por parte de la población, ya que se consideró que estas perpetúan la cultura de violencia de género, y atentan contra la dignidad de las niñas y mujeres que la sufren.
Por ejemplo, la periodista Juliana Oxenford criticó a los comediantes mediante sus redes sociales, diciendo: “No hagas mofa, no te burles de una agresión sexual. Menos si la víctima es una niña” [5]. Asimismo, comentó que ella también fue víctima de abuso sexual cuando era menor de edad, y continuó denunciando a los comediantes, escribiendo que “escuchar a dos ignorantes burlándose del tema me remonta al pasado, me duele, reaviva mi herida. Hay que ser muy maldito para creer que la violencia sexual -en cualquiera de sus formas- puede convertirse en chiste”.
De igual forma, algunas organizaciones gubernamentales también se pronunciaron al respecto. La Defensoría del Pueblo fue una de las primeras en hacerlo, afirmando que no se debe “tolerar ni normalizar conductas de violencia sexual hacia niñas/os y adolescentes”, demandando a “personajes públicos y comunidad en general comprometerse” con la lucha en contra de la violencia sexual [6]. Asimismo, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) hizo uso del hashtag “#NoEsBromaEsViolencia” para difundir información acerca del acoso sexual a las mujeres, así como informar que “7 de cada 10 mujeres han sido víctimas de acoso sexual callejero a nivel nacional y 9 en Lima Metropolitana” [6]. Además, a pesar de no nombrar el programa al que hace referencia el hashtag, el MIMP señaló que “las y los comunicadores cumplen un rol central para sensibilizar sobre esta álgida problemática social”, e invocó a que “quienes utilizan las diversas plataformas de comunicación a ser responsables en el tratamiento de la información que difunden”.
Bajo la misma línea, respecto a las bromas sobre una persona con discapacidad auditiva, el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis) utilizó sus redes sociales para denunciar las bromas realizadas por Mendoza y Gaspar, comunicando que “rechaza todo tipo de acto que denigre la identidad, dignidad y condición de las personas con discapacidad y grupos vulnerables” [6]. En adición a esto, advirtió que este tipo de bromas consisten en un tipo de discriminación, ya que hacen burla y vulneran la dignidad de las personas con discapacidad, lo cual puede ser sancionado por las normas vigentes. Del mismo modo, el reconocido intérprete de señas del Canal TVPerú, Moisés Piscoya, criticó a los comediantes por realizar este tipo de bromas, y denunció que existen “mujeres sordas [que han sido víctimas de abuso sexual] que hasta ahora no han podido proceder en su denuncia porque la Fiscalía exigen intérpretes de LSP (Lengua de Señas Peruana) acreditados y aquí en Perú no los hay” [4].
Libertad de expresión y humor
Teniendo en cuenta estas bromas fueron realizadas en un espacio público, y fueron comentarios expresados por comediantes, se inició un debate respecto a la libertad de expresión. Por un lado, algunas personas defendían los comentarios realizados por Mendoza y Gaspar, afirmando que estaban actuando dentro de lo permitido por el derecho a la libertad de expresión, y que cualquier crítica a esto significaba un intento de censura en contra de esta. Por otro lado, como mencionado previamente, las personas que condenaban estas expresiones argumentaban que estas bromas forman parte de una normalización a la violencia sexual y el acoso callejero, y que perpetuaban la cultura machista y de violencia de género, tomando a la ligera de estos actos de agresión.
Evidentemente, la libertad de expresión es un derecho fundamental para las personas. Esta permite que se expongan distintos puntos de vista, y en particular, cuando se trata de humor, el uso de bromas o satirizaciones puede ser una herramienta efectiva para denunciar casos de violencia o abuso de poder. La ONG Open Global Rights indica que el humor es una herramienta que “da poder”, ya que es un instrumento de transgresión que brinda un espacio para que los desfavorecidos puedan denunciar violaciones a los derechos humanos, además de socavar las diferencias de estatus social [7]. Sin embargo, la ONG también advierte de los peligros que el humor negro puede suponer, ya que “desde una perspectiva “de seguridad”, ciertos tipos de bromas (sexistas, racistas, transfóbicas, etc.) y ciertos tipos de humor (humor negro, humor juvenil, comedia azul, sarcasmo) son problemáticos ya que pueden dañar la dignidad humana, ofender a las personas y socavar sus derechos” [7].
Si bien es importante defender la libertad de expresión, no se deben permitir comentarios que atenten contra la dignidad humana, particularmente cuando estos hacen referencia a eventos de violencia en contra de poblaciones vulnerables, tales como lo son los niños y las personas con discapacidad. Es por esto que, siguendo los comentarios realizados por los comediantes, la Décima Fiscalía Provincial de Familia inició una investigación en su contra, por “contravención a los derechos de las niñas, niños y adolescentes”, debido a que estos habrían “realizado mofas y comentarios obscenos para referirse a un caso de violencia sexual en agravio de una menor de edad”[8]. Asimismo, el Ministerio Público informó que este tipo de comentarios atentan contra el derecho al honor, la dignidad y la seguridad social de los menores de edad, además de precisar que los hechos denunciados tendrían relevancia penal [8].
Conclusión
En un país donde 7 de cada 10 mujeres ha sido víctima de incidentes de acoso sexual en el transporte público, la normalización de este tipo de violencia resulta peligrosa. Esta normalización minimiza la gravedad de la situación, y hace gracia de una situación traumática para las mujeres víctimas, particularmente cuando estas son menores de edad. Desafortunadamente, Mendoza ha continuado expresando opiniones de carácter similar, minimizando el efecto que sus “bromas” tienen sobre la dignidad de las personas que han sufrido violencia sexual, y tomando a la ligera las investigaciones que se han iniciado a partir de estos incidentes. El humor que hace ligera de estas situaciones no se queda en una “simple broma”, sino que normaliza y avergüenza a todas las mujeres que cada día sufren agresiones en la calle, y atenta en contra de su integridad y dignidad como personas. Ergo, como ciudadanos, es nuestra obligación denunciar y criticar este tipo de expresiones y comentarios, y dejar de celebrar espacios en los cuales estos se realicen.
Bibliografía
[1] Thomas, T. (2022). Protest takes place outside Jimmy Carr Cambridge gig in response to Roma joke. The Guardian.
[2] Beauregard, L. (2021). La protesta por el especial de Dave Chappelle en Netflix llega a las calles. El País.
[3] Villegas, L. (2022). Ricardo Mendoza y Norka Gaspar: ¿por qué su “broma” no debe ser tomada a la ligera?. El Comercio.
[4] Infobae. (2022). Moisés Piscoya, intérprete de lengua de señas y el pedido a Ricardo Mendoza: “¡Dejen de burlarse!”. Infobae.
[5] Redacción RPP. (2022). Juliana Oxenford denuncia que fue víctima de agresión sexual cuando tenía 8 años. RPP Noticias.
[6] Redacción RPP. (2022). #NoEsBromaEsViolencia: Los pronunciamientos tras burla de agresión sexual a una menor en programa de YouTube. RPP Noticias.
[7] Agostini, N. (2022). Humor y derechos humanos: ¿un chiste sin remate?. Open Global Rights.
https://www.openglobalrights.org/humor-and-human-rights-a-joke-with-no-punchline/?lang=Spanish
[8] Redacción El Comercio. (2022). Fiscalía abre investigación contra Ricardo Mendoza y Norka Gaspar por burlas sobre agresión sexual contra niña. El Comercio.
No hay comentarios