Desapariciones de mujeres y feminicidios: Mal endémico de Latinoamérica

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Escrito por Piero Chávez Gonzales y Rafael Polar Huaco, miembros de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos. 

Introducción 

La violencia de género es una realidad que afecta a las mujeres tanto en Perú como en otros países, ya que impide el pleno ejercicio de sus derechos fundamentales como la vida, la integridad, la igualdad, entre otros. Ante esta situación, se han emprendido esfuerzos desde el Estado y la sociedad civil para prevenir, erradicar y sancionar las diferentes manifestaciones de violencia. En particular, se ha buscado combatir la manifestación más extrema de violencia contra las mujeres: el feminicidio. En la misma línea, las desapariciones de mujeres se consideran una forma de violencia de género cada vez más preocupante, que en ocasiones representan un antecedente previo a los casos de feminicidio. Por estas razones, en el presente artículo, se abordará la situación de los feminicidios y las desapariciones de mujeres en el Perú y América Latina, así como casos representativos que evidencian la situación de vulnerabilidad que enfrentan las mujeres y la responsabilidad de los Estados al respecto. 

¿Cuál es la situación de Perú? 

En el Perú, la violencia de género contra las mujeres ha adquirido la atención de la ciudadanía y de los funcionarios públicos. Por ende, es necesario que esta problemática se consolide en la agenda pública, ya que es responsabilidad estatal garantizar una vida libre de violencia para las mujeres, niñas y adolescentes del país. En atención a este objetivo, se han presentado avances en la legislación nacional para contrarrestar la violencia de género. En particular, se han emprendido esfuerzos para reconocer y sancionar efectivamente la manifestación más extrema de violencia contra la mujer: el feminicidio. En adición, instituciones estatales como la Defensoría del Pueblo han aportado con informes que evidencian la relación entre los casos de feminicidios y las desapariciones. 

En el año 2013, a través de la Ley Nº 30068, se incorporó el delito de feminicidio en el artículo 108 del Código Penal peruano. Este cuerpo normativo establece que “será reprimido con pena privativa de libertad el que mata a una mujer por su condición de tal” [1]. Para una mejor comprensión de este precepto penal, la Corte Suprema de Justicia de Lima Norte sostiene que el delito de feminicidio ocurre cuando se identifica la imposición o el quebrantamiento de un estereotipo de género en contextos de discriminación contra la mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación entre el agente y la víctima [2]. De esta manera, la tipificación del delito de feminicidio representa un avance importante para combatir la violencia contra las mujeres, ya que permite identificar las causas y los contextos específicos en que se comete. 

Posteriormente, en el año 2018, se modificó el artículo en mención a través de la Ley Nº 30819 con el objetivo de reforzar las sanciones para los casos de feminicidios, así como para incluir agravantes a este tipo penal. Inicialmente, el artículo 108 del Código Penal contemplaba una pena no menor de 15 años para el delito de feminicidio y no menor de 25 años para su modalidad agravada. Con esta modificación, el actual Código Penal establece que la pena privativa de libertad no será menor de 20 años, ni menor de 30 años en su modalidad agravada. Bajo esta línea, se agregan dos agravantes: cuando el delito se comete en presencia de un menor de edad y cuando el agente actúa en estado de ebriedad o bajo los efectos de drogas tóxicas [3]. De este modo, se evidencia un incremento significativo en la pena, así como se delimitan los contextos que agravan el delito de feminicidio.   

Sin perjuicio de los avances mencionados, los índices de feminicidios se mantienen altos en el Perú. Al respecto, el Observatorio Nacional de Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar presenta cifras que evidencian la urgencia de combatir eficazmente la violencia contra las mujeres. Entre los años 2015 y 2019, se han registrado 619 casos de feminicidio con una tendencia creciente, pasando de 84 casos en el 2015 a 148 en el 2019. [4]. Asimismo, de acuerdo con cifras de la Defensoría del Pueblo, en el año 2021, se cometieron 146 feminicidios, lo que representa un incremento del 6.85% respecto a la cifra del año 2020, cuando se registraron 136 casos [5]. Finalmente, solo en enero del 2022, se han registrado 18 feminicidios [6]. 

Estas cifras evidencian que la violencia de género en su manifestación más extrema, que es el feminicidio, ha cobrado la vida de más de 900 mujeres en el país desde el año 2015. Por lo tanto, si bien los avances en la legislación peruana como la tipificación del feminicidio o la incorporación de agravantes en este delito han sido importantes, resultan insuficientes para garantizar la vida de las mujeres en el Perú. Una de las razones que impide reducir las cifras de feminicidios es el desconocimiento por parte de las autoridades respecto a las variables que se presentan en la ejecución de este delito. A continuación, se presentará la variable de las desapariciones de mujeres como una manifestación de la violencia de género, que en ocasiones representa un estadio previo a los casos de feminicidios. 

Las desapariciones de mujeres a nivel nacional representan una problemática constante. Asimismo, se relacionan con la comisión de otros delitos como los feminicidios. De acuerdo con el informe de la Defensoría del Pueblo ¿Qué pasó con ellas?, una cuarta parte de las víctimas de feminicidio habían sido reportadas como desaparecidas [7]. Esta cifra evidencia la relación entre ambos delitos, por lo que debe incorporarse en la legislación sobre violencia de género con el objetivo de comprender y combatir de manera integral esta problemática. Por ello, resulta necesario presentar cifras que presenten la situación de las desapariciones forzadas en el país, desde un enfoque de género e interseccional. 

Durante enero del 2022, de acuerdo con cifras de la Policía Nacional del Perú, se reportó la desaparición de 1773 personas. De este número, 1134 correspondió a mujeres en todo su ciclo de vida; es decir, representó un 64 % [6]. Así, se evidencia que las desapariciones afectan en mayo grado a las mujeres del país. A propósito de esta cifra, es necesario incluir en el análisis otras variables como un enfoque generacional. Solo en enero del 2022, 443 niños, niñas y adolescentes fueron reportados como desaparecidos. De esta cifra, 378 eran niñas y adolescentes mujeres; es decir, un 85% [6]. Por estas razones, la Defensoría del Pueblo considera que tanto el género como la edad representan factores de vulnerabilidad cuando se abordan casos de desapariciones. 

Frente a esta situación, es necesario atender la siguiente recomendación de la Defensoría del Pueblo: Se debe incluir la desaparición de mujeres por particulares como una forma de violencia de género en el reglamento de la Ley para  Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, dado que significa un grave riesgo para la vida por la conexión con casos de feminicidio [6]. Garantizar una vida libre de violencia para las mujeres, niñas y adolescentes del Perú es una obligación constitucional e internacional del Estado peruano, que requiere de esfuerzos para comprender las particularidades de los casos de feminicidios como su relación con las desapariciones de mujeres y sancionarlos efectivamente. 

¿Cuál es la situación de Latinoamérica?

A nivel latinoamericano, los diversos tipos de violencia de género continúan siendo una realidad latente. Esto se puede proyectar en lo preocupante y poco alentadoras que han sido las cifras de los últimos años en relación a tasas de feminicidios. Lamentablemente, las manifestaciones de violencia de género son muchas veces olvidadas por las legislaciones internas de países latinoamericanos.

Por ejemplo, en México, se estima que aproximadamente 10 mujeres son asesinadas a diario por violencia de género; en Brasil, en promedio, una mujer es asesinada cada nueve horas; e inclusive en países con población relativamente baja como Honduras, el índice de feminicidios en relación a su población es altamente preocupante [8]. Por dicha razón, América Latina se posiciona como uno de los continentes más inseguros para las mujeres frente a violencia de género. En esta misma línea, todas las cifras mencionadas anteriormente, según Naciones Unidas se han incrementado durante la pandemia, puesto que muchas víctimas, rigiéndose en las disposiciones sanitarias de sus países, han tenido que compartir hogar con sus victimarios poniéndose a sí mismas en situación de alta vulnerabilidad frente a episodios de violencia de género. Demostrando de dicha forma, que el feminicidio deviene también de la ausencia de garantías por medio de políticas públicas que garanticen la protección a mujeres en situaciones de alto riesgo y mujeres que sufren de violencia económica teniendo que enfrentar la imposibilidad de poder independizarse de sus agresores. 

Por otro lado, respecto a las desapariciones forzadas, en América Latina existe un claro indicador de que esta práctica represiva afecta principalmente a mujeres, niñas y adolescentes [9]. Desafortunadamente, la respuesta ante esta vulneración de derechos humanos por parte de las diversas autoridades latinoamericanas no está siendo concreta. Asimismo, las propuestas para prevenirla y erradicarla no cuentan con un necesario enfoque de género que reconozca la alta vulnerabilidad que tienen las mujeres frente a la trata de personas, la prostitución forzada e innumerables prácticas que afectan numerosos derechos fundamentales y se producen a partir de las desapariciones. Lamentablemente, una situación que agrava el problema de las desapariciones de mujeres es lo mencionado por la Organización de Estados Americanos quienes establecen que en diversos países de la región no existen registros oficiales desagregados que rindan cuentas de las desapariciones, ni investigaciones o estadística que permita el análisis de esta problemática [10]. 

Ahora bien, respecto a los avances para hacerle frente al feminicidio, las desapariciones y la violencia en contra de la mujer en general, si bien algunos países en América Latina de manera multilateral y unilateral han implementado medidas garantistas de la mano de políticas públicas para enfrentar la problemática en cuestión. Desgraciadamente, de manera paradójica, las cifras no disminuyen y esto se debe a que la gran mayoría de países en nuestro continente se han caracterizado por desatender este problema e implementar medidas mediocres que no materializan avances en la lucha contra la violencia de género. 

Casos para recordar y reflexionar

Sin duda alguna, los latinoamericanos han sido testigos de desgarradores acontecimientos que han vulnerado a millones de mujeres y sus familias en todas partes de Latinoamérica. Por dicha razón, es sumamente importante honrar sus memorias y garantizar el acceso a justicia para todas y cada una de las afectadas por la violencia de género y el machismo enquistado en nuestra región. 

En 2018, Eyvi Liset Ágreda Marchena fue atacada brutalmente el 24 de abril, por su feminicida Carlos Hualpa Vacas, quien le roció combustible y le prendió fuego cuando se encontraba dentro de un bus en el distrito de Miraflores en Lima, Perú. Eyvi Ágreda había migrado a Lima para poder estudiar una carrera universitaria y trabajar en aras de ayudar a sus padres en Cajamarca. Desgraciadamente, a sus 22 años fue asesinada por su ex compañero de trabajo quien la acosó durante meses. En 2019, la Corte Superior de Justicia de Lima condenó a su feminicida a 35 años de prisión por feminicidio. No obstante, probablemente no se hubiese alcanzado dicho objetivo sin la movilización organizada de colectivos feministas que exigían justicia tanto al Ejecutivo como al Legislativo y que no quede impune el brutal ataque que tuvo que sufrir Eyvi [11]. 

En 2009, Esmeralda Castillo Rincón, una niña de 14 años, desapareció en Ciudad de Juárez, México y hasta el día de hoy, 13 años después, la familia de Esmeralda y en específico su padre continúa buscándola sin agotar esfuerzos. Desafortunadamente, las autoridades mexicanas no han ayudado a la familia Castillo Rincón en la búsqueda de su menor hija e incentivan a la familia a evaluar la posibilidad del fallecimiento de su hija. No obstante, gracias a la constante participación del padre de Esmeralda en manifestaciones de mujeres en la Ciudad de México con su emblemático cartel en el que se lee «No me olviden, falto yo», «Esmeralda Castillo Rincón», hace unos pocos días renació la esperanza de encontrar con vida a Esmeralda Castillo. Puesto que, a través de una entrevista, el Sr. Castillo estableció que diferentes personas se contactaron con él para hacerle la llegar la información que una mujer con las características de Esmeralda estaría sufriendo de prostitución forzada en Perú. De esta forma, se demuestra la desafortunada magnitud que tiene la trata de mujeres, pero también los grandes beneficios que tienen las marchas, plantones y espacios de visibilización a la lucha contra la violencia de género. 

Es infortunado decir que casos como los anteriormente mencionados hay muchos y cada uno de ellos cuenta con un contexto distinto, no todas han podido tener acceso a la justicia, no todos los casos se han visibilizado, no todos los agresores han sido apresados y no todas las mujeres aún nos acompañan. Por dicha razón, es sumamente importante brindarle la atención necesaria a los indicios de violencia, a la denuncias y a los pedidos de ayuda que muchas veces son la antesala de lamentables feminicidios y desapariciones forzosas de las cuales la sociedad civil debe lamentar. 

A modo de conclusión 

En este artículo, se ha presentado la situación de los casos de feminicidios y desapariciones en el Perú y Latinoamérica. Si bien ambas realidades presentan avances importantes para contrarrestar esta problemática, resultan insuficientes ya que los índices de mujeres víctimas de feminicidios y desapariciones no disminuyen. Asimismo, se ha demostrado la necesidad de establecer una relación entre los casos de feminicidios y desapariciones, entendiendo que ambas representan expresiones extremas de violencia de género. Finalmente, se han presentado los casos de Eyvi Ágreda y Esmeralda Castillo, que evidencian la situación de vulnerabilidad que enfrentan las mujeres, así como la inacción de las autoridades en el segundo caso. La violencia de género es una cuestión de derechos humanos, por lo que se requiere de un Estado diligente y que la sociedad civil se comprometa con esta problemática. El garantizar una vida libre de violencia para cada mujer, niña y adolescente no puede limitarse a una mención en las normas, sino que se debe materializar en la realidad.

Bibliografía

[1] Congreso de la República del Perú. (2013, 25 de junio). Ley 30068. Ley que Incorpora el Artículo 108-A al Código Penal y Modifica los Artículos 107, 46-B y 46-C del Código Penal y el artículo 46 del Código de Ejecución Penal, con la Finalidad de Prevenir,Sancionar y Erradicar el Feminicidio. Diario Oficial El Peruano. 

https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-que-incorpora-el-articulo-108-a-al-codigo-penal-y-modifi-ley-n-30068-963880-1/

[2] Sala Permanente de Lima Norte de la Corte Suprema de Justicia. (2019, 29 de octubre). Recurso de Nulidad N.° 453-2019. 

https://img.lpderecho.pe/wp-content/uploads/2020/07/R.-N.-453-2019-LP.pdf

[3] Congreso de la República del Perú. (2018, 19 de junio). Ley 30819. Ley que Modifica el Código Penal y el Código de Niños y Adolescentes.  

https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-que-modifica-el-codigo-penal-y-el-codigo-de-los-ninos-y-ley-n-30819-1669642-1/

[4] Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar. (2021). Feminicidio en el Perú

https://observatorioviolencia.pe/feminicidio-en-el-peru/#

[5] Defensoría del Pueblo. (2022, 6 de enero). Defensoría del Pueblo: Urgen medidas efectivas para detener el incremento de los casos de feminicidios

https://www.defensoria.gob.pe/defensoria-del-pueblo-urgen-medidas-efectivas-para-detener-incremento-de-casos-de-feminicidio/

[6] Defensoría del Pueblo. (2022). ¿Qué pasó con ellas?. Reporte Igualdad y No Violencia Nº24. 

https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2022/02/Reporte-Igualdad-y-No-Violencia-2.pdf

[7] Defensoría del Pueblo.(2020, 12 de diciembre). Defensoría del Pueblo: Más de 5000 mujeres, niñas y adolescentes fueron reportadas como desaparecidas de enero a noviembre

https://www.defensoria.gob.pe/defensoria-del-pueblo-mas-de-5000-mujeres-ninas-y-adolescentes-fueron-reportadas-como-desaparecidas-de-enero-a-noviembre/

[8] Redacción de Sputniknews. (2021, 03 de marzo). Femicidios en América Latina 2021: las alarmantes cifras. Sputnik. 

https://mundo.sputniknews.com/20210303/femicidios-en-america-latina-2021-las-alarmantes-cifras-1109494935.html

[9] Viva, R. (2021, 26 de agosto). Latinoamérica: una región en donde las mujeres no desean desaparecer. Amnistía Internacional. 

https://www.amnistia.org/ve/blog/2021/08/19628/latinoamerica-una-region-en-donde-las-mujeres-no-desean-desaparecer

[10] Organización de Estados Americanos. (2018). Mujeres y Niñas Desaparecidas en el Hemisferio. 

https://www.oas.org/es/mesecvi/docs/RecomendacionMujeresDesaparecidas-ES.pdf

[11] Fowk, J. (2022, 07 de marzo). Eyvi Ágreda Perú. El País.  

https://elpais.com/internacional/2022-03-07/eyvi-agreda-peru.html

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