Caso Sebastián Palacín: La punta del iceberg de la cultura de la violación en Perú

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Escrito por Rafael Sebastian Polar Huaco, miembro de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos.

Introducción

Hace unos días, un video publicado por Sebastián Palacín, hijo del presidente de Indecopi, generó indignación y repudio en todo el Perú. En dicho video, el jóven narra con lujo de detalles y con total indiferencia cómo él y un amigo abusaron sexualmente de dos jóvenes que se encontraban en estado de inconsciencia. Después de unos días de haber publicado el video, Palacín publicó otro video en el cual se disculpaba e indicaba que todo era parte de un supuesto experimento social. Frente a esto, el Ministerio Público decidió abrir una investigación preliminar por 60 días contra Palacín Newell por la presunta comisión del delito de violación de la libertad sexual en perjuicio de dos ciudadanas peruanas aún no identificadas [1].

Si bien es sumamente indignante tener que evidenciar declaraciones como las vertidas por Palacín, es de vital importancia analizar qué problemas sociales, jurídicos y culturales hay detrás del hecho de que un hombre hable públicamente de cómo abusó sexualmente de dos mujeres y se sienta orgulloso de ello. Desde mi perspectiva, Sebastián Palacín Newell es la punta del Iceberg de la cultura de la violación en el Perú. Por dicha razón, en el presente artículo se analizará cómo se hace manifiesta la cultura de la violación y cuánto daño le hace a nuestro país. 

Cultura de la violación

En ese sentido, se debe entender que la cultura de la violación es un comportamiento generalizado dentro de una comunidad en donde se busca normalizar y justificar la violencia sexual y, al mismo tiempo, alimentar las persistentes desigualdades de género y las actitudes negativas sobre el género y la sexualidad [2]. En otras palabras, la cultura de la violación se reproduce en espacios sociales en donde a través de un arraigado conjunto de creencias, poder y control patriarcales se minimiza la violencia sexual, los indicadores de ella y los efectos sociales, jurídicos y culturales que tiene este tipo de violencia dentro de una sociedad. De la misma manera, es importante reconocer que la cultura de la violación no solo se materializa dentro del plano teórico, pues esta se manifiesta es nuestra forma de pensar, de hablar y de actuar dentro de la sociedad peruana.

En cuanto a cómo se manifiesta en nuestro país, existen diversas manera de evidenciar que el Perú es una nación en donde la cultura de la violación se encuentra enquistada. Desde el hecho de justificar una agresión sexual con la típica y revictimizante pregunta de: ¿qué hizo ella para provocar eso?,  hasta el hecho de que dentro del razonamiento jurídico de algunos jueces se encuentre valorar el color y tipo de prendas íntimas que utilizaba la víctima al momento de ser violentada sexualmente para aceptar o rechazar una denuncia de violación sexual. 

Si bien, dentro de nuestro país, existen casos emblemáticos en donde se ha hecho manifiesta la cultura de la violación al momento de querer justificar y normalizar los actos de violencia sexual, como por ejemplo las declaraciones del abogado de uno de los imputados dentro del lamentable caso de la violación grupal en 2020 en las cuales estableció que a la víctima “le gustaba la vida social” [3] a manera de querer minimizar el De igual manera, en el actual caso de Sebastian Palacín en donde se considera que el hecho de estar bajo el efecto del alcohol supone un consentimiento implícito para mantener relaciones sexuales. También es importante reconocer que esta cultura no es ajena a nuestro día a día. Por dicha razón, debemos examinar casi obligatoriamente nuestros comportamientos y creencias en busca de cualquier tipo de sesgo o postura que permita que siga existiendo la cultura de la violación. Desde nuestra manera de actuar frente a ella, a las identidades de género y las políticas públicas para hacerle frente, podemos organizarnos para desterrar esta manera de razonar a la violencia sexual dentro de nuestro país. 

Punta del Iceberg y romper el pacto patriarcal

Otro punto importante dentro del caso de Palacín Newell, es el hecho de comprender que más allá de que esta situación sea totalmente repudiable, desafortunadamente no es un caso aislado. Sebastián Palacín Newell es la punta de un iceberg histórico de una cultura de la violación que ha estado enquistada en nuestro país durante muchos años. Si bien las declaraciones de Palacín se volvieron mediáticas, es menester reconocer que día a día existen personas, y en su mayoría hombres, que comparten el pensamiento de Sebastián Palacín. En ese sentido, consideran que el consentimiento, la violencia de género y el mínimo respeto por la dignidad y libertad sexual de las personas no existe. 

Dadas estas circunstancias es necesario no escatimar esfuerzos al momento de denunciar actitudes y comportamientos cuestionables. En otras palabras, romper el pacto patriarcal que existe en diversos contextos dentro de nuestra sociedad. Sin duda alguna, muchas veces es complicado alzar la voz y más aún dentro de un contexto que considerábamos familiar y/o amical, sin embargo, es importante considerar que, si nosotros no alzamos la voz frente a comportamientos que legitiman la cultura de la violencia, la violación y patriarcal, estámos siendo cómplices de circunstancias y comportamientos que no solamente dañan a diversas personas dentro de nuestro país, sino que generan un impacto general negativo en toda nuestra sociedad. 

Conclusión

En este artículo, se ha establecido cómo se manifiesta la cultura de la violación dentro del ámbito social, cultural y jurídico de nuestro país. Si bien es indignante tener que escuchar declaraciones como las vertidas por Sebastián Palacín, es sumamente importante analizar qué hay detrás de estas mismas. Pues, en nuestro país existe una situación insostenible de violencia de género y violencia sexual. Ahora bien, muchas veces creemos que esta cultura de la violencia no es ajena y solo se manifiesta dentro de contextos violentos, no obstante, esto no es verdad. La cultura de violación no es ajena a nuestra cotidianeidad, por ende, es importante cuestionar nuestras actitudes y la de nuestras amistades para no legitimar formas de actuar que no benefician a nuestra sociedad, sino la perjudican. Es por dicha razón, que hoy en día, más que nunca, debemos romper el pacto patriarcal que existe en nuestros espacios, en nuestro país y, desafortunadamente, en el mundo. 

Fuentes: 

[1] La República. (2022, 26 de abril). Video de Sebastián Palacín genera indignación: narra abuso a una joven. La República. 

https://larepublica.pe/sociedad/2022/04/25/indecopi-video-del-hijo-del-presidente-del-organismo-genera-indignacion-tras-reconocer-que-abuso-de-una-joven/

[2] ONU Mujeres. (2019, 18 de noviembre) Dieciséis maneras de enfrentarte a la cultura de la violación. Naciones Unidas. 

https://www.unwomen.org/es/news/stories/2019/11/compilation-ways-you-can-stand-against-rape-culture

[3] RPP. (2020, 22 de octubre). Colegio de Abogados de Lima inició proceso contra abogado de acusado por violación. RPP. 

https://rpp.pe/peru/actualidad/colegio-de-abogados-de-lima-inicio-proceso-contra-abogado-de-acusado-por-violacion-noticia-1300010?ref=rpp

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1 comentario

  1. Muy buenas noches, acabo de leer tu artículo y realmente demuestra uno de los muchos problemas que nuestro país tiende a ocultar en lo que es el aspecto cultural como lo es la normalización de la violación tapándose de argumentos controversiales y machistas.
    Pero lo que no me queda claro por parte de usted es su análisis jurídico ante la cultura de la violación, siento que el artículo recae en algoas social y no jurídico como usted indica.

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