“La controversia de Bridgerton: ¿Una ficción justificada o una falta de compromiso social en la representación racial?”

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Escrito por Rayza Durand, miembro de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos.

Los Bridgerton es una de las series con mayor popularidad en Netflix, inspirada en las novelas románticas de Julia Quinn, que relata las experiencias amorosas de una familia de alta sociedad londinense. A pesar de su innegable aceptación, una de las principales polémicas a esta narración, por lo menos en las dos primeras temporadas, es la evidente evasión a la discriminación racial sufrida en la época en la que se desarrolla la historia. Por ello, el objetivo de este artículo es analizar si este actuar puede justificarse en la ficción de la serie o si, por el contrario, carece de un compromiso social que busque visibilizar la diversidad racial en la industria audiovisual. 

La aclamada serie se caracteriza por la diversidad del casting, manteniendo por lo menos un personaje principal de tez oscura en cada temporada emitida; sin embargo, dicha inclusión también ha suscitado críticas por no ser coherente con la realidad vivida. Frente a ello, es importante recordar que la historia se sitúa en Gran Bretaña durante el año 1813, época en la que se ejercía la explotación y tráfico de personas negras como esclavos [1]. 

Por lo tanto, fue sorpresivo que Bridgerton no aludiera dicho suceso durante todo el desarrollo de la serie, aun mas, si no solo se suprime la esclavitud en su relato, sino que expone una situación inexistente sobre las relaciones de poder. Así, en la primera y segunda temporada no se ahonda en la existencia de personas negras e hindú dentro de la nobleza y se presume como un suceso común.  

Ante esto, el actor Regé-Jean Page, quien interpreta a Simon Basset en la serie, señaló que un reparto en el cual la raza no había sido considerada, le permitió interpretar un papel como persona negra sin la necesidad de actuar como esclavo [2]. Lo que coincide con Ludí Adelino, fundadora de Wyslum, quien critica la tendencia de representar a las personas negras como pobres o inmigrantes; y a la mujer negra, como enfadada [3]. Acompañado de estas afirmaciones,  Ana Bueriberi, quien es directora de comunicación de Afroféminas, resaltó la ficción de la serie, por lo que no sería necesaria una rigurosidad histórica [2]. 

La inexistencia del privilegio blanco y la discriminación racial en la serie también ha sido defendida por Julia Quinn, autora de las novelas que inspiraron las series, quien señala que “así es como la realidad debería ser” [2]; sin embargo, la idealización puede llegar a ser crítica. Los hechos presentados en Bridgerton no solo contrastan totalmente con lo vivido en aquella época, sino que no responden a la experiencia actual. En efecto, se puede advertir que, en la actualidad, la dinámica de poder mantiene una correlación con la distribución de riqueza, sobre la cual existe un predominio de la raza blanca. Así, Gran Bretaña, con un 82% de población blanca, posee una economía mayor a todo el continente Africano, que engloba al 90% de afrodescendientes [4]. 

Esta forma de organización económica y estructural mantiene un orígen histórico, pues remite a la trata transatlántica de esclavos, al colonialismo y a las ideas de la supremacía blanca. Esto, permite advertir que al abordar el racismo en el pasado, se debe considerar que: “es más que un período o proceso histórico intraeuropeo; es parte de una estructuración colonial compleja de poder político, social, económico y epistémico” [5]. 

Por ello, cuando Bridgerton se desarrolla en el contexto del siglo XIX, genera indignación que la narración de la primera y segunda temporada propongan la inexistencia del racismo, tanto en el pasado como en la actualidad, porque invisibiliza una lucha vigente. Esto se manifiesta en el comunicado del Grupo de Trabajo de Expertos de la ONU sobre Personas de Ascendencia Africana tras la visita a Reino Unido, organización que expresó que el país implementó medidas de austeridad en la última década que mantuvieron como consecuencia el agravamiento del racismo [6]. El racismo es una problemática latente y para erradicarlo, no se puede ignorar su existencia. 

A manera de conclusión se puede determinar que, si bien es importante que no se muestre a los personajes de piel oscura únicamente como víctimas, la realidad es que su inclusión debe considerar su historia. Escenificar una situación utópica solo esconde las diferencias estructurales y sociales que las personas afrodescendientes siguen sufriendo hasta ahora. Sin ello, no existe una representación real de su identidad y la diversidad buscada, sería aparente. 

Referencias

[1] 

 https://storymaps.arcgis.com/stories/691c12b4307a4fc18b84e47650fa4176 

[2] Alonso, M. (2022). ¿Es peligroso que ‘Los Bridgerton’ borre el racismo de la época?. Cosmopolitan. https://www.cosmopolitan.com/es/consejos-planes/familia-amigos/a39609714/racismo-bridgerton-netflix/ 

[3] Alvarez, I. & De Dios, M. (2022). ‘Los Bridgerton’: ¿aceptaría España un Cid negro o magrebí?. El Periódico https://www.elperiodico.com/es/series/20220325/bridgerton-inclusion-debate-negros-asiaticos-13369048 

[4] Adekoya, R. (2023). Race is a status game. UnHerd. https://unherd.com/2023/04/race-is-a-status-game/

[5] Walsh, C. (2018). “RAZA”, MESTIZAJE Y PODER: HORIZONTES COLONIALES PASADOS Y PRESENTES. In G. H. Mosquera (Ed.), Antología del pensamiento crítico ecuatoriano contemporáneo (pp. 411–436). CLACSO. https://doi.org/10.2307/j.ctvnp0jp6.17 

[6] Naciones Unidas. (2023).La discriminación contra los afrodescendeintes en el Reino Unido es sistémica. https://news.un.org/es/story/2023/01/1518187



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