Ruth Buendía: una lucha en favor de los derechos medioambientales de la comunidad indígena asháninka de la Amazonía peruana

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Escrito por Joaquín López Matheus, miembro de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos

Dueños de una identidad fuertemente vinculada con el territorio y la defensa de este, la comunidad indígena asháninka representa la población originaria amazónica demográficamente más numerosa del Perú. Para una persona perteneciente a esta comunidad, su identidad está fuertemente vinculada a una cosmovisión en la que las relaciones con la naturaleza son fuertes y se reconoce que, todo lo que les rodea, tiene vida [1]. Precisamente, con dicha identidad creció Ruth Buendía, activista ambiental y líder indígena perteneciente a la comunidad asháninka peruana conocida, debido a su lucha en contra de la construcción de dos hidroeléctricas que pretendían inundar territorio de la comunidad asháninka, y, en consecuencia, desplazar a la población de manera forzada.

Entre pequeños clanes familiares ubicados en los bosques amazónicos de la comunidad asháninka del Perú, Buendía nació y creció en un clima de violencia social en el contexto del conflicto armado interno. Cabe destacar que esta violencia se incrementó exponencialmente en la selva central y, por causa de esta, su padre falleció al ser confundido con un líder terrorista por parte de su propio pueblo. [2] Luego del asesinato de su padre, Sendero Luminoso capturó a la familia Buendía y los mantuvieron cautivos en el bosque amazónico. En esta situación, hacinados con más de otros trescientos nativos, eran obligados a trabajar la tierra, cocinar para los mandos terroristas y abandonar su lengua para hablar quechua o español. Durante un año, Ruth escapaba al monte con sus hermanos a pescar carachamas, traer yuca, fruta o algún insecto que pudiera alimentarlos. De este modo, ideó la manera de escapar y esconderse en el monte, junto a su madre y sus hermanos, y llegar hacia Satipo [3]. Sin embargo, debido a la precaria situación económica, Buendía emigró a Lima para trabajar y, a la par, ella contaba con la intención de querer estudiar en una escuela. Allí, ella estuvo trabajando como empleada doméstica y su patrón abusó sexualmente de ella. [4]

Luego de algunos años, Ruth regresó a Satipo, en donde se desempeñó como camarera en restaurantes y juguerías de la ciudad. Es en esta época en la que conoce a un líder indígena, quien la invita a una capacitación sobre derechos indígenas, marcando un hito en ella como el comienzo de su trayectoria como defensora de los derechos de la comunidad asháninka. [2] Comenzó su labor en la Central Asháninka del Río Ene (CARE), organización indígena que atiende las demandas y aspiraciones de los pobladores asháninkas del Ene, como voluntaria en el registro y otorgamiento de documentos de identificación de los comuneros indígenas de la cuenta Ene, los cuales se encontraban en proceso de retorno a sus territorios luego del conflicto armado. [2] Desde ese momento, nada la detuvo para defender el territorio de su comunidad, incluyendo el enfrentarse con el Estado peruano. Logró ser elegida como Presidenta de la Junta Directiva transitoria de la CARE, en el cual ella fue la primera candidata mujer para tal cargo. Un año después, fue elegida como presidenta permanente y, asimismo, logró ser reelegida posteriormente en dos ocasiones (2009 y 2013), desempeñándose en este cargo hasta la actualidad.

En el 2007, los gobiernos del Perú y Brasil, liderados por los expresidentes Alan García Pérez y Luiz Inácio Lula da Silva, comenzaron a interesarse por estudiar el potencial de integración energética entre ambos países, lo que derivó en la suscripción del Acuerdo Energético Perú-Brasil. Esto derivaría a la firma del “Acuerdo entre el Gobierno de la República del Perú y el Gobierno de la República Federativa de Brasil para el Suministro de Electricidad al Perú y Exportación de Excedentes al Brasil” por ambos países el 16 de junio del 2010 en la ciudad de Manaos. [5] Este tratado bilateral promovía la construcción de centrales hidroeléctricas y líneas de transmisión para suministrar electricidad al mercado interno y exportar el excedente a Brasil y, en ese sentido, el Ministerio de Energía y Minas del Perú entregó la concesión temporal del proyecto Pakitzapango y del proyecto Tambo 40 a empresas brasileñas para que realicen estudios de factibilidad en la cuenca de los ríos Ene y Tambo. [6]

Empero, estas concesiones otorgadas a las empresas brasileñas fueron otorgadas sin haber informado ni consultado previamente a las comunidades involucradas, lo cual contradice lo dispuesto en los acuerdos internacionales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo y la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ambos ratificados por el gobierno peruano. Asimismo, la construcción de estas centrales hidroeléctricas habría conllevado a serios impactos ambientales, sociales y económicos, como la inundación de cerca de 73,000 hectáreas de territorios habitados por la comunidad asháninka, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares. En adición a ello, se había escogido el área del cañón de Pakitzapango para la ubicación de la represa del mismo nombre, área que cuenta con gran importancia cultural y espiritual para la comunidad, quienes lo consideran como un lugar sagrado. [6]

Es por estas circunstancias que, enfrentados la comunidad asháninka, representada por la CARE, al gobierno peruano, Buendía viajó a Washington DC en el 2010 para sustentar, ante la CIDH, la demanda entablada contra el Estado peruano por insistir en la construcción de una obra que no contaba con la licencia social de los pobladores locales directamente afectados. [7] En consecuencia, el gobierno peruano y la empresa brasileña Odebrecht, la cual estaba a cargo de los estudios técnicos y la posterior ejecución del proyecto, se vieron precisados a dar marcha atrás y postergar la ejecución de las obras, llegando a abandonar el proyecto definitivamente los proyectos ya pactados de Pakitzapango y Tambo 40.

Por su labor, ella logró ganar el prestigioso Premio Goldman, también conocido como el “Premio Nobel Verde”, el cual se otorga anualmente a los defensores de la naturaleza y el medio ambiente, cuyos temas que abarca están relacionados a la justicia ambiental, derechos indígenas, protección a los recursos ambientales, biodiversidad y conservación, salud ambiental, manejo de tierras, entre otros. La noche de la premiación, Buendía señaló que no se va a rendir, ni ella, ni su pueblo asháninka del Río Ene, haciendo referencia a las centrales hidroeléctricas que, junto a la CARE, logró paralizar. [8]

En conclusión, a lo largo del presente artículo se ha expuesto la labor de Ruth Buendía, quien ha llegado a enfrentarse en contra del Gobierno peruano, en defensa del medio ambiente, de la comunidad asháninka, y de sus pobladores. Esta labor ha sido determinante para que lugares que cuenten con una vasta riqueza natural no se destruyan y, del mismo modo, no se cause un gran impacto en la flora y fauna de este territorio. Su trabajo inspira, hasta el día de hoy, a que los ecosistemas deben cuidarse, y no ser destruidos.

Bibliografía:

[1] Ministerio de Cultura. (2014). Los pueblos asháninka, kakinte, nomatsigenga y yanesha.

https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Lospueblosashaninka%2Ckakinte%2Cnomatsigengayyanesha.pdf

[2] Ruiz-Gonzalez, Cristina. (2015, 25 de febrero). Ruth Buendía. Comité internacional para los Pueblos Indígenas de América – INCOMINDIOS.

http://incomindios.ch/es/wp-content/uploads/2015/02/2.-Articulo_Ruth_Buendia-espanol..pdf

[3] Zárate, Joseph. (2014, 11 de diciembre). Ruth Buendía, la guardiana de la amazonia (no puede dedicarse a su jardín. Etiqueta Negra. Etiqueta Verde, 12.

http://etiquetanegra.com.pe/articulos/ruth-buendia-la-guardiana-de-la-amazonia-no-puede-dedicarse-a-su-jardin

[4] Belaunde, Luisa Elvira. (2011). La mujer indígena en la colonización amazónica. Mujer Rural: cambios y persistencias en América Latina.

https://landportal.org/sites/landportal.info/files/libro_mujer_rural.pdf#page=189

[5] Asociación Servicios Educativos Rurales – SER y otros. (2011). El Acuerdo Energético Perú-Brasil: los casos de Inambari y Pakitzapango.

http://www.vigilamazonia.com/uploads/files/6e661f8ff472873834ac0fc8af578c27.pdf

[6] IDEHPUCP. (2014, 24 de mayo). Ruth Buendía: “Los asháninkas no nos oponemos al desarrollo de nuestro país”.

[7] Reaño, Guillermo. (2018). Estudio de Caso Ruth Buendía y los Ashaninkas del río Ene: Sobrevivir entre dos fuegos.

https://porlatierra.org/docs/b8a0ed73d43bec3624d8da77d0fb74bb.pdf

[8] Actualidad Ambiental. (2014, 29 de abril). Líder asháninka Ruth Buendía ganó premio internacional por su lucha contra hidroeléctricas en la Amazonía.

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