No es corrección política es dignidad humana: la importancia del lenguaje inclusivo y su eliminación de la currícula escolar y los textos públicos en el Perú

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Escrito por Sergio Cruzalegui Verde y Mariana Diaz Muñoz, comisionado y comisionada de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos (EDDHH) de la PUCP

Introducción

En la actualidad, la relevancia del lenguaje inclusivo ha adquirido una creciente notoriedad, especialmente en un contexto donde las conversaciones en torno a los derechos humanos han cobrado mayor amplitud. Desde la perspectiva interseccional, el lenguaje inclusivo trasciende las meras palabras para convertirse en un instrumento clave en la promoción de la igualdad, el respeto y la diversidad en la comunicación y en la sociedad en su conjunto. Esta evolución resalta la importancia de considerar a derechos humanos como la igualdad y no discriminación y libre desarrollo de la personalidad, entre otros, dentro del marco de este vital tema. Sin embargo, en Perú, en estas últimas semanas ha habido un considerable retroceso en este tema. El 11 de abril de 2024, el Congreso de la República aprobó por insistencia el Proyecto de Ley 3464 que elimina el lenguaje inclusivo de los textos escolares y documentos públicos, sentando un preocupante retroceso en materias como la igualdad de género.

En vista de ello, el propósito de este artículo es hacer un breve, pero significativo análisis sobre los derechos que protege el lenguaje inclusivo y como la aprobación por insistencia de este Proyecto de Ley afectaría al avance en materia de inclusión y, con ello, el camino hacia una sociedad peruana más inclusiva.

El lenguaje en la sociedad y la importancia del lenguaje inclusivo

El lenguaje es una herramienta fundamental en la construcción y transmisión de la cultura y la sociedad. No solo permite comunicarse y compartir información, sino que también moldea nuestras percepciones, valores y formas de interacción. En palabras de la profesora Zavala, el lenguaje no es un dispositivo inofensivo, pues tiene el poder de transformar la realidad. Cada instancia del uso lingüístico ayuda a reproducir, pero también a transformar representaciones, identidades y relaciones sociales que se han construido históricamente en las sociedades (2015). En este sentido, el lenguaje no solo refleja la realidad social, sino que también ayuda a cambiarla. Las palabras que utilizamos, las estructuras lingüísticas que empleamos y los significados que atribuimos a ellas son elementos clave en la configuración de nuestras identidades individuales y colectivas a través del tiempo y, así, cambiando junto a él.

A partir de ello, según Pérez, “el lenguaje es una manera de construir la realidad y por medio de él podemos incluir, excluir, oprimir, inferiorizar, minimizar, discriminar determinados grupos sociales, incluso ejercer influencia en sus decisiones” (2021). De ello rescatamos que el lenguaje es un vehículo para la inclusión o exclusión social, ya que puede reflejar y perpetuar desigualdades, estereotipos y prejuicios, pero también puede ser una herramienta poderosa para promover la igualdad, la diversidad y el respeto hacia todas las personas. Por último, Carolina Hernández menciona que el lenguaje es la materialización de nuestros pensamientos y voluntades y por eso resulta tan intrínseco al ser humano y a su aspecto social (s.f.)

Ahora bien, respecto a la importancia del lenguaje inclusivo, según Happel, Melisa, Dowzuk, Andrés y Díaz, Brian Xavier (2019), se refiere a “a modos de expresión que evitan las definiciones de género”, es decir, y como se puede asumir por su propio nombre, busca eliminar cualquier tipo de marcación de género inherente al lenguaje, neutralizando así las concepciones tradicionales de lo femenino y lo masculino para incluir las diversas identidades. De esta manera, el lenguaje inclusivo se convierte en una herramienta poderosa para reconocer y respetar la diversidad de género. Al promover un espacio lingüístico donde todas las personas puedan sentirse representadas y visibilizadas, independientemente de su identidad de género se fomenta la inclusión y la igualdad. Es así que aplicar y analizar este concepto desde la perspectiva de diferentes derechos humanos resulta lo más apropiado y necesario tras tomar en consideración la importancia social del lenguaje y del lenguaje inclusivo. Y, a partir de ello, reflexionar sobre el retroceso que supondrá la eliminación del lenguaje inclusivo en los textos escolares y documentos públicos.

El lenguaje inclusivo como herramienta para los Derechos Humanos

El primer derecho que consideramos indispensable analizar en relación al lenguaje inclusivo es el de la igualdad. Este derecho se define como, en palabras del constitucionalista Francisco Eguiguren Praeli, como individualmente exigible, que confiere a toda persona el derecho de ser tratado con igualdad ante la ley y de no ser objeto de forma alguna de discriminación. Sin embargo, el mencionado autor también se señala importancia de la igualdad en su dimensión material, es decir, la materialización de condiciones de igualdad que pueden superar el ámbito jurídico, así, el promover condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y los grupos en que se integra sean reales y efectivas; asimismo, remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social (s.f, pp. 65). El derecho a la igualdad y no discriminación se encuentra estrechamente ligado a los valores de justicia y equidad en la sociedad, y su aplicación en el ámbito lingüístico implica reconocer y valorar la diversidad humana. Así, en un mundo donde las desigualdades y discriminaciones aún persisten y afectan diariamente nuestra realidad, el uso del lenguaje inclusivo se convierte en una herramienta necesaria para promover la igualdad de oportunidades y el trato justo para todos. Esto significa evitar términos o expresiones que refuercen estereotipos, prejuicios o exclusiones, y en su lugar, adoptar un lenguaje que refleje el respeto hacia la variedad de identidades y experiencias que existen.

En este sentido, el lenguaje inclusivo ayuda a los grupos que tradicionalmente han sido marginados o discriminados en nuestra sociedad, en medida que enriquece la comunicación y fortalece los lazos de solidaridad y entendimiento hacia la diversidad entre los individuos y comunidades, en función de llegar a un mayor entendimiento. Asimismo, el lenguaje inclusivo se extiende más allá del ámbito de género para abarcar otras dimensiones de la diversidad humana. Por ejemplo, evitar expresiones discriminatorias basadas en la orientación sexual, como utilizar términos peyorativos o despectivos hacia personas LGBTQ+. Por todo ello, el lenguaje inclusivo se presenta como una herramienta para el fomento del derecho a la igualdad  reconociendo a los grupos tradicionalmente marginados y otorgándoles un lugar en el escenario público. Al hacerlo, contribuimos a la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y respetuosa, donde cada persona pueda desarrollarse plenamente sin temor a la discriminación o la exclusión.

El segundo derecho que el lenguaje inclusivo le sirve de herramienta para su fomento es el de la identidad, específicamente la identidad de género. Según la Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la identidad de género es un principio que reconoce el derecho fundamental de cada persona a ser reconocida y tratada de acuerdo con su identidad de género, es decir, la experiencia interna e individual del género que una persona siente y vive, que puede coincidir o no con el sexo asignado al nacer. Este derecho implica el reconocimiento legal y social de la identidad de género elegida por cada individuo, así como el respeto a su autodeterminación en cuanto a cómo desea ser percibido y tratado en función de su identidad de género. Esto incluye el derecho a cambiar el nombre y la mención del sexo en documentos legales de acuerdo con la identidad de género experimentada por la persona (2013).

El lenguaje inclusivo, ayuda a que este derecho se vea potenciado, ya que el modo en que nos referimos a las personas refleja no solo nuestro grado de respeto hacia ellos, sino también nuestra comprensión y aceptación de sus identidades individuales. En este sentido, el lenguaje inclusivo sirve como herramienta para el fomento del reconocimiento de las identidades de las personas, otorgándoles un reconocimiento dentro del espacio público; reconociendo su identidad. Es así que, en palabras de Rocha, “se ha demostrado que reconocer la identidad de los jóvenes LGBTQIA+ mediante el uso de pronombres que se alinean con su identidad de género mejora la calidad de su salud mental.” (2022, pp.7).

Es por eso que el lenguaje inclusivo emerge como una respuesta necesaria y positiva para el fomento de la igualdad. Cuando decidimos utilizar un lenguaje inclusivo, reconocemos y respetamos la multiplicidad de identidades de género y orientaciones sexuales que existen dentro de una sociedad, el espectro no binario y todas aquellas personas que no se identifican dentro de los marcos femeninos y masculinos clásicos. Es así que este enfoque lingüístico no solo es una cuestión de corrección política, sino también una cuestión de respeto a la individualidad de cada ser humano. Permitir que las personas se identifiquen y expresen según sus propias vivencias y realidades contribuye a su bienestar emocional y psicológico, como hemos mencionado.

El tercer derecho al que el lenguaje inclusivo le sirve como herramienta es al libre desarrollo de la personalidad. Debemos recordar que el fundamento teórico del libre desarrollo de la personalidad está arraigado en el principio de dignidad humana, que junto con la vida, representa el valor más significativo en un Estado Constitucional. Este principio se refleja en la libertad que cada ser humano posee para ser auténticamente quien es. En otras palabras, ni el Estado, ni sus instituciones, ni ninguna persona pueden interferir en la esencia espiritual e individualidad de cada persona (Ontiveros, 2006). Es pues a través de la educación y las instituciones públicas que puede ayudarse al fomento del libre desarrollo de la personalidad de todos. Continuando con Rocha:

  • “el incorporar el lenguaje incluyente sí es un factor indispensable para el desarrollo de la personalidad humana, su sentido de pertenencia, su dignidad y la empatía. Una muestra de esto sería el incorporarlo en procesos administrativos como la elaboración de documentos oficiales -títulos, constancias, cédulas profesionales, entre otros-, lo que permitiría evitar o disminuir la discriminación y el inadecuado reconocimiento de la identidad de la persona cuando esta busca empleo o realizar otras actividades y facilita que personas trans o no binarias puedan llevar una vida con menos alteraciones (2022, pp. 8).

En vista de ello, por un lado, es de vital importancia señalar que, específicamente, la educación inclusiva busca eliminar barreras y prejuicios que puedan existir en el entorno educativo y que afecte activamente a los estudiantes y jóvenes que forman parte de este sistema. La adaptación de los contenidos curriculares y métodos de enseñanza inclusivos, ayuda a que las personas puedan conocer o reconocer su identidad; así como otorgarle las herramientas necesarias a terceros para dirigirse de la manera adecuada a cada una de las personas. Así, la educación inclusiva también requiere cultivar el aprecio y la consideración por la diversidad. Por otro lado, el fomento del lenguaje inclusivo en los documentos públicos ayuda a que el fomento de la igualdad de género se le pueda dar un alcance nacional en pro de que a más personas conozcan de este tema tan importante., haciendo así que esté presente en la vida de las personas, por lo menos en lo que respecta a su relación con parte del Estado.

Eliminación del lenguaje inclusivo en el Perú

El lenguaje inclusivo en el Perú siempre ha sido un tema controvertido. Empero, en los últimos años se había logrado dar un avance en esta materia, logrando que se incorpore en los textos escolares y textos públicos. Sin embargo, este avance se ha visto frenado — por decir retroceso — debido al reciente Proyecto de Ley aprobado por el Congreso de la República, el cual modificó del artículo 4 de la Ley Nº 28983 en donde se estipulaba lo siguiente:

  • Artículo 4.- Del rol del Estado
  • Es rol del Estado, para los efectos de la presente Ley:
  1. Promover y garantizar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, adoptando todas las medidas necesarias que permitan remover los obstáculos que impiden el ejercicio pleno de este derecho, con el fin de erradicar todas las formas de discriminación.
  2. Adoptar medidas de acción positiva de carácter temporal, encaminadas a acelerar la igualdad de hecho entre la mujer y el hombre, las que no se considerarán discriminatorias.
  3. Incorporar y promover el uso de lenguaje inclusivo en todas las comunicaciones escritas y documentos que se elaboren en todas las instancias y niveles de gobierno.

Es cierto que en el presente artículo se sigue manteniendo la misma concepción binarista con respecto para quien o quienes debería de aplicarse el lenguaje inclusivo, el texto normativo supone un avance en cuanto a mitigar las desigualdades entre hombres y mujeres. Ahora bien, como hemos podido demostrar, el uso del lenguaje inclusivo, a través de los diferentes medios en los que se le utilice, sirve como instrumento para lograr que, grupos sociales históricamente relegados, como las mujeres y las diversidades sexuales, adquieran relevancia y presencia dentro del escenario público y, asimismo, hacer valer sus derechos, como los que hemos mencionado.

En este sentido, si bien el ahora derogado artículo 4 de la presente ley restringía el uso del lenguaje a solo preservar la igualdad entre hombres y mujeres, es importante reconocer el avance logrado con ello, sin embargo, es importante que a nivel normativo estos avances no se detengan, sino que se extiendan aún más allá de la visión binaria del género.

Así, el lenguaje inclusivo debería también extenderse hacia diversidades sexuales, en vista de asegurar que estos grupos sociales, de igual forma, históricamente relegados puedan hacer valer los derechos que hemos mencionado, dotándolos, como a toda persona, de relevancia social e, incluso, institucional. Como se ha dado a entender, el lenguaje, como herramienta de comunicación y construcción cultural, refleja y moldea nuestras percepciones, valores y formas de interacción. Por consiguiente, el rol del Estado no debe solo ceñirse hacia cierta visión binaria del género, haciendo que los beneficios de este solo se centren en cierto grupo social históricamente relegado. En cambio, lo que debería hacerse es fomentar el uso del lenguaje inclusivo más activo, englobando también a las diversidades sexuales, pues, su uso, es crucial para evitar la reproducción de estereotipos y discriminaciones, promoviendo, en contrario, la igualdad, el reconocimiento de las diversas entidades y el libre desarrollo de la personalidad.

Por ende, resulta sumamente preocupante que el Congreso de la República haya aprobado un Proyecto de Ley que busca absolutamente todo lo contrario a lo que, como se ha expuesto, debería de hacerse en cuanto al lenguaje y su uso para la eliminación de brechas sociales. Parte de la exposición de motivos del mencionado proyecto legislativo, se basa en argumentos desfasados y sin mucho sustento académico ni empírico entre los cuales se destaca el hecho por la autora del Proyecto de Ley:

  • “Nuestro país ha obtenido uno de los peores resultados dentro del ranking de la evaluación PISA y este mal uso del lenguaje lo que hace es generar mayor retraso en la formación de nuestra niñez y adolescencia.” comentó la parlamentaria [Milagros] Jauregui. (El Peruano, 2024)

En cuanto a lo precitado, resulta bastante cuestionable el atribuir gran parte de la culpa en el mal rendimiento de los estudiantes en las evaluaciones PISA a solo el lenguaje inclusivo y no analizar el problema de fondo de porqué realmente salimos mal. Si nos ceñimos a evaluar el rendimiento académico hay temas en los que se podría hacer un mayor hincapié, como puede ser el mejoramiento de la infraestructura escolar, por ejemplo. Por ende, no hay una relación de causalidad firme en cuanto al bajo rendimiento escolar en las pruebas PISA y el lenguaje inclusivo en los textos escolares. El lenguaje inclusivo ayuda a eliminar las brechas de género, ya sea entre estudiantes o entre las personas en general y su relación con el Estado. Su labor es cerrar las brechas de género en toda su amplitud; su relación con la educación va precisamente en este sentido.

Reflexiones Finales

El lenguaje inclusivo es una herramienta para lograr el buen desarrollo de los derechos humanos a la igualdad y no discriminación, identidad y libre desarrollo de la personalidad. Resulta extremadamente preocupante que se avance en la dirección opuesta de lo que debería de hacerse con respecto a este tema de vital importancia para el buen ejercicio de los derechos mencionados. Bastantes son las voces en el Perú que se encuentran en contra del uso del lenguaje inclusivo, al considerarlo “innecesario”, “redundante” o “tergiversado”, acusando a quienes lo usan o a quienes piden usar los pronombres correctos de corrección política innecesaria.

Empero, su importancia queda plasmada cuando, como se ha observado, se permite el desarrollo de los derechos materia de este pequeño artículo. Los beneficios a la sociedad que daría el uso del lenguaje inclusivo se verían probablemente en las siguientes generaciones venideras, pues todo cambio es paulatino. Ergo, si se imponen trabas a este avance — como el presente proyecto de ley aprobado — es probable que nunca se pueda palpar los grandes beneficios sociales que trae consigo el uso de este lenguaje para la eliminación de las brechas de género. El lenguaje inclusivo es mucho más que la corrección política, resalta el reconocimiento de la dignidad humana que toda persona merece.

Bibliografía:

Eguiguren, F. (S.f). Principio de Igualdad y Derecho a la No Discriminación. Ius et Veritas. https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/download/15730/16166/0

Congreso (11 de abril de 2024). Congreso aprueba la eliminación del lenguaje inclusivo en textos escolares y en todos los documentos públicos. Diario el Peruano. https://comunicaciones.congreso.gob.pe/damos-cuenta/congreso-aprueba-la-eliminacion-del-lenguaje-inclusivo-en-textos-escolares-y-en-todk n as      aos-los-documentos-publicos/

Rocha, N. (30 de agosto de 2021). Más allá de la gramática: el lenguaje inclusivo como exigencia de los derechos humanos. Revista Estudios. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/9115270.pdf

Zavala, V. (14 de septiembre de 2015). “NUESTRO LENGUAJE ESTÁ INFLUIDO POR LA SOCIEDAD”. PUCP. https://puntoedu.pucp.edu.pe/voces-pucp/nuestro-lenguaje-esta-influido-por-la-sociedad/

González, C. H. (2024, April 11). El lenguaje moldea la realidad. . . y el cerebro.https://es.linkedin.com/pulse/el-lenguaje-moldea-la-realidad-y-cerebro-carolina-hern%C3%A1ndez-gonz%C3%A1lez-06kte

Happel, Melisa, Dowzuk, Andrés y Díaz, Brian Xavier (2019). Lenguaje Inclusivo: una aproximación a las preferencias de uso de los hablantes. 1º Congreso Internacional de Ciencias Humanas – Humanidades entre pasado y futuro. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín.

Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Orientación sexual e identidad de género en el derecho internacional de los Derechos Humanos. Disponible en: http://acnudh.org/wp-content/uploads/2013/11/orentaci%C3%B3n-sexual-e-identidad-deg%C3%A9nero2.pdf

Ontiveros Alonso, M. (2006). El libre desarrollo de la personalidad (un bien jurídico digno del Estado constitucional). Araucaria, 8(15). Recuperado a partir de https://revistascientificas.us.es/index.php/araucaria/article/view/1118

 

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